Streaming: crítica de «Mindhunter» (Temporada 2)

Streaming: crítica de «Mindhunter» (Temporada 2)

por - Críticas, Estrenos, Series, Streaming
23 Ago, 2019 06:46 | comentarios

La nueva temporada de la serie sobre casos clásicos de asesinos seriales tiene muchos hallazgos cinematográficos y un gran clima pero también serios problemas de guion que le impiden cumplir con todo lo que promete. Disponible en Netflix.

Una serie extraña de analizar, MINDHUNTER es un caso curioso y, a la vez, bastante claro de una situación que hoy atraviesan muchas series. Tiene, por un lado, una estética cinematográfica inapelable y un nivel de producción digno de los mejores policiales tanto de cine como de TV, así como actuaciones impecables y un tono adulto y serio que ha desaparecido de casi toda la producción cinematográfica estadounidense, que prácticamente ha abandonado el género «policial para adultos». Pero, por otro lado, sufre de un problema cada vez más común a las series que se extienden por varios episodios y temporadas: un guion flojo, caprichoso, forzado e inconsistente que no tiene el trabajo necesario.

Hagamos una comparación «industrial» que acaso sirva para entender a lo que me refiero. La producción de series ha crecido de tal manera que hoy en día se producen más de 500 ficciones seriales al año. Esto obliga a que los guionistas se esfuercen para terminar temporadas enteras en apenas un año y unos pocos meses que separan la producción de una y otra temporada. MINDHUNTER son nueve episodios, casi unas nueve horas de ficción (como una novela de 900 páginas digamos) y es lógico pensar que es muy poco tiempo para escribir una temporada completa de una serie que, además, tiene de por sí una estructura un poco curiosa y complicada. Nadie pretendería que un novelista saque una gran novela por año ni se espera que un cineasta haga un gran film (con un gran guion) por año o año y medio. La presión por generar material televisivo en poco tiempo –muchas veces con guionistas que no son los mejores en un mercado en el que los mejoress ya están ocupados– lleva muchas veces a que las temporadas sean deficientes, con cosas muy buenas y otras inexplicables, fallidas, trabadas, problemáticas.

MINDHUNTER

MINDHUNTER cuenta, por suerte, con grandes directores y técnicos por detrás que logran muchas veces tapar esas deficiencias gracias a su talento en el terreno audiovisual. Con tres episodios dirigidos por David Fincher, dos por Andrew Dominik y los últimos cuatro por Carl Franklin, la serie creada por Joe Penhall disimula bastante bien sus problemas gracias a un muy buen manejo de las escenas de interrogatorio y suspenso, personajes principales muy claramente delineados y muy bien interpretados y a una serie de historias y personajes reales del archivo policial de los años ’70 que le dan garantía de interés. Este año han decidido dar varios giros respecto al anterior- El principal, acaso, es que el eje pasa más por el agente Bill Tench que por Holden Ford. Y el personaje, si bien es más convencional que el anterior, también es más «entendible» para el público.

El problema de la temporada pasa por que no sabe muy bien qué es lo que cuenta. Trata, por un lado, de las investigaciones y entrevistas que el equipo de la recientemente creada Behavioral Science Unit del FBI hace para entender el modus operandi de los asesinos seriales, con las conversaciones con las celebridades del género y las vidas personales de los protagonistas en relación a eso. Pero, por otro lado, pone a nuestros protagonistas a resolver/lidiar con casos (también reales) en tiempo presente, generando algo que parecen ser dos o hasta tres series en una. Promediando la temporada, las entrevistas dejan de ser importantes (está muy bien el episodio de Charles Manson pero no aporta demasiado a la temporada en sí) y el caso real del Asesino de Niños de Atlanta se vuelve central. Algunas relaciones y personajes que tenían peso (la doctora Wendy Carr con sus problemas personales o la incompetencia de Joe Tuttle, otro miembro del equipo) desaparecen del mapa y hasta algunos hilos narrativos que parecen ser importantes (lo que sucede con el llamado BTK Killer) pasa a un tercer plano.

MINDHUNTER

El principal conflicto de la serie no tiene que ver, para mí, con la división casi en dos partes de la temporada. Uno podría pensar que el caso de Atlanta está bastante bien desarrollado y pone en juego los conflictos entre el acercamiento científico de nuestros especialistas y el mundo real, con problemas de otro orden (en este caso raciales) en el que los sentimientos, la política o la conveniencia personal juegan roles tan importantes como el perfil psicológico que hacen ellos del potencial sospechoso. Y que la primera parte, a su manera, hace eje en la relación no solo de ellos con los criminales encarcelados (eso se trabajó más en la primera temporada) sino en la que existe entre ellos mismos, o entre sus vidas personales y laborales. Y creo que el principal error está ahí, en la situación personal que atraviesa el Agente Tench que, si bien le da al personaje un fuerte conflicto familiar que repercute en su día a día y en su trabajo, es tan caprichoso y forzado que se siente todo el tiempo como una manipulación de los guionistas para llevar al personaje a atravesar zonas oscuras que antes parecía no tener.

No quiero adelantar cuál es el conflicto ya que aparece promediando la temporada y prefiero no spoilear, pero si quieren los debatimos en los comments. Los que lo vieron sabrán qué es. Lo único que se me ocurre decir de esa «subtrama» es que, además de forzada y caprichosa, es bastante irresponsable y, finalmente, banal. Es más que nada utilitaria y sirve para que cada frase que Tench escuche de ahí en más rebote en su conciencia en relación a «los problemas en casa», algo que aumenta el nivel de obviedad que muchas veces tienen los diálogos expositivos entre los personajes. Ese nivel de subrayado no le hace nada bien a MINDHUNTER, la banaliza y la ata a esos criterios «traumáticos» de construcción de guion, que piensan que los personajes solo pueden definirse a partir de un asunto oscuro o secreto de su pasado o su vida personal. Y si bien eso debería otorgarle una mayor complejidad al personaje lo termina banalizando, convirtiéndolo en un receptáculo de ideas preconcebidas y casi conductistas de comportamiento. Todo lo que hace, dice o piensa puede alinearse simplemente a una causa concreta y toda sutileza desaparece. Ya no es una persona, es una construcción narrativa. Un personaje.

MINDHUNTER

De vuelta, siento que ese problema banaliza a una serie que podría ser mucho mejor. MINDHUNTER tiene elementos en su universo y en el plantel de talentosos directores que la conducen (que logran el milagro, por ejemplo, de hacer interesantes y tensas muchas de las largas escenas de entrevistas filmadas en lugares cerrados, algo que no es nada sencillo) como para ser excepcional, pero da la impresión que se filma con la primer versión de guion. Tomarse un poco más de tiempo y refinarla puede ser problemático para la cadena de producción de Netflix, seguramente, pero a la larga le vendría mucho mejor si quieren transformarla en un clásico. Lo vivieron ya cientos de series (el ejemplo reciente de GAME OF THRONES es claro al respecto) y no parece haber posibilidad de salir del problema. La estructura de 8, 10, 13 o 22 episodios al año podía ser tolerable en una época en la que no se le exigía demasiado a la televisión. Ahora que está en pleno apogeo de «prestigio» se nota muchas veces que las temporadas necesitan más tiempo de preparación y maduración. Si lo «cinematográfico» de las series está solo en la calidad de la imagen y el nivel de producción no es suficiente. Si desean que un espectador se comprometa horas y horas con una serie es fundamental ponerle igual o más dedicación y tiempo a los guiones.