Estrenos online: crítica de «El Halloween de Hubie», de Steven Brill (Netflix)
Esta nueva comedia, con algunos elementos de terror, protagonizada por Adam Sandler se centra en un hombre –el tonto del pueblo– que trata de descubrir quien está haciendo desaparecer a personas durante la Noche de Brujas. Con Kevin James, Steve Buscemi, June Squibb, Julie Bowen y decenas de cameos de celebridades amigas de la casa.
La nueva comedia de Adam Sandler, armada a medida de los rituales del mes de octubre, apenas toma el escenario y la lógica de una película de terror pero no pasan por ahí sus intenciones. En EL HALLOWEEN DE HUBIE el actor retoma su característico esquema –y elenco– cómico para una película mucho más inocente y si se quiere tierna de lo que se podría esperar. Y acaso lo más destacable del film de Steven Brill (EL HIJO DEL DIABLO) pasa por ahí, por ofrecer un manto de amabilidad y cariño en una temporada que parece armada y pensada por y para bullies de todo tipo.
Hubie (Sandler en modo tontuelo sin cuota de agresividad alguna) es un solterón inocente que vive en Salem, ciudad que por motivos obvios le da bastante importancia a la Noche de Brujas. Vive con su madre (un extraordinario personaje encarnado por June Squibb, cuyo vestuario es digno de imitar), sigue enamorado de la chica del secundario que se casó y luego se divorció del jefe de policía local (Julie Bowen y, ¿quién otro sino Kevin James?) y su mayor obsesión es ser el «guardián» o «monitor» de los eventos organizados para Halloween, tratando que nada se salga de la norma, especialmente entre los adolescentes.
El problema principal de Hubie, de todos modos, es otro: es el centro de las bromas de todo el pueblo. Se burlan de él adultos, adolescentes, niños, compañeros de trabajo y casi cualquiera que se lo cruce (un gag visual muy sencillo y efectivo consiste en que siempre le están tirando cosas, aún cuando está en los lugares más insólitos), pero el hombre casi no responde. Es algo así como «el tonto del pueblo». Y ya ni se esfuerza en cambiar la percepción de sus vecinos.
Una serie de hechos lo obligarán a intentar tomar las riendas de las cosas cuando todo se empiece a complicar, justo en Halloween, a partir de algunas misteriosas desapariciones. ¿Quién estará detrás de todo eso? Se sabe que hay un hombre que escapó de un manicomio (Rob Schneider) y él podría ser el responsable. O quizás ese extraño nuevo vecino (Steve Buscemi) que podría ser un hombre lobo o algo parecido. O hasta el propio Hubie, intentando vengarse secretamente de quienes todo el tiempo lo agreden.
Pero si vieron comedias de Sandler sabrán que la trama es lo de menos. Apenas una excusa para algunos gags, cuya efectividad es variable. En este caso lo mejor que se puede decir de la película es que, más allá de sus chistes más simples y que apuntan a un espectador de no más de 15 años, lo que atraviesa la historia es la bonhomía del protagonista, un tipo que vive siendo agredido desde que tiene uso de razón pero que por algún motivo inexplicable aún cree en la bondad de la gente.
Algunas situaciones divertidas ligadas a los muchos cameos y apariciones breves que hay en el film funcionan bien (una con Shaquille O’Neal es bastante efectiva, otra con Michael Chiklis también y un poco menos las de Maya Rudolph), lo mismo que algunos gags visuales simpáticos (muchos ligados a los mil usos posibles de un termo), mientras que otros pasan de largo sin dejar rastro alguno. Pero dentro del patrón esperable en una comedia hecha sin más preparación que la que existe entre un grupo de amigos que se junta a filmar, a comer y a pasarlo bien durante unas semanas (antes de la pandemia, quiero creer) el promedio está dentro de lo aceptable.
De vuelta, quizás lo mejor que tiene EL HALLOWEEN DE HUBIE –en especial en estos tiempos de agresividad permanente y en vísperas de las elecciones en un país que tiene como presidente a la versión septuagenaria de Biff de VOLVER AL FUTURO— sea esa pátina de candidez y humanidad que la recorre. Es solo una tonta comedia de Halloween contra los bullies, con June Squibb portando remeras que dicen cosas como «If You Can Read This, You’re In Fart Range” y con el mismísimo Steve Buscemi posiblemente transformado en hombre lobo. Quizás, en estos amargos tiempos que corren, sea suficiente para aliviar algunas penas… al menos durante un poco menos de dos horas.