Festival de Mar del Plata 2019: críticas de la Competencia Internacional

Festival de Mar del Plata 2019: críticas de la Competencia Internacional

Aquí van textos sobre varias de las películas de la competencia internacional del festival marplatense, incluyendo lo nuevo de Karim Ainouz, Angela Schanelec, Jonás Trueba, Oliver Laxe y Pedro Costa, entre otros.

EL CUIDADO DE LOS OTROS, de Mariano González.


A VIDA INVISIVEL, de Karim Aïnouz. El realizador brasileño de la, a esta altura, mítica MADAME SATA retorna al melodrama puro y duro en este ambicioso film centrado en las vidas de dos hermanas que, para ocultar «vergüenzas familiares» en los años ’50, son separadas e impedidas de encontrarse. Eurídice es la menor, una pianista que sueña con irse a estudiar piano a Europa, pero a la que las cosas llevan a quedarse en Brasil, infelizmente casada. La mayor, Guida, sí se va a Europa pero en plan romántico con un marinero griego, pero vuelve sola y embarazada. El padre no solo la echa de su casa sino que le dice que su hermana está en el Viejo Continente cuando no es cierto. Y la única forma de comunicarse con ella, Guida supone, será a través de cartas.

Así comienzan las desventuras de estas dos hermanas a lo largo de estos 140 minutos de «melodrama tropical» en los que Aïnouz apuesta a un estilo un poco más clásico que en previos films suyos. Toma un poco de tiempo acostumbrarse a los modos de la propuesta, pero una vez que el espectador se suma a las complicadas vidas de las chicas la película va cobrando cada vez más fuerza emocional. Una actualización a estos tiempos de los modos y temas del melodrama cinematográfico de los años ’50, la película que representará a Brasil en los premios Oscar puede no ser tan potente y radical como BACURAU pero, en sus modos elegantes y sutiles, encuentra el modo de ser políticamente comprometida y hasta audaz.

BLACK MAGIC FOR WHITE BOYS, de Onur Turkel. Muchos no han escuchado el nombre de Turkel o, si lo hicieron, fue por CATFIGHT, la comedia negra suya protagonizada por Sandra Oh que está en Netflix. Lo cierto es que Turkel viene filmando este tipo de películas independientes con un toque absurdo y fantástico hace unos veinte años. Cineasta de culto aún para los cultores del indie americano, lo que Turkel hace quizás no trascendió demasiado porque da la impresión que sus películas no logran captar del todo su potencial. El hombre (que actúa también en la película) tiene buenas ideas, es capaz de producir graciosos momentos, pero no termina por generar nada demasiado interesante.

Aquí la idea incluye a un mago que hace verdadera «magia negra» y es capaz de hacer desaparecer personas lo cual, combinado con cierta rapacidad inmobiliaria de gente blanca adinerada que compra edificios para seguir «gentrificando» Brooklyn, genera una interesante metáfora racial acerca de los cambios en Nueva York. Pero la película nunca es más que ese par de ideas y algunas situaciones graciosas e igualmente «fantásticas» (hay un hombre que vende medicamentos ilegales que curan cualquier enfermedad) en una larga serie de sketchs cuyo nivel de simpatía y gracia va decreciendo con el correr de los minutos. Es una comedia simpática y muy casera que entretiene de a ratos hasta que uno termina un poco agotado de sus egoístas y un tanto irritantes personajes.

I WAS AT HOME BUT, de Angela Schanelec (link)

LA VIRGEN DE AGOSTO, de Jonás Trueba. La nueva película del realizador español es otra extraordinaria exploración en la vida cotidiana de un grupo de jóvenes, partiendo específicamente de las vivencias de una mujer que se va a vivir a una casa prestada en Madrid durante agosto, cuando la ciudad está entre desierta y de vacaciones. Su vida parecerá la de una turista, yendo de bar en bar, al cine, a recitales y a las distintas fiestas barriales que se hacen en la ciudad. Allí conocerá nuevos amigos y amigas, se reencontrará con viejas parejas, se meterá en algunos enredos sentimentales y, más que nada, experimentará lo que la ciudad le propone.

