Series: crítica de «Maradona: Sueño bendito: Episodios 1-5», de Alejandro Aimetta (Amazon Prime Video)

Series: crítica de «Maradona: Sueño bendito: Episodios 1-5», de Alejandro Aimetta (Amazon Prime Video)

La serie que cuenta la vida de Diego Maradona es un prolijo aunque algo previsible recorrido por los grandes éxitos y escándalos de la vida del «10». Sus cinco primeros episodios se estrenan el viernes 29 en Amazon Prime.

No debe ser nada fácil –reconozcámoslo de entrada– hacer una serie, o cualquier tipo de ficción, sobre Diego Armando Maradona. Su vida ha sido tan exhibida, tan vivida en público, tan recuperada y analizada que, imagino, es un desafío complicado para cualquiera que se haga cargo de la tarea de contarla. Los guionistas no son los únicos que la tienen difícil: también las imágenes de Maradona son parte del mismo proceso: ¿cómo se hace un Maradona con otra cara, otro cuerpo y otra voz que no sean esos mismos que nos acompañan hace por lo menos 45 años? No solo la suya, sino la de varios de los personajes que lo rodearon. Sigamos con los desafíos imposibles: se necesita además a alguien que, bueno, pueda más o menos moverse en una cancha como Maradona (no digo jugar al fútbol, para eso existen los trucos de montaje y el archivo), algo que tampoco es nada fácil. Y hay un último, que se sumó después de filmarse MARADONA: SUEÑO BENDITO: Diego se murió y todo eso está en proceso de canonización popular. Enredada –lejos está la suya de haber sido una «vida de santo»–, pero canonización al fin.

A partir de estas limitaciones, esta demorada serie funciona tentativamente, como si no quisiera dar demasiados pasos en falsos. Una producción gigantesca que sería inabordable seguramente sin la presencia y el bolsillo de Amazon, MARADONA: SUEÑO BENDITO –que se estrena en todo el mundo el viernes 29 en Amazon Prime Video y el primero de sus episodios se podrá ver también en Argentina por Canal 9– se mueve en esas aguas complicadas tratando de no ser desprolija, aún con el riesgo de volverse impersonal. A lo largo de los cinco primeros episodios que fueron adelantados (los que se podrán ver de entrada por Amazon), la serie apuesta a un sistema bastante claro de funcionamiento, con aciertos y errores, sin alejarse demasiado de la biografía tradicional. Se nos contará, en cierta medida, lo que muchos ya sabemos. Y si bien esos detalles podrán discutirse –no quiero imaginar a los abogados de Amazon lidiando con todo este complejo mundo–, la intención permanente de la serie es ser algo así como «balanceada», buscando evitar cualquier tipo de complicación aún mayor. Especialmente, la de alienar a los espectadores.

Es así que estamos ante una mezcla del cuentito clásico (lo que ahora se denomina como «historia del origen») con una serie de apuntes un tanto más «maradonianos» ya que, convengamos, contar su historia sin meterse en pantanales es sencillamente imposible. Interpretado por cuatro actores diferentes en distintas etapas de su vida (el niño de Fiorito, el joven que llegó a Argentinos Juniors y luego a Boca, el posterior del Barcelona, Nápoles y el Mundial ’86 y el ex jugador), Maradona está resumido con las características clásicas que todos conocemos. En estos cinco episodios (que no ingresan en la etapa italiana de su vida) vemos, por un lado, al chico humilde y muy talentoso que se consagra rápidamente pero nunca pierde la conexión con «la calle» y, por otro, al hombre maduro (bah, tiene 39 pero parece 10 o 15 más) que, en Punta del Este, pelea por su vida.

