Estrenos online: crítica de «Small Axe 5: Education», de Steve McQueen (BBC/Amazon Prime)

Estrenos online: crítica de «Small Axe 5: Education», de Steve McQueen (BBC/Amazon Prime)

La última película del ciclo dirigido por el realizador de «12 años de esclavitud» se centra en un chico que, en los años ’70, es enviado a una «escuela especial» que de especial no tiene nada.

La última película del ciclo SMALL AXE, como bien dice su título, se centra en otro aspecto difícil de la relación entre la comunidad afrocaribeña y las instituciones británicas. En este caso, el escolar. La que se cuenta aquí es la historia del pequeño Kingsley (Kenyah Sandy), un chico vivaz, inteligente y apasionado por la astronomía que tiene algunas dificultades en la escuela (lee muy mal para su edad y se distrae fácilmente) y es enviado por las autoridades a una escuela de «educación especial» que es, prácticamente, un lugar donde los chicos están casi abandonados a su suerte.

A través de las experiencias de Kingsley –que se basan en buena medida en situaciones que vivió el propio McQueen en su infancia–, EDUCATION denuncia lo que fue un sistema que, a lo largo de muchos años (la película transcurre en la década del ’70), se dedicó a sacarse de encima a muchos chicos de raza negra considerándolos poco inteligentes («subnormales» es la brutal definición que usan acá) para ir a la escuela con el resto de los alumnos y, al hacerlo, condenarlos a una vida con muy pocas oportunidades de desarrollo personal y profesional.

Kingsley es un chico curioso aunque algo desatento con una hermana mayor muy inteligente pero padres que no tienen tiempo para ocuparse de ellos ya que trabajan todo el día. Tan poca es la atención que le prestan a Kingsley que nadie parece haberse percatado que el chico casi no sabe leer o que tiene algún tipo de dislexia. Cuando a Agnes (Sharlene Whyte) la convocan de la escuela para decirle que su hijo no está en condiciones de seguir estudiando allí, la mujer parece aceptar la decisión sin demasiados problemas y seguir con sus sacrificios cotidianos. Es cierto que el director le «vende» el cambio de escuela de una manera prometedora, pero la mujer no levanta una ceja ni duda. Y el padre tampoco dice mucho. De hecho, él cree que la escuela es innecesaria ya que imagina que Kingsley terminará trabajando de carpintero como él.

Pero la nueva escuela no tiene nada de especial. Es, más bien, la desidia absoluta. Muchos maestros no vienen, otros no hacen casi nada en sus clases (una curiosa escena muestra a un maestro cantando y destrozando con la voz y la guitarra el clásico folk «House of the Rising Sun» de principio a fin) y los chicos están absolutamente fuera de control. Hasta que aparece por ahí una psicóloga infantil que trabaja en una organización que se dedica a advertir sobre este tipo de casos. Es ella quien observa la situación y trata de ayudar a Kingsley a salir de ese agujero educativo que está empezando a volverse personal: al chico ya no le brilla la mirada y se lo ve perdido y triste. No le será fácil –Agnes no parece demasiado interesada en su ayuda–, pero hará lo posible por ser una de las pocas influencias positivas en la vida de Kingsley.

Para ella –y para la asociación a la que pertenece– la «derivación» de Kingsley a esta escuela no es un hecho casual ni específico sino una suerte de sostenido programa del sistema educativo británico que ha tratado de sacarse de encima a muchos alumnos afrocaribeños en lo que puede ser visto como una mezcla de segregación, marginación y olvido. Más allá de algunos momentos de humor (algunas situaciones en la nueva escuela son bastante bizarras), la película funciona casi a la manera de un programa educacional: honesto, sincero, bien intencionado aunque un poco obvio y subrayado.

Con sus 65 minutos, EDUCATION no presenta situaciones o escenas que permitan un lucimiento formal de parte de McQueen y su equipo, pero de todos modos está narrada de un modo funcional y efectivo, remedando el tono de los dramas familiares británicos de los ’70. Quizás el guión tenga algunos problemas de credibilidad en un par de situaciones (que no conviene adelantar), pero esos detalles no le quitan potencia ni verdad. Como cierre de un proyecto que intentó exponer al mundo los distintos aspectos de la vida de las familias afrocaribeñas en Gran Bretaña, especialmente en lo que tiene que ver con el racismo, EDUCATION es un cierre positivo a toda esta experiencia, uno que asegura que el problema del sistema educativo no está en los alumnos «complicados» sino en las instituciones y en los programas de estudio que manejan.


Acá está el link a las críticas de las otras cuatro películas del ciclo SMALL AXE.