Estrenos online: crítica de “Imperdonable”, de Nora Fingscheidt (Netflix)

Estrenos online: crítica de “Imperdonable”, de Nora Fingscheidt (Netflix)

Sandra Bullock interpreta a una mujer que sale, en libertad condicional, tras 20 años de estar en la cárcel y se topa con que reinsertarse socialmente es más difícil que lo pensado y que los traumas del pasado la siguen acechando. Con Jon Bernthal, Vincent D’Onofrio y Viola Davis.

Antes de ser una película de Sandra Bullock, IMPERDONABLE fue una serie británica de tres episodios creada por Sally Wainwright (luego autora de HAPPY VALLEY) titulada THE UNFORGIVEN que se emitió durante 2009. Como suele suceder con este tipo de producciones poco vistas internacionalmente, no tardan en aparecer las remakes. En este caso se demoró un poco más de lo usual porque el proyecto pasó por varios directores (Christopher McQuarrie, entre ellos) y tuvo a Angelina Jolie como potencial protagonista hasta finalmente llegar a la actriz de MÁXIMA VELOCIDAD y a la joven directora alemana de la reciente SYSTEM CRASHER.

El formato original se sigue sintiendo en la versión actual ya que se nota la enorme cantidad de acontecimientos y subtramas que la película aprisiona en sus menos de dos horas de relato, volviendo algunas situaciones un tanto apresuradas e inconsistentes por no tener el desarrollo o despliegue necesario. Y esa acumulación es lo que reduce el impacto cinematográfico y emocional de una historia que tiene algunas aristas bastante interesantes sobre las llamadas «segundas oportunidades» en la vida.

Bullock encarna a Ruth Slater, una mujer que sale en libertad condicional de la cárcel tras pasar allí 20 años por el asesinato de un policía, uno de esos crímenes tras los que cuesta reintegrarse en la sociedad. Pronto sabremos que, además de las complicaciones de reinserción laboral, hay varias cuentas pendientes del pasado. Por un lado, los dos hijos del policía que mató (Tom Guiry y Will Pullen), con sus tiempos, problemas y diferencias, la están buscando para vengarse. Y, por otro, que su hermana menor, hoy adolescente, vive con una familia adoptiva y –salvo por algunas extrañas pesadillas– parece haberse olvidado de su existencia por completo.

La callada y oscura Ruth trata de conseguir un abogado para poder contactar a su hermana y pronto llega a uno que ahora vive en la casa que solía ser de ella (Vincent D’Onofrio) y quien a regañadientes la ayuda, pese a la oposición de su esposa (Viola Davis). Por su parte, el oficial a cargo de controlar que cumpla las reglas de su libertad condicional (Rob Morgan) le consigue un trabajo en una empacadora de pescados. Si a eso se le suma que consigue un segundo trabajo como carpintera (su verdadera pasión) y surge un interés romántico con Blake, un colega de la pescadería (Jon Bernthal), de a poco todo parece ir acomodándose para la sufrida mujer.

Pero es claro que no será así ya que su presente laboral se complicará, el romántico también y sus asuntos del pasado no irán por buen camino tampoco, ya que no logra avanzar en su plan de contactar a su hermana (la que atraviesa sus propios problemas) y, además, la trama de venganza en su contra de vuelve cada vez más espesa y peligrosa. Es evidente que eso de las segundas oportunidades es más una frase que una realidad más o menos accesible. «Serás siempre una asesina de policías», le dirán varios.

IMPERDONABLE logra crear un buen clima de duro drama personal en un mundo de clases bajas, reteniendo cierto tono «británico» al filmar en una lluviosa Seattle (en realidad se rodó en Vancouver) y en universos laborales dónde cada uno trata de sobrevivir como puede. Y si bien Bullock puede parecer una rara elección de casting para un personaje de ese tipo, uno finalmente se acostumbra a verla en esa situación. Algo similar pasa con el resto del elenco, actores quizás demasiado importantes aportando lo suyo en roles bastante menores.

El problema de meter tantos ejes en una misma película es que raramente cada uno respira y crece por separado. La trama de venganza sirve para darle suspenso a la historia pero se la siente forzada, impostada, casi intrusiva. Mejor funciona la tensión entre Ruth y la familia adoptiva de su hermana, ya que la carga emocional allí es más real y palpable. Y algo parecido pasa cada vez que la mujer intenta seguir con su vida: da la sensación de que nunca será del todo perdonada, aunque haya cumplido su condena.

Para el final, la película se reserva alguna sorpresa dramática que puede parecer un golpe de efecto (y quizás lo sea) pero que de todos modos le agrega al drama de Ruth un condimento extra que es valioso. De algún modo, de lo que el personaje se da cuenta es que, más allá de las segundas oportunidades que el sistema realmente permita o niegue, es uno el que se las tiene que otorgar a sí mismo. Y que esa es la única manera de seguir adelante.