Estrenos online: crítica de «Dos completos desconocidos», de Travon Free & Martin Desmond Roe (Netflix)
Nominado al Oscar a mejor cortometraje, este film de poco más de media hora utiliza el esquema de «Hechizo del tiempo» para contar una potente historia centrada en el racismo y la violencia policial. En Netflix.
Nominado al Oscar en la categoría mejor cortometraje de ficción, DOS COMPLETOS DESCONOCIDOS conecta de manera inteligente dos temáticas y formatos bastante usados en el cine reciente. Por un lado, la película de denuncia acerca del racismo y la violencia policial. Y, por otro, el esquema narrativo heredado de la comedia HECHIZO DEL TIEMPO, en la cual un mismo día se repite, una y otra vez.
De poco más de media hora, este film de Netflix arranca una mañana en la que una pareja se levanta de la cama. Carter (el rapero Joey Bada$$) parece estar queriendo huir de lo que se nota que fue una cita casual, pero la chica, «Perri» (Zaria) se despierta y lo descubre en medio de su plan de escape. Tras una simpática conversación él le dice que tiene que volver a su casa a darle de comer a su perro. Ella mucho no le cree pero finalmente quedan en volver a verse.
Al salir a la calle, Carter se choca con un hombre (blanco) a quien se le vuelca el café por el casual encontronazo. El hombre, apenas ofuscado, sigue su camino. Pero Merk (Andrew Howard, de PERRY MASON), un policía que está cerca, encara a Carter de manera agresiva y, como el muchacho no quiere que el hombre revise sus pertenencias (algo que es ilegal), el asunto pasa a mayores para terminar con una escena violentísima (y muy incómoda ya que es similar a la que vivió George Floyd en 2020 y que fue captada en video) y con nuestro protagonista muerto.
Hasta que, caramba, Carter se vuelve a levantar en la misma cama y con la misma chica, como si nada hubiera sucedido. Sorprendido, vuelve a salir a la calle, se topa con una similar situación, esquiva esta vez al hombre blanco del café pero de todos modos el oficial lo encara. Y por más cambios de actitud de Carter, la cosa termina mal igual. Y así, otra vez. Y otra más. No importa lo que Carter intente –cambia recorridos, es simpático y amable, trata de explicarle el loop al policía, se queda en el departamento con la chica–, el hombre siempre terminará, de una u otra forma y en uno u otro lugar, muerto.
Será entonces que Carter urdirá un plan aún más complejo para evitar ser liquidado y en ese plan se irá el resto de la breve duración de DOS COMPLETOS DESCONOCIDOS, una película que de una manera muy evidente, sencilla y casi didáctica pone en juego la inevitabilidad del racismo y de la violencia policial, su carácter sistémico. Haga lo que haga, se comporte como se comporte, diga lo que diga, Carter tiene su destino fatal asegurado por el hombre de azul. ¿Existirá una manera de hacerlo entrar en razón al policía? ¿Podrá Carter explicarle la situación, hacerlo salir de su propio loop ideológico que no entiende razones?
Free –guionista de late shows televisivos– y el realizador Desmond Roe juegan con las posibles variantes de una situación muy limitada en cuanto a acciones, una que recuerda a la salida del personaje de Bill Murray a la calle en aquella clásica comedia. Es que Carter, haga lo que haga, no puede pasar de ahí. Su imposibilidad y su frustración son, seguramente, la de millones de afroamericanos que saben que sus recursos para escapar de esas trampas policíacas son poquísimos.
Que la película incluya durante sus créditos de cierre una lista con nombres de personas afroamericanas que murieron a manos de la policía cuando estaban haciendo sus actividades cotidianas –muchas de esas actividades y situaciones son similares a las que Carter hace aquí– deja en claro que este tipo de cosas suceden todo el tiempo. Y que no parece haber forma de salir de ese loop de violencia institucionalizada.