MARADONA: SUEÑO BENDITO arranca por ese episodio y lo usa como pivot narrativo para ir repasando el resto de su carrera. No se trata, como podría parecer en un principio, de una serie de recuerdos disparados a partir de su estado casi comatoso en el que llegó a una clínica en Uruguay en 2000, sino que ese episodio es usado para mostrar cómo vivía Maradona entonces y quienes lo acompañaban en esa etapa de su vida, algo que seguramente se irá desarrollando en el resto de la serie. Cada episodio, además, tendrá un eje temático más o menos específico y no necesariamente ligado a la vida de Maradona, sino que se lo usará a manera de contexto sociopolítico, algo que parece más puesto para el «público internacional» que para cualquier argentino con un mínimo conocimiento de historia. De hecho, hay varios errores ahí (la época de la muerte de Perón, para empezar), pero digamos que son secundarios y funcionan más como «esto pasaba mientras…» que otra cosa.

El primer episodio transcurre mayormente en Fiorito y cuenta su «descubrimiento», su vida familiar, su relación con sus padres (discretamente intensa ella, bastante silencioso él) y su llegada a los Cebollitas y a la primera de Argentinos Juniors. En el segundo se verá su consagración en el fútbol argentino y su frustrado paso por el Mundial ’78. El tercero ya hará centro en su etapa de Boca Juniors –con más presiones, distracciones y, a la vez, holgura económica– para llegar al Mundial ’82 y lo que, se sabe, es un futuro europeo. El cuarto y el quinto –quizás mucho y desproporcionado para una etapa tan breve en su vida– se centrará en su complicada etapa en el Barça. En lo ligado a su vida personal, uno hará eje en su relación con el «Goyo» Carrizo, quien lo ayudó a llegar a los Cebollitas; otro se enfocará más en los inicios de su historia de amor con Claudia Villafañe; el tercero empezará a contar su conexión con Guillermo Coppola y sus primeros coqueteos con «los excesos», mientras que los dos siguientes le darán un fuerte lugar a su relación romántica con «Lorena Gaumont», una cantante argentina, quizás el personaje más alterado en relación al verdadero.

Y el otro eje será, como adelanté, contextual. La muerte de Perón y la conflictiva situación política de la primera mitad de los ’70 ocuparán el primer episodio; la dictadura militar, la desaparición de personas y cómo eso se relaciona con lo futbolístico estará en el segundo, mientras que el tercero tomará a la Guerra de Malvinas como marco temporal. Ya en España eso pasará a segundo plano, con breves apuntes sobre el regreso a la democracia en Argentina. No son las operaciones narrativas más felices –como escribí antes, funcionan casi a modo for export–, pero aportan en lo que se refiere al material documental que acompaña la serie. Una de las raras pero interesantes decisiones de los creadores de MARADONA: SUEÑO BENDITO es la de intercalar material de archivo permanentemente, en especial en lo referido a lo futbolístico, mezclando reconstrucciones con hechos reales, dejando en evidencia el artificio (la diferencia de calidad de la imagen de una y otra cosa es indisimulable) para ir de un plano general de archivo, otro filmado específicamente y de ahí a un gol rescatado del poco registro histórico que queda de su paso por el fútbol argentino.

La serie se hace cargo de su «juego de ficción» a partir de ese dispositivo (de hecho, a veces esos materiales documentales parecen mostrarse solo para que veamos lo lograda que es su reconstrucción) y, también, por el cambiante uso de actores. Como dije, son cuatro los Maradona (Juan Cruz Romero de niño, Nicolás Goldschmidt de joven aquí, Nazareno Casero apenas viaja a Europa y Juan Palomino de ex jugador), pero también –en lugar de usar maquillajes para avejentarlos– cambian los actores y actrices que encarnan a las personas que lo rodean: Mercedes Morán y Rita Cortese encarnan a su madre, Pepe Monje y Claudio Rissi a su padre, Leonardo Sbaraglia y Jean-Pierre Noher a «Guillote» y Laura Esquivel y Julieta Cardinali a «la Claudia», por citar solo los que atravesaron varias etapas con él. Los cambios pueden ser raros y hasta incómodos, pero no molestan demasiado. Están dentro de los parámetros de credibilidad más o menos generosos que plantea la serie.

