Estrenos online: crítica de «Nasha Natasha», de Martín Sastre (Netflix)
Este documental se apoya en la gira de Natalia Oreiro por diversas ciudades de Rusia en 2014 para recorrer la vida de la actriz y cantante, además de tratar de entender la fascinación que despierta en ese país.
Una versión reeditada del film que tuvo su estreno mundial en el Festival de Moscú de 2016, NASHA NATASHA es un retrato íntimo de la gira de Natalia Oreiro por Rusia durante 2014, acompañado por un rápido repaso de su carrera profesional. Lo más interesante de este documental de Sastre es, sin dudas, poder observar la fascinación que despierta Oreiro en el Este de Europa y, especialmente, en la ex Unión Soviética, donde muchísimas adolescentes la adoptaron como ídola y referente a finales de los años ’90 gracias a la novela MUÑECA BRAVA, en plena época de importantes cambios políticos y culturales en ese país y en la región. Fascinación que continúa hasta la gira que aquí se registra y muy posiblemente hasta el día de hoy.
Claramente, Sastre ha tenido un acceso muy directo a la intimidad de la gira, acompañando al grupo de músicos desde Buenos Aires hasta el interior más profundo, lejano y, especialmente, helado de Rusia, muchas veces viajando en tren. Es así que entonces, casi como si estuviera en una película de espías, el Tour Oreiro se va adentrando en pequeñas ciudades hasta llegar a Siberia, registrando las performances de algunas canciones en vivo pero, más que nada, los ensayos, preparativos y la relación de Natalia («Natasha», como le dicen allí, cariñosamente) con sus fans devotas, muchas que la adoptaron como ídola siendo niñas y adolescentes y que, en la gira del 2014 que registra el film, ya rondan los treinta o más años.
A la vez, NASHA NATASHA repasa la vida de la actriz y cantante, empezando por su infancia y adolescencia en el Cerro montevideano –hay testimonios de sus padres, su hermana y amigas de entonces–, sus mudanzas familiares, sus primeros «éxitos» en la publicidad (el hoy incomprensible aviso de tampones en el que se la veía pasando adelante de chicos que la miraban de arriba a abajo, en un short blanco y ¡con 14 años!) y su mudanza solitaria a Buenos Aires para avanzar luego por lo más conocido de su carrera: paquita de Xuxa, novelas, discos, viejas giras, películas, casamiento con Ricardo Mollo, maternidad, la relación con su hijo Atahualpa y varios etcéteras.
Pero si bien esa parte de la película no sale de cierto esquema de «documental oficial» (hay testimonios de Mollo y Facundo Arana, entre otros, aunque por suerte no hay un abuso de «cabezas parlantes famosas»), en la gira Sastre prueba cosas un tanto más curiosas. Desde una voz en off en ruso leyendo textos de Eduardo Galeano hasta poéticas y bastante silenciosas (¿melancólicas?) escenas con Natalia en distintas situaciones de intimidad en Rusia. Por más que allí también es claro que estamos ante un film «promocional», al menos algunos recursos de puesta en escena demuestran ser más personales y hasta relativamente originales.
Otro interesante eje de NASHA NATASHA –al menos para mí– son los testimonios de varias mujeres rusas que hablan de sus propias experiencias y fanatismo adolescente por Oreiro. De hecho, algunas de ellas hasta aprendieron castellano por ella o bien viven acá. En esas conversaciones surgen también otras formas de entender ese fenómeno, uno que tiene que ver con el momento de ese país cuando ella apareció, con algunas cuestiones ligadas al rol de la mujer bajo la Unión Soviética, con la sorprendente familiaridad que les despierta el personaje (su nombre es muy común ahí y en un momento uno podría llegar a pensar que hasta luce bastante parecida a una «europea del este») y con la sinceridad y el afecto con el que Oreiro las trata. Esa verdad emocional trasciende la pantalla y hasta el formato para darle los mejores momentos a este documental.
Me gusto mucho , esta bien hecho y es emocionante.
Muy bien hecho. Muestra el sentimiento desde adentro. Grande nati siempre sensible y dulce.