Estrenos online: crítica de «Enola Holmes», de Harry Bradbeer (Netflix)
Basada en el personaje creado por la escritora Nancy Springer, esta película imagina las aventuras de la hermana menor de Sherlock Holmes, una detective igual o más talentosa que el famoso personaje de Arthur Conan Doyle. Con Millie Bobby Brown, Henry Cavill y Helena Bonham-Carter.
Muy acorde a los tiempos que corren, este twist genérico del universo de Sherlock Holmes se centra en su hermana menor, Enola, personaje que no existía en las historias originales de Sir Arthur Conan Doyle y que fue creado para la serie de novelas juveniles «The Enola Holmes Mysteries» por Nancy Springer. Interpretada por Millie Bobby Brown (STRANGER THINGS), Enola posee una inteligencia y capacidad de deducción igual o mayor a la de su célebre hermano, además de haber aprendido a defenderse físicamente y, más que nada, a no aceptar el rol secundario que se espera de una mujer en la época victoriana. Inspirada por su madre, Eudoria (Helena Bonham-Carter), que la educó en su caserón de una manera poco convencional, la adolescente se ha convertido en una chica fuerte e independiente que rechaza todas las convenciones y roles sociales predeterminados.
Todo parece caerse cuando, al Enola llegar a los 16 años, su madre desaparece de la casa sin dejar rastro. Para «hacerse cargo de la situación», llegan sus hermanos mayores Mycroft (Sam Claflin, de LOS JUEGOS DEL HAMBRE) y Sherlock (Henry «Superman» Cavill), quien ya es un detective estrella conocido en toda Inglaterra. Ellos, que casi no conocen a su hermanita y no entienden su actitud y forma de vestir, pretenden enviarla a una escuela tradicional, pero la chica se escapa con la idea fija de encontrar a su madre. Sabe, por su íntima relación y por los detalles y secretos que conoce de su vida, que la mujer le está dejando pistas para que la encuentre. O bien para que, en el proceso de buscarla, Enola se enfrente al mundo real y ponga en práctica esa independencia de criterio y fortaleza que le enseñó en el hogar.
Ese es el punto de partida de ENOLA HOLMES, una película que de allí en adelante se convertirá en un relato más de aventuras y acción que de misterio y suspenso (en la escuela Guy Ritchie, aunque sin tanta parafernalia visual) y en el que Enola intentará descubrir qué pasó con su madre mientras trata de evitar ser enviada de regreso a una educación femenina más tradicional y conservadora. A la vez –y es aquí donde la película combina la posible «origin story» de la protagonista de esta serie de varias novelas con el primero de sus casos a resolver–, Enola se topa con un joven marqués, un heredero millonario, que también se ha escapado de su casa por motivos que tendrán que descifrar. Tanto ella como los espectadores.
En un film cuyo público ideal es el (pre)adolescente, ENOLA HOLMES funciona, como varios films basados en novelas para «jóvenes adultos», como una de esas historias de reafirmación femeninas en las que una chica es sacada del rol pasivo que habitualmente se le daba en este tipo de relatos para convertirla en la heroína. Bradbeer, un veterano de series de TV, le brinda un tono excesivamente moderno al relato, con Enola hablando a cámara como si fuera una chica teniendo un Instagram Live en 2020 (sí, Bradbeer dirigió episodios de FLEABAG), pero sin intenciones de romper los códigos de la época en otros aspectos. Es uno de esos intentos habituales de los grandes estudios por tratar de volver modernas a sus películas de época, tratando de revestir el final del siglo XIX con ritmos, estilos y, sobre todo, ideas acerca de comportamientos sacados de las últimas décadas.
Si bien es un experimento noble intentar convertir a la hermana de Sherlock Holmes en una especie de ícono protofeminista, el problema de ENOLA HOLMES es que lo hace sin sutileza alguna. Escena tras escena, la película subraya y enmarca frases que parecen hashtags aptos para redes sociales (#mylifeismyown, #thefutureisuptous y varios más así), sin ser capaz de integrar esos conceptos de una manera más fluida y natural. De todos modos, la carismática y entusiasta Brown logra ponerse al hombro el relato de una manera bastante transparente, verbalizando estos conceptos como si fuera la primera vez que los escuchara. Sus más famosos coprotagonistas Cavill y Bonham-Carter tienen papeles realmente secundarios, desapareciendo por completo durante buena parte del relato.
Narrativamente la película tiene el clásico problema de una narración bifurcada en la cual dos tramas parecen competir entre sí: la búsqueda de la madre y «el caso del marqués» (que es el título del primer libro de Springer y de donde se adaptó la historia), lo cual genera unos vaivenes dramáticos permanentes. Y la resolución de las dos historias, que previsiblemente están ligadas a los mismos temas de los que habla la película, no están a la altura de las dos horas que demanda la experiencia, dejando la sensación de un final un tanto abrupto y un cierre más pensado como «continuará…» que como otra cosa.
Si bien está recomendada para chicos de 13 en adelante –por algunas menores escenas violentas, nada fuera de lo habitual–, ENOLA HOLMES podría funcionar bastante bien en un público de chicos entre, digamos, los 10 a 16 años. Como franquicia a seguir en un posible futuro (Springer escribió seis libros con el personaje) es de todos modos bastante aceptable. Eso sí, si Millie sigue creciendo a este ritmo, en breve habrá que reemplazarla por otra actriz. Y otra. Y luego otra más…