Estrenos online: crítica de «El baile de las locas», de Mélanie Laurent (Amazon Prime Video)

Estrenos online: crítica de «El baile de las locas», de Mélanie Laurent (Amazon Prime Video)

La actriz francesa dirige y coprotagoniza este drama acerca de una mujer que es internada por su familia en un hospital psiquiátrico a fines del siglo XIX. Con Lou de Laâge, Benjamin Voisin y Emanuelle Bercot.

Presentada en el Festival de Toronto pocos días antes de su estreno mundial, el viernes 17 de septiembre, en la plataforma online de Amazon, LE BAL DES FOLLES (EL BAILE DE LAS LOCAS) es el quinto largometraje de ficción dirigido por la actriz de BASTARDOS SIN GLORIA. Basado en una novela de Victoria Mas, la historia transcurre a fines del siglo XIX y tiene como eje la relación entre la neurología y la misoginia, poniendo como centro la experiencia de una mujer que es internada por la fuerza en una clínica de París, la mítica Pitié-Salpêtrière.

Eugénie Cléry (Lou de Laâge) es una chica pícara y bastante despierta a quien su padre no le permite hacer prácticamente nada. Su mandato familiar consiste en conseguir un buen marido para casarse, pero Eugénie no quiere saber nada con eso y prefiere escaparse a Montmartre y vivir aventuras y experiencias en la ciudad, algo que no cae nada bien en su casa. El único que parece estar de su lado es su hermano Théophile (Benjamin Voisin) que la entiende y acepta, dentro de sus posibilidades y limitaciones, tal cómo es.

La chica tiene otra particularidad, una que preocupa a todos los de su familia: dice que puede comunicarse con los muertos, con sus espíritus, que parecen poseerla por unos segundos y luego soltarla, dejándola un tanto shockeada. Y a juzgar por las cosas que escucha y conoce de otros, todo indica que podría ser cierto. Pero su «escucho gente muerta» no funciona como una revelación bienvenida entre sus familiares. Más bien, todo lo contrario. Y es por eso es que deciden internarla en la clínica en cuestión.

Una vez allí la mujer será puesta bajo el control de Geneviève (Laurent), una enfermera de gesto adusto y cara de pocos amigos que trabaja a las órdenes del doctor Charcot (Grégoire Bonnet), el que maneja el lugar de las maneras más perversas imaginables. A la vez conocerá a sus compañeras, muchas de las cuales están allí por motivos que no corresponden a problemas neurológicos. De a poco, Eugénie irá tratando de ganarse la confianza de Geneviève –su talento para comunicarse con los muertos le será de gran ayuda allí– y, a la vez, de desarticular la lógica del lugar para poder liberarse. Algo que de sencillo no tiene nada.

EL BAILE DE LAS LOCAS (el título tendrá su sentido más específico cerca del final) no es muy sutil en su manera de plantear la situación y, formalmente, es un tanto esquemática. Los «tratamientos» de los médicos no parecen ser otra cosa que formas disimuladas de abuso sexual y, en algún caso, no tan disimuladas. Sin embargo, los temas que pone en juego –básicamente, cómo la ciencia es utilizada para perpetuar el patriarcado, acallando a las mujeres que no se amoldan a los roles que le son asignados socialmente– son relevantes y reflejan cómo los desarrollos científicos muchas veces no hacen más que ser funcionales a la lógica y conveniencia de los poderosos.

En la clínica hay de todo –algunas pacientes responden al estereotipo aunque acaso fueron llevadas a la locura por los propios tratamientos–, pero lo que más se advierte es su rol como espacio de control y dominación, por momentos físico, de parte de los doctores. Una vez acomodada allí, la película cambia de eje y se centra más en la «liberación» de Geneviève que hasta entonces parecía aceptar su lugar en el mundo al servicio del Dr. Charcot. Entre ambas aparece una idea de sororidad que podría ayudarlas a superar las difíciles situaciones que ambas atraviesan.

La película tiene una relación un tanto más confusa con la «espiritualidad», ya que de algún modo parece proponer que ese es es un camino que mejor se ajusta a una idea de lo femenino. Geneviève empieza a prestarle atención a Eugénie cuando la chica comienza a decirle cosas ligadas a su familia que no tiene cómo saber. Y, en general, todo ese acceso de la protagonista a ese universo del «más allá» no está del todo bien resuelto. LE BAL DES FOLLES tiene, más allá de su estructura y su construcción un tanto canónicas, algunas buenas ideas. Y si bien el resultado final no causa el impacto emocional seguramente deseado, ciertos temas que la película de Laurent plantea –y la novela en la que se basa imagino que también– quedan circulando por ahí.