Lo que es un poco más limitado es el guión en sí, al que le cuesta en casi todo momento despegarse del «Grandes Exitos de la vida de…» y de los diálogos funcionales, que no salen demasiado de lo previsible. Hay, sí, momentos de mayor inspiración (a veces ligados a los actores, y en ese sentido se destaca Peter Lanzani como Jorge Cyterszpiler, el amigo y primer manager del 10) y lo mismo pasa en el terreno audiovisual. Si bien uno puede darse cuenta que el equipo creativo debe haber visto varias veces GATICA, EL MONO como inspiración para el tipo de recorrido que tiene la vida de Maradona, lo que uno observa finalmente es más una imitación prolija, casi publicitaria (Aimetta, argentino radicado en México, viene de hacer varias series biográficas sobre celebridades), de la épica peronista de Leonardo Favio, una que no logra transmitir del todo la verdad popular que surgía de esas imágenes más cargadas de pasión, intensidad y emoción que de drones y procesos digitales de post-producción de color.

Quizás otra cosa que llame la atención sea que, dentro de ese «corset» de abogados, amenazas de juicios y miradas ajenas, los creadores lograron meter escenas que algunos considerarán fuertes (a riesgo de sonar pacato, hay episodios que quizás no sean para ver con niños pequeños y eso que todavía no arrancó la etapa de mayor descontrol), sacando a la serie del tono «libro de cuentos» que parece tener al principio. Hay, además, un elenco gigantesco que da espacio a la participación de reconocidos actores como Darío Grandinetti (un muy logrado Menotti), Marcelo Mazzarello (un impecable Bilardo), Mauricio Dayub (el padre de Claudia), Fernán Mirás (Cornejo, su descubridor), Gerardo Romano (su dealer), Eva de Dominici (la «Gaumont», toda una diva), Romina Ricci, Martín Piroyanski, Marina Bellati y muchos otros más que irán apareciendo con el correr de los capítulos. Si bien no siempre están «servidos» por los mejores diálogos, el elenco en general sale del paso con bastante dignidad.

¿Es una gran serie MARADONA: SUEÑO BENDITO? No, no lo es. Es, sí, una experiencia interesante de ser vista y analizada, comentada, que funciona por momentos y que en otros tiende a caer en la chatura de lo previsible, aunque siempre tiene el atractivo de la curiosidad que despierta todo lo que rodea a Maradona. El que arranque, como me sucedió a mí, con las expectativas un tanto bajas ante un desafío a todas luces imposible, se topará con que el asunto no es tan problemático como podía temerse, que la serie tiene cierta vida, ritmo, gracia y que sabe moverse con cuidada elegancia en lo que a todas luces es un campo minado. Eso, claro, no la hace una gran serie ni mucho menos. La convierte, si se quiere, en un prolijo y un tanto antiguo ejemplar de televisión (para la TV latinoamericana es como si el audiovisual siguiera formalmente estancado en 1993 pero con drones, como si OKUPAS nunca hubiese existido) solo que con recursos multinacionales y nombres de peso frente a las cámaras que le dan un aura de prestigio que quizás de otra manera no tendría. Todavía faltan otros cinco episodios, así que la expectativa –limitada, pero expectativa al fin– sigue abierta.


  • EMISIONES DE «MARADONA: SUEÑO BENDITO» EN AMAZON PRIME VIDEO
  • -29 de octubre: Capítulos 1 al 5
  • -5 de noviembre: Capítulos 6 y 7
  • -12 de noviembre: Capítulo 8
  • -19 de noviembre: Capítulo 9
  • -26 de noviembre: Capítulo 10
  • NOTA: El episodio 1 se verá también por Canal 9 esta medianoche, del 28 al 29 de octubre.