Berlinale 2022: crítica de «A Flower in the Mouth», de Eric Baudelaire (Forum)

Berlinale 2022: crítica de «A Flower in the Mouth», de Eric Baudelaire (Forum)

por - cine, Críticas, Festivales
12 Feb, 2022 02:41 | Sin comentarios

Este film en dos partes se divide en un documental de observación de un mercado de flores y una conversación entre dos hombres adaptada de una obra de Luigi Pirandello.

La nueva película del director franco-norteamericano de UN FILM DRAMATIQUE puede claramente dividirse en dos partes a tal punto que bien podrían funcionar como dos separados mediometrajes. El primero de esos films es una suerte de documental de observación centrado en el mercado de las flores en el que el realizador –a través de la mirada de un personaje– va mostrando el funcionamiento detallado de muchos de los procesos que se realizan a la hora de procesar y comercializar las flores, una serie de mecanizados y hasta industriales procedimientos que sorprenderán a los que no conocen (no conocemos) en detalla cómo funciona.

Durante su primera mitad la cámara de Baudelaire –con una colaboradora de lujo en la fotografía como Claire Mathon, la responsable de SPENCER, RETRATO DE UNA MUJER EN LLAMAS y ATLANTIQUE— observa ese proceso desde una distancia clínica, fría, acaso juzgando levemente la manera en la que la naturaleza es «industrializada» para volverse un producto de consumo masivo, el que le llega a la gente y el que exhibe en sus casas. Pero no hay voces en off ni subrayado alguno. El film se dedica a rescatar imágenes que parecen estar siendo miradas por un hombre adulto y circunspecto cuya relación con la historia no está clara.

Al comenzar la segunda parte del film, entendemos un poco más quién es este hombre, interpretado por el músico de hip-hop Oxmo Puccino en su primer trabajo como actor. Lo que sigue de ahí en adelante es una larga conversación nocturna en un bar de una estación de tren entre este hombre maduro –más bien un monólogo suyo– y uno más joven (Dali Benssalah) que se sienta a beber en el lugar mientras espera el tren que lo lleve de regreso a su casa. El hombre, un habitué del lugar, le empieza a hablar al joven, incomodándolo en un principio con su persistencia pero de a poco intrigándolo con sus reflexiones, su modo de entender la vida, de mirar la belleza del mundo y no dejar pasar el tiempo que se tiene.

Es claro por la puesta de esa parte que estamos ante algo con una estructura mucho más teatral. Es por eso que no sorprende enterarse que el diálogo casi monólogo es una adaptación de la obra de Luigi Pirandello «El hombre de la flor en la boca«, de 1922. El protagonista, delicado de salud (ya se verá cómo su enfermedad se conecta, al menos metafóricamente, con la primera parte de la película), tiene una visión existencialista de la vida que difiere de la de su más joven interlocutor. Sabiendo que le queda poco tiempo ha decidido aprovecharlo tomando todo lo bello que la realidad tiene para ofrecer. Y esta breve pero finalmente conmovedora película logra allí trascender las limitaciones de su propuesta original para volverse una melancólica reflexión sobre el paso del tiempo, la enfermedad y las cosas que vemos y en algún momento ya no veremos más.