Estrenos online: crítica de «Voir», de  David Fincher y David Prior (Netflix)

Estrenos online: crítica de «Voir», de David Fincher y David Prior (Netflix)

Esta despareja serie de ensayos audiovisuales sobre la historia del cine analiza películas como «Tiburón» «Lawrence de Arabia» y «48 horas» además de centrarse en conceptos como el cine de venganza y las diferencias entre el 2D y el CGI en animación. Disponible en Netflix.

Hace algunos meses Netflix hizo la rara jugada de anunciar –con un halo de misterio– algo nuevo de parte de David Fincher. Tomando en cuenta la expectativa que había por tener una nueva temporada de MINDHUNTER, cuando finalmente se reveló que el anuncio era el de una serie de videos cinéfilos llamada VOIR («Ver», en francés) que el director de PECADOS CAPITALES solo produciría, la decepción fue enorme. A algunos, en cambio, la idea de Fincher hincándole el diente al análisis cinematográfico nos parecía una propuesta intrigante. Hay algunos directores (Martin Scorsese y Quentin Tarantino acaso sean los más representativos) que tienen miradas muy enriquecedoras respecto no solo a la historia del cine sino a su lenguaje específico.

El caso es que en VOIR Fincher funciona como parte de un proyecto que no lo tiene como protagonista ni director, como es el caso de James Cameron y su serie sobre ciencia ficción, sino que funciona como coordinador y seleccionador de los participantes. No son ni cortos ni observaciones sobre el cine suyas las que verán aquí. El ha leído las propuestas y habrá seleccionado los proyectos, pero más allá de eso lo que verán aquí son seis ensayos visuales sobre cine realizados por críticos, analistas y especialistas en el tema. Y el interés pasará tanto por su capacidad de análisis, la manera de exponer esos pensamientos visualmente y los temas y películas elegidas.

Y acá, el combo que se muestra es variado. Cada episodio tiene su acercamiento específico a una serie de temas y no hay un eje unificador con los demás. Hay ensayos personales, otros más clásicamente críticos/académicos, los más técnicos y los históricos. Es una serie de cortos interesantes de ver si a uno le interesa el género del ensayo audiovisual sobre el cine, pero con la excepción de dos de ellos, los demás son raramente son reveladores u ofrecen algo original, especialmente para los que conocemos algo del tema. Quizás, si alguien se acerca a VOIR conociendo muy poco de la historia del cine, le servirá como un punto de partida.

El primero, escrito y narrado por Sasha Stone, es una memoir personal que recuerda el verano de 1975 cuando Sasha tenía diez años y se lo pasó yendo al cine con su hermana a ver TIBURON, que se estrenó ese año y se convirtió en un éxito enorme. Esos recuerdos dan paso a una historia personal tipo coming of age en la que analiza también el curioso e involuntario impacto de la película de Steven Spielberg en el futuro de Hollywood, centrándose en cómo la industria fue abandonando de a poco al público femenino y a los personajes complejos para dejarse devorar por la taquilla rápida y los fanboys. Al ser una crónica personal es difícil analizarla desde sus aportes sobre el cine, pero cuando entra en ese tema Stone no hace más que repetir conceptos sobre la banalización de la industria hollywoodense que están en todos los libros hace más de 30 años.

El segundo corto toma el concepto de la venganza, un clásico tema del cine de Hollywood. Tony Zhou lo recorre con decenas de clips de «revenge movies» tratando de entender qué es lo que apasiona (y le apasiona) acerca de las películas que funcionan en base al «ojo por ojo» y similares conceptos. La coreana SYMPATHY FOR LADY VENGEANCE, de Park Chan-wook, es la película elegida por él para pivotear de allí hacia las demás y analizarlas, pensar cómo esa fascinación demuestra la desconfianza del espectador medio en las instituciones. No es un corto interesante y es muy poco lo que aporta en todo sentido, más allá de lugares comunes por todos conocidos.

El tercer episodio habla del concepto de «likeability», la idea de que los protagonistas de las películas le tienen que caer bien a los espectadores para que un film funcione, un concepto muy arraigado en Hollywood que hace que raramente la industria se permita hacer un cine más audaz y provocativo. Drew McWeeny parte de LAWRENCE DE ARABIA, película que le fascina pero de la que no le cae bien el protagonista, para profundizar la idea de que el mejor cine muchas veces se hace con personajes no particularmente buenos, nobles o queribles, citando allí la filmografía de Scorsese o el Michael Corleone de EL PADRINO. Es una discusión interesante a la que le faltan ejes de análisis. En ningún momento Mcweeny contempla la idea de que los personajes no solo se ubican en las categorías «nos gustan» o «no nos gustan». También es posible que uno empatice o los comprenda sin que por eso uno quiera ser su amigo.

El cuarto episodio –como el segundo y el quinto, realizado por Taylor Ramos y Tony Zhou, los creadores de Every Frame a Painting— es uno de los más interesantes y tiene un acercamiento más técnico/artístico al tema. Se centra en animadores, en las diferencias entre animar en 2D y CGI y trata de observar el concepto de «atractivo» o «appeal«: ¿qué es lo que hace que un personaje sea atractivo para el espectador? Lo más rico del corto es que se centra fundamentalmente en lo visual: formas –triángulos, círculos, rectángulos–, cómo se relacionan entre ellas, movimientos, armonía entre las imágenes y todos esos conceptos creativos que son fundamentales a la hora de la animación (y no solo la animación) y que muchas veces determinan porqué algo nos gusta o no, nos resulta atractivo o nos identificamos (o no) con eso.

El quinto episodio es clásicamente histórico y recorre la historia del cine en relación a la televisión y cómo Hollywood debió reinventarse para sobrevivir hasta llegar al siglo XXI donde las diferencias anteriores parecen estar desapareciendo. La primera parte del ensayo –centrado en los aspectos visuales– es la más enriquecedora, si bien es muy conocida por cualquiera que tenga un mínimo interés en el tema de la relación entre cine y TV. Cuando empieza a lidiar con la Edad de Oro de las series –que igualarían, visualmente, al cine con la TV–, el episodio gira a las diferencias entre películas y series, algo que en verdad es otro debate completamente distinto al anterior. Se trata de otro corto accesible pero que no ofrece muchas ideas originales.

El sexto y último episodio quizás sea, con el de la animación, el mejor de la temporada. Es un análisis en profundidad de 48 HORAS, el clásico film de Walter Hill de los ’80, enfocado más que nada en sus aspectos raciales, en la tensa relación entre el convicto que encarna Eddie Murphy y el policía que interpreta Nick Nolte. En una época en la que la representación de los afroamericanos en el cine era por lo general secundaria a los protagonistas blancos –quienes solían tener poder sobre ellos–, lo que Hill hizo en el film fue cuestionar esos conceptos, darlos vueltas de maneras para entonces inéditas. El episodio escrito y narrado por Walter Chaw hace también algunos comentarios interesantes sobre las ideas visuales y narrativas del cine de Hill, pero su eje racial –si bien ha sido analizado repetidas veces en muchos libros sobre el tema del racismo en Hollywood– está muy bien manejado y relacionado con las experiencias personales del narrador, de familia de origen asiático, que revela su conexión con la película desde que la vio, siendo niño, en 1982. Más cortos como éste vendrían muy bien si es que se hace una nueva temporada de VOIR.