Estrenos online: crítica de «Malcolm & Marie», de Sam Levinson (Netflix)
Este drama de corte teatral del director de la serie «Euphoria» se centra en las peleas y discusiones de una pareja compuesta por un cineasta y su esposa actriz tras el estreno de una película que él dirigió. Con John David Washington y Zendaya. Desde el 5 de febrero.
En un año cinematográfico inusual y curioso, por motivos que son obvios, hay que sumarle las particularidades que tiene filmar durante una pandemia. O, al menos, en lo que debe haber sido sus primeros meses de cuarentenas más estrictas en el mundo ya que luego se habilitaron rodajes más tradicionales. MALCOLM & MARIE, que se verá por Netflix a partir del 5 de febrero, es uno de los ejemplares más elegantes y lustrosos de lo que se pudo hacer durante esas circunstancias. Y lo que se pudo (o, en algunos casos, se sigue pudiendo) se parece bastante a lo que solíamos llamar teatro.
Podrán decir que la puesta en escena, los travellings, la fotografía, la manera en la que Levinson (creador de la serie EUPHORIA e hijo de Barry Levinson) se acerca o se aleja de sus personajes dependiendo los vaivenes emocionales responde a un lenguaje que solemos llamar cinematográfico y que no es exactamente lo mismo que el teatral. Pero es un debate que no podríamos saldar nunca en una sola crítica. A los ojos de la gran mayoría de los espectadores, MALCOLM & MARIE se vivenciará como una obra teatral filmada con muchos recursos. Y como sucede con las recientes UNA NOCHE EN MIAMI o LA MADRE DEL BLUES –dos películas con protagonistas afroamericanos y a la vez muy teatrales, aún habiéndose hecho antes de la pandemia– hay un punto en que hay que admitir que la propuesta es ésa y juzgarla dentro de esos parámetros.
Malcolm (John David Washington, cada vez más activo) es un director de cine que vuelve con su joven mujer, actriz, llamada Marie (la estrella de EUFORIA, Zendaya) a su lujosa y aislada casa en Carmel tras lo que fue el estreno de su nueva película. Su film, un drama sobre una chica adicta a las drogas, ha sido muy bien recibido por el público y, aparentemente, por los críticos en dicha premiere. Malcolm está exultante: canta, bebe, baila y tiene ganas de festejar mientras recuerda comentarios que le hicieron en el evento. A Marie, en cambio, se la ve seria, callada, hasta molesta mientras se pone a prepararle un plato de mac & cheese.
Rápidamente nos enteraremos de qué es lo que sucedió: en la presentación de su película, Malcolm se olvidó de agradecerle a Marie y la chica se quedó visiblemente dolida, especialmente porque está convencida que el personaje y la historia que él filmó se basan en ella, en su propia pelea contra las adicciones. Malcolm pasa de disculparse para luego atacarla y se inicia ahí lo que será una serie de discusiones entre ambos –interrumpidas por algunos momentos de calma– acerca de la película en sí, la relación entre los dos, sus historias previas y todas las tensiones posibles que uno pueda imaginarse en un matrimonio que no parece estar pasando por su mejor momento y que está teniendo algo parecido a una terapia de pareja ante los espectadores.
MALCOLM & MARIE tiene los ritmos, los tiempos y la lógica de los intercambios verbales cada vez más intensos de una obra teatral, más allá de alguna referencia cinéfila tirada por allí o la obvia inspiración cassavetiana. Malcolm es un tipo bastante narcisista al que le cuesta dar crédito a otros y utiliza su verborrágica inteligencia de una manera agresiva e hiriente. Marie trata de hacerse oír y de transmitir su verdad pero suele ser dominada por las bruscas humillaciones de su marido. Y así se plantean una serie de batallas verbales que giran por distintos aspectos de su relación, incluyendo una –quizás la más amena y simpática, aunque igualmente brutal– en la que Malcolm tiene un ataque de furia al leer la primera crítica que aparece de su película en el Los Angeles Times. Una que, encima, es positiva…
Es innegable que estamos ante dos grandes intérpretes y una pieza que logra ser bastante ácida y dura en su retrato de los sueños, temores, celos y otros problemas de un director que se está haciendo lugar en Hollywood y de una actriz a la que le está costando mucho más lograrlo. Además de los problemas entre ellos, la película analiza mediante sus discusiones algunos hábitos problemáticos de la industria: la manera en la que todos se equivocan (críticos, productores) cuando tienen que lidiar con temas raciales, discusiones sobre la corrección política o sobre la mirada masculina del director respecto a la actriz de su película (algo que se podría decir también sobre esta película, en la que Levinson muestra a Zendaya con muy poca ropa casi todo el tiempo) pero siempre vuelven a lo central, que es el finísimo hilo del que parece pender su relación.
MALCOLM & MARIE es atrapante e intensa (por momentos, demasiado), tiene escenas realmente valiosas en lo actoral y acaso su problema más evidente sea que trabaja asignando roles a los personajes de una manera excesivamente tradicional en lo que respecta a sus géneros. El: agresivo, narcisista y dominante. Ella: quejosa, dolida y humillada. Da la impresión que ahí Levinson no logra escapar de ciertos clichés y, al hacerlo, le quita ambigüedad al relato ya que el espectador se pone de entrada en el lugar de Marie y se hace difícil escuchar los argumentos de cada uno desde otra perspectiva. Es claro, muchas veces, que Malcolm tiene cierta razón en lo que dice, pero la película construye al personaje de una manera tan desagradable y egocéntrica que es casi imposible ponerse de su lado, desbalanceando la discusión tanto en lo intelectual como en lo personal y conviertiéndola en una sesión de tortura emocional para la pobre Marie/Zendaya.
De todos modos, tanto el hijo de Denzel (que, al igual que el director, nació casi adentro de la industria) como la más joven Zendaya son tan buenos intérpretes que logran que MALCOLM & MARIE sea, aún con sus variados problemas, una de las más sólidas ¿películas? que se han podido hacer en el marco de las cuarentenas de 2020. Y seguramente estarán nominados en sus respectivos rubros a los premios Oscar. La industria, como bien dice el propio Malcolm en algún momento, es bastante previsible. Y los protagonistas del film cumplen con todos los requisitos para estar en todas esas alfombras rojas y ceremonias, aunque esta vez sean virtuales.