
Series: crítica de «Normal People», de Lenny Abrahamson y Hettie Macdonald
La serie coproducida por la BBC y Hulu adapta la novela de 2018 de Sally Rooney centrada en la complicada historia de amor entre dos jóvenes irlandeses que se extiende, con sus idas y vueltas, a lo largo de varios años.
Basada en la exitosa y premiada novela de la escritora irlandesa Sally Rooney, publicada en 2018, y adaptada por la propia autora junto a Alice Birch, la miniserie británica producida por la BBC y Hulu apuesta, a la vez, por la épica y la intimidad a la hora de contar una historia de amor que se desarrolla a lo largo de varios años. En un formato raro de doce episodios de 30 minutos (o menos) cada uno, NORMAL PEOPLE intenta ser, a la vez, pequeña y ambiciosa, humana y abarcadora. Esa «épica» esta dada, fundamentalmente, por el paso del tiempo y, por otro lado, por las cambiantes emociones de los dos protagonistas, Marianne y Connell.
La serie arranca cuando ambos cursan juntos la escuela secundaria en Carricklea, un aparentemente pequeño pueblo en el condado de Sligo, en el oeste de Irlanda. Connell (Paul Mescal) es un chico aceptado y popular ahí, que juega a esa extraña mezcla de fútbol y rugby que es el fútbol gaélico (muy popular en Irlanda) y es ídolo del equipo escolar. Marianne (Daisy Edgar-Jones) es una chica solitaria –ácida, inteligente, confrontativa– que tiene mínima relación con los demás ahí adentro. La conexión con Connell es indirectamente laboral: la mamá de él, Lorraine, se ocupa de la limpieza de la casa de la madre de Marianne. Y eso genera que se crucen, casualmente, fuera del tenso y muy «vigilado» ambiente escolar.

En ese espacio fuera de la escuela, descubriendo gustos en común por la lectura, es donde ambos empiezan a relacionarse, lejos de la mirada juiciosa de los compañeros. De hecho, cuando ambos empiezan una relación la mantienen en secreto, ya que no quieren (especialmente él) que sus amigos lo marginen por estar con la «chica rara». A lo largo de los primeros tres episodios se desarrollará esa primera etapa de NORMAL PEOPLE que continuará luego cuando a ambos les toque compartir universidad en Dublín, si bien en carreras y circunstancias muy distintas. Ya allí, la lógica y la «posición social» de ambos cambiará radicalmente.
De ahí en adelante, en una línea de tiempo que nunca es del todo clara pero se extiende a lo largo de varios años, se sucederán una serie de encuentros, desencuentros y reencuentros varios, intentarán reformular su relación como amistad, verán –generalmente con dolor.. las otras parejas que cada uno tiene e irán sosteniendo una relación que se va enredando y complicando cada vez más. No solo por los otros: sus propios miedos, sus diferentes personalidades, sus muy distintas familias y clases sociales serán elementos que se sumarán para que pasen quizás más tiempo separados que juntos a lo largo de la historia.

NORMAL PEOPLE funciona muy bien como una historia de amor complicada gracias, especialmente, a la química entre los dos actores y a la manera en la que el guión, por lo general, logra no forzar demasiado sus idas y vueltas respecto a la relación. Connell es tímido, amable y querido por todos, pero no está públicamente en contacto con sus emociones (quizás sí cuando escribe, pero no tanto en lo cotidiano) y a veces no se atreve a hablar cuando es necesario. Marianne es más volátil y tiene una más tensa historia familiar que la ha marcado. Es una de esas chicas que parecen muy fuertes pero que, hurgando apenas un poco, revelan ser extremadamente frágiles.
Los seis primeros episodios fueron dirigidos por Lenny Abrahamson (FRANK, LA HABITACION) y los últimos seis por Hettie Macdonald (con mucha experiencia en televisión), y si bien, más allá de ciertos detalles, no hay grandes diferencias entre ambos, la historia funciona mejor en su primera mitad ya que, en cierto punto de su evolución, las idas y vueltas de la relación se vuelven un tanto caprichosas y hasta forzadas. De todos modos, la resolución es más que satisfactoria.
Lo mejor de la serie es su intento de acercarse emocional e íntimamente a sus dos protagonistas. Si bien hay muchos personajes alrededor y varias etapas que ellos deben atravesar, raramente la historia se aleja de ambos (o de uno u otro, separadamente), al punto de que casi todos los personajes secundarios son, o bien poco relevantes o están trazados de una manera un tanto simplista, como es el caso del hermano o algunas de las parejas de Marianne. La serie tiene una franqueza sexual inusual en estos tiempos (ahí queda claro que no es un proyecto estadounidense) y también es inteligente a la hora de poner en juego las contradicciones emocionales de ambos y los límites impuestos por la pertenencia a una determinada clase social.