Otra vez en un registro que es comparable al de Eric Rohmer y, quizás, al del coreano Hong Sangsoo, Trueba arma su estructura dramática a partir de esas situaciones casuales que a Eva (una magnética Itsaso Arana) la van llevando por caminos que no imagina, como alguien que sale a la calle cada mañana y va viendo qué le depara el día sin saber ni cómo ni dónde ni con quién lo irá a terminar. Si bien sus dos horas pueden parecer un tanto largas para este tipo de narración tan episódica, se pasan de la misma manera luminosa y amable –aunque no exenta de algunas situaciones complicadas– que los días de Eva en un agosto madrileño que será, para ella y para los espectadores, inolvidable.

LES ENFANTS D’ISADORA, de Damien Manivel. Pequeña aún para los estándares de un realizador que acostumbra a hacer películas que pueden considerarse pequeñas (LE PARC), este nuevo film del cineasta francés se centra –al menos en principio– en la vida de una bailarina que quiere poner en escena una coreografía creada por Isadora Duncan, titulada «La madre», en la que ella ponía en juego el sufrimiento de haber perdido a sus dos hijos.

Manivel parte de esa excusa –y de la investigación de la bailarina sobre la vida de Duncan– para luego ir girando hacia otros territorios y personajes, perdiendo un poco al espectador en ese viaje un tanto caprichoso, que si bien está organizado desde un punto de vista temático se siente demasiado desarmado desde lo narrativo como para generar un compromiso emocional en quien lo ve. De todos modos, escenas sueltas y momentos específicos dejan en claro que se trata de un cineasta que sabe acercarse a sus criaturas e iluminar sus enormes conflictos de una manera que parece natural.

LOS SONAMBULOS, de Paula Hernández (link)

O QUE ARDE, de Oliver Laxe (link)

SCATTERED NIGHT, de Lee Jihyoung, Sol Kim. La película coreana cuenta el proceso de separación de una pareja desde el punto de vista de sus hijos, especialmente de la más pequeña, la muy perspicaz Sumin (una excelente actriz, de paso, Moon Seung-a, ganadora en su rubro en el festival de Jeonju). La niña va tratando de entender qué sucederá con el grupo familiar tras la mudanza de su padre, la venta de la casa y de lo que parece ser –o al menos ella y su hermano mayor lo entienden así– la idea de que cada uno de ellos vivirá con uno u otro de los progenitores, un plan que resultaría, de ser cierto, entre incomprensible y macabro.

Durante su notable primera hora la película se pega al punto de vista de los chicos, permitiendo que su confusión con respecto a las vidas de sus padres sea también la nuestra, haciéndonos cómplices del miedo y el dolor que la situación provoca. Pero en un momento el punto de vista se rompe y, a la vez, aparecen algunas situaciones dramáticas un tanto forzadas que no se sienten demasiado orgánicas al tono que el relato llevaba hasta ese momento. Pese a ese tercer acto levemente decepcionante, esta pequeña película coreana involucra al espectador en la experiencia de un divorcio desprovista del contexto que un adulto le puede poner. Y el sufrimiento (y el fastidio) de Sumin es el de todos nosotros.

SOUTH MOUNTAIN, de Hilary Brougher. Otra historia de disolución familiar, ésta de origen norteamericano, la película de Brougher arranca pintando lo que parece ser una plácida experiencia de fin de semana de una familia que vive en una zona campestre, alejada de la ciudad, pero a los pocos minutos nos topamos (nosotros y la protagonista, Talia Balsam) con una sorpresa: el marido no solo acaba de tener un hijo con otra mujer sino que le anuncia que la deja para irse a vivir con ellos a Brooklyn. Lo que hace la mujer de ahí en adelante será el centro de esta historia, que va oscureciéndose con el correr de los minutos.

Con sus hijos adolescentes en medio de un campamento de verano –y sin enterarse de nada–, Lila atraviesa a su manera la novedad. Y, acaso por el propio tipo de relación establecida con su marido, no será tan previsible ni convencional en sus actos. No vale la pena adelantar más ya que entre lo más interesante y curioso que la película tiene para ofrecer son las extrañas (y por momentos irritantes) decisiones de Lila con respecto a su vida sentimental y familiar. Una película que, más allá de unos hilos sueltos de un guion un tanto caprichoso, cuenta de manera sensible la historia de una mujer que debe luchar para reacomodarse a una nueva realidad.

VITALINA VARELA, de Pedro Costa (link)