Estrenos online: crítica de «Sin rastro», de Debra Granik (Netflix)

Estrenos online: crítica de «Sin rastro», de Debra Granik (Netflix)

Esta extraordinaria película independiente de 2018 se centra en la relación entre un padre y su hija adolescente que viven en los márgenes de la sociedad. Con Ben Foster y Thomasin McKenzie.

Tras pasar relativamente inadvertida en el Festival de Cannes 2018, la nueva película de la directora de WINTER’S BONE fue encontrando su público y una positiva respuesta crítica. Se trata de un film pequeño en formato (son apenas dos personajes, padre e hija, y hasta la última parte muy pocos más) pero que logra conmover con una historia familiar y personal muy potente.

Ben Foster (THE MESSENGER, HELL OR HIGH WATER) interpreta a Will, un veterano de guerra, que evidentemente sufre de algunos desórdenes post-traumáticos ligados a las experiencias vividas allí. El hombre vive solo con su hija, Tom (la hoy muy de moda actriz neocelandesa Thomasin McKenzie, de VIEJOS y la inminente LAST NIGHT IN SOHO), pero su hábitat tiene una particularidad: no tienen casa ni departamento ni nada parecido. Viven acampando, en un enorme parque público de la zona de Portland.

La existencia parece plácida y «natural» pero ellos saben que su campamento y su situación no son del todo legales y que deben estar siempre alertas a no ser descubiertos, ser capaces de moverse «sin dejar rastro» (tal es la traducción literal del título, LEAVE NO TRACE) de un momento a otro. Cada tanto caminan a la ciudad a buscar comida o medicamentos pero pronto vuelven a esconderse en medio del bosque.

La hija lo vive como algo natural, pero es claro que el padre atraviesa dificultades que le impiden integrarse a cualquier tipo de sociedad. En un momento esa calma campestre se romperá y la película explorará las vidas de ambos de allí en adelante, especialmente una vez que Tom se de cuenta que a ella le interesa ser parte «del mundo» y conocer otras personas, algo que Will no quiere para sí mismo y que le costará aceptar de su hija.

SIN RASTRO/LEAVE NO TRACE es una película silenciosa y muy potente en todo lo que no se dice y el espectador intuye, siente. El rostro de Foster deja en claro su imposibilidad de ingresar al mundo o comunicar sus problemas aun desde el silencio o usando apenas monosílabos. Y la ya no tan chica Tom se verá en la disyuntiva de seguir junto a su padre, tratar de integrarlo a algún tipo de sociedad o emprender una vida separada a la suya. Sí, es otro coming of age, pero uno que resuena desde una experiencia muy particular y específica, la de una hija y un padre que en algún momento tienen que aprender a tomar caminos separados, aún cuando el amor entre ellos siga intacto.