NORMAL PEOPLE (el libro se editó en castellano como GENTE NORMAL) falla un tanto más en algunos detalles que quizás no sean importantes pero que le quitan cierta densidad a la historia. La musicalización con tristes y melancólicas baladas de cantautores se vuelve un tanto cansina (los temas en sí no son necesariamente malos pero escuchados continuamente nos da la sensación de que la serie transcurre dentro de una cafetería «con onda») y por momentos se exagera con los clips de transición que van dando a entender el paso del tiempo. Acaso no sea importante, pero ese tono de publicidad indie que la miniserie tiene por momentos banaliza la complejidad y a la franqueza más cruda a la que parece apostar en otros.
En ese balance de pros y contras, NORMAL PEOPLE funciona, como decía, por sus personajes y la química que poseen entre ellos, que torna creíble una historia amorosa entre dos personas en apariencia muy distintas que quizás conectan porque ninguno se siente del todo cómodo dentro del rol social y económico asignado. Si uno logra involucrarse emocionalmente en la serie, seguramente en un punto se sentirá parte de la complicada historia de amor entre Marianne y Connell. Y le importarán poco y nada algunas debilidades del guión o de la puesta en escena. Es que la relación entre ellos es lo suficientemente fuerte como para atravesar no solo muchos de los conflictos de la trama sino también los problemas estructurales de la propia serie. La emoción, dolor y frustración que genera su historia conectan con el espectador, a veces casi a pesar suyo.
Nota: aquí la banda sonora de canciones de NORMAL PEOPLE en una playlist de Spotify.
Leí el libro en enero y estaba esperando está adaptación. Hasta el momento ví 8 capítulos y está muy bien lograda. En cuanto a la cronología de la historia, respeta bastante la estructura del libro. De un capítulo a otro pueden haber pasado 5 minutos o varios meses.
Estoy de acuerdo con que la banda sonora vuelve un tanto cliché a una historia que busca correrse de ahí.
La química entre ambos es llamativa y celebro que en las escenas de sexo, la desnudez sea igual para ambos actores y no únicamente se vea el cuerpo femenino.
No eata en netflix?
No. Habitualmente cuando algo está en Netflix lo aclaro.
Estimado Diego, en tu reseña encontré las palabras que estaba buscando para dar cierre a esta historia.
Es, sin dudas, una serie con la que cualquiera lograría identificarse. Probablemente se atribuya a la ambición en transmitir lo humano, si me permitís el parafraseando. Aunque también quiero destacar el trabajo que hicieron con lo cotidiano, al cual lo pudieron dotar de cierto encanto.
Particularmente me sorprendió la maduración de los personajes a lo largo de la historia. Cuando empezó la serie, pensé «no, por favor! otra serie cliché de adolescentes». A los pocos minutos, me di cuenta de que estaba equivocada. Si bien trata las banalidades de las vivencias típicas del secundario, a medida que el tiempo (y la serie) transcurre, los personajes crecen y se enfrentan a problemas típicos que culminan en hacer de ellos jóvenes adultos, reiteró, maduros.
Como bien decís, la segunda parte me resultó menos atractiva. Desconozco si fue por los giros narrativos o por el cambio de la dirección. No obstante, coincido en que la resolución fue satisfactoria. En un momento donde la serie se estaba volviendo pastosa por lo dramático y tenso, llega el último capítulo a dar un alivio. Viví con mucho enojo los minutos finales, debido a que me estaba resultando forzoso ese giro de trama, acompañado con un «ay buscan tan forzadamente que el público llore, con un recurso que ya han usado». Pero, nuevamente, esta serie me sorprendió al ver como se acepta la distancia y se la celebra como un acto de amor y libertad.
Respecto al sexo, es precioso el trabajo que hicieron con todo lo relacionado. Tiene un buen trabajo de fotografía, que transmite con los primeros planos una sensación de sensualidad y franqueza a lo largo de toda la historia. La conexión que sienten los personajes se perfecciona cuando tienen intimidad, lo cual lo hace tan real. Lograron transmitir lo que se siente vivir un vínculo donde se conecta con el otro.
Frescura, franqueza y conexión definitivamente son las tres palabras que usaría para describir esta historia.
Bravo por tu reseña.
me parecio una tremenda mierda
Donde se puede ver la película?
Es para mentalidad de gente joven, menos de 40, a partir de aquí si tienes un poco de experiencia de vida ver esto da mucha pena, ya resulta repetitiva, no apporta nada
Lo que no me gusta fue que, al final, después que están ya felices juntos, tienen que separarse otra vez, es que le costaba mantenerse juntos, solo quiero saber si la.novela termina así.