Estrenos online: crítica de «Centinela», de Julian Leclercq (Netflix)
Esta muy floja película de acción tiene como protagonista a Olga Kurylenko como una traumatizada soldado francesa que debe vengarse de quienes violaron a su hermana.
Hay muchas malas películas en Netflix. Muchas, demasiadas. Pero no solo entre las de su catálogo sino, principalmente, entre sus novedades. Y las hay de todos los géneros, en ese sentido no se hacen diferencias: malas comedias, malos dramas familiares, malas películas de suspenso, malos films de acción. Aún dentro de ese «generoso» panorama, CENTINELA se destaca. Es que dentro de las películas de acción lo que menos uno espera en 2021 es una cierta efectividad, impacto kinético, algo de energía cinematográfica. Hay películas muy flojas recientes de ese género que por lo menos tenían una cierta potencia a la hora de las escenas de acción o suspenso. Esta es una excepción a todas las reglas. Acá está mal todo.
Si me preguntan porqué la vi les explico. No se trata de una obligación de cubrir estrenos ni mucho menos, pero a veces me interesa seguir determinados éxitos de público, saber por donde pasa el interés de un mercado. Si una película va primera en taquilla –o rankea alto en el discutible Top 10 que presenta Netflix– me da curiosidad verla para entender si se quiere al mercado y a la gente que lo compone. O lo que Netflix cree que a la gente le interesa ver. A juzgar por CENTINELA diría que estamos en problemas.
Es una película cuya brevedad ya hace suponer tijeretazos varios (casi no hay films de acción de 80 minutos) y, al verla, queda claro que esto es el esqueleto de otra película probablemente aún peor. Es una historia de una simpleza demoledora: Klara (Olga Kurylenko), una soldado/traductora franco-rusa un tanto traumada por una fuerte experiencia en la guerra de Siria, vuelve a su país y se reúne con su familia en Niza, donde queda apostada a vigilar las calles. Una noche sale con su hermana a bailar y al otro día la chica aparece en coma tras haber sido violada. Klara debe encontrar a los protegidos culpables y hacer justicia. Y eso es prácticamente todo.
No imaginen un complejo entramado de sospechosos y pistas raras ni nada parecido a la hora de la búsqueda. Todo es claro, obvio y evidente, y lo único que falta sumar a lo ya citado es la adicción a opioides de la chica. De todos modos su falta de peripecias no es lo que más me preocupa o molesta (de hecho, los films de acción y suspenso recientes suelen pasarse de rosca con sus enredadísimas tramas, así que algo simple y claro podría ser bienvenido) sino la constante impericia del film en todos sus aspectos. Dramáticos, narrativos, actorales, de diálogos (y acentos) y, especialmente, en términos de acción.
Por momentos da la impresión que uno estuviera viendo un montaje no terminado del film, como si el sonido no hubiera sido trabajado del todo o ciertas escenas estuvieran a medio terminar. Hay mucha incompetencia para crear tensión, suspenso, drama o cualquier cosa que se parezca a la emoción. Es un compilado de escenas puestas una atrás de la otra en las que no hay cine por ningún lado. No ya ideas visuales u originalidad, sino la simple y básica «competencia técnica» que uno espera de un producto que alguien en Netflix compró, aprobó y subió a la plataforma.
Que una película como CENTINELA sea un éxito no habla mal de los espectadores. Para los millones de personas que consumen lo que Netflix vende, la sola ubicación de un título en la «cartelera» de la plataforma sirve para enterarse de la existencia de algo nuevo entre toda la caótica oferta y, quizás, entrar a ver de qué se trata (no olviden que Netflix considera que una película fue «vista» cuando alguien supera los dos minutos). El problema es que el gigante del streaming hoy «venda» este tipo de productos entre lo más atractivo que tiene para ofrecer a su audiencia. Hay muchas mejores películas de acción y suspenso (nuevas y viejas) en la plataforma y perder el tiempo con esta es un despropósito. Yo lo hice y quiero mis 80 minutos de vuelta.
Aunque tarde, parece que algunos ,por fin, se dieron cuenta de que no es lo mismo «oro» que «oropel»…
Horrible película.
A veces creo que Netflix inventa sitios webs para promocionar este tipo de calamidad; perversos algoritmos…