Cannes 2018: crítica de “The House That Jack Built”, de Lars von Trier (Fuera de competencia)

Cannes 2018: crítica de “The House That Jack Built”, de Lars von Trier (Fuera de competencia)

por - cine, Críticas, Festivales
16 May, 2018 07:04 | comentarios

El filme que marca el regreso a Cannes del director danés tras el escándalo que produjeron sus declaraciones antisemitas en 2011 intenta ser, a la vez una película shockeante y un mea culpa, pero no es realmente ninguna de las dos cosas. Es una historia de un asesino en serie tediosa y repetitiva.

El ego herido del cineasta transformado en arrepentimiento y/o supuesta autocrítica. El onanismo disfrazado de autoflagelación. La referencia a sí mismo porque, vamos, que todo el mundo va a ver una película de Lars Von Trier por Lars Von Trier, no por lo que sucede en ella… Así pasan las dos horas y media tediosas y falsamente shockeantes que el cineasta danés presentó fuera de competencia en Cannes.

THE HOUSE THAT JACK BUILT se organiza de manera similar a NYMPHOMANIAC, con un protagonista que narra sus complicadas desventuras del pasado. En este caso se trata de un asesino en serie que recuerda cinco crímenes de los muchos más que cometió ante un interlocutor que recién se nos revela cerca del final. El Jack en cuestión, interpretado por Matt Dillon, es un hombre en apariencia tranquilo y timorato a quien vemos empezar a matar gente, especialmente mujeres. Lo hace con una que conoce en la ruta (encarnada por Uma Thurman), luego con otra a la que entra a su casa y así, con varios más. Y Lars muestra esos crímenes de manera detallada y cada vez más violenta.

Entre asesinato y asesinato, Lars se dedica a hacer que su protagonista tenga —y diga en voz alta— supuestamente sesudas reflexiones sobre el arte, la cultura, la arquitectura y, en un momento, sobre el cine del propio Von Trier, reflexiones que intentan funcionar como ideario, análisis de su obra y, si se quiere, como explicación y hasta mea culpa por algunos de sus dichos. Es como si toda la película estuviera pensada como una expiación pero sin bajar las banderas, analizando su cine pero sin pensar realmente alternativas acerca de cómo hacerlo diferente o mejor.

Es por eso que, finalmente y más allá de los supuestos shocks que la película presenta (asesinatos de mujeres, de niños, descuartizaciones y otras emociones fuertes…) lo que finalmente prima es el tedio, la sobre-explicación, la obviedad narrativa y el ombliguismo en una película que escandaliza menos de lo que aburre y un director que se analiza y expone mucho menos de lo que cree.