Berlinale 2022: crítica de «Beautiful Beings», de Guðmundur Arnar Guðmundsson (Panorama)

Berlinale 2022: crítica de «Beautiful Beings», de Guðmundur Arnar Guðmundsson (Panorama)

por - cine, Críticas, Festivales
13 Feb, 2022 07:34 | Sin comentarios

Este drama se centra en la amistad que se va armando entre los tres victimarios y la víctima del «bullying» en una escuela de Islandia. En la sección Panorama de la Berlinale.

Hace pocos días circulaba en las noticias una comparación entre el nivel de vida en Islandia respecto a otros países y las conclusiones eran devastadoras. Se trata de un país que está claramente mejor en muchísimos sentidos que los demás, incluyendo a sus vecinos europeos. Supongo que nadie les dijo eso a los protagonistas de BEAUTIFUL BEINGS, un film que no parece haber salido de un país en el que la gente es feliz y tiene todo resuelto. Más bien, todo lo contrario.

A juzgar por el violento bullying escolar que ejercen algunos chicos duros de la escuela con los más frágiles o recién llegados es evidente que hay una enorme carga de violencia y tensión circulando por todos lados. Balli es un chico de esos, al que maltratan todo el tiempo y de las formas más agresivas. Hay tres amigos que lo tienen «de punto» y lo torturan permanentemente, lo lastiman no solo desde lo emocional sino también en lo físico. Hay uno de sus tres atacantes, llamado Addi, que de a poco empieza a tenerle cierta piedad. ¿Los motivos? Ya se irán viendo.

Lo cierto es que ninguno de los cuatro adolescentes parece tener la vida ideal de un país del Primer Mundo. Al contrario. Se mueven en casas de bajos recursos, con padres o padrastros violentos, alcohólicos o en la cárcel, con familias rotas y con una sensación de descontrol en todos los sentidos. Por momentos uno podría pensar que lo que vemos transcurre en algunas de las zonas pobres de los Estados Unidos ya que la lógica de los comportamientos son similares a los que vemos en tantos films y series de ese país. Quizás todavía un poco más cruel.

El eje dramático de esta película pasará por cómo Addi –que se transforma en el verdadero protagonista– empieza a cambiar su posición respecto a Balli. Su «coming of age» pasa por entender la situación que vive el chico. Si bien primero entran a su casa con intenciones de hacer destrozos y humillarlo –cosa que igualmente hacen–, de a poco Addi se da cuenta que la vida familiar del chico es muy compleja, más aún que la suya, que tiene sus problemas también. Y los otros tampoco la pasan bien. Como se sabe, el victimario de un chico puede ser también víctima de otro más grande. Y atravesar esa situación los hace también reconsiderar su rol en esta cadena de violencia.

Hasta llegar a ese giro, BEAUTIFUL BEINGS es una película bastante cruel, densa y cruenta, que desespera desde la violencia que se ejerce en todos sus niveles. Es evidente que los chicos descargan agresiones que también reciben –cuando aparezcan los padres eso quedará más que claro–, pero la película no regala un solo respiro en su cadena de agresiones. Y si bien la posibilidad de redención le da a los chicos un arco dramático interesante de recorrer, su nivel de brutalidad es por momentos asfixiante.

Lo interesante de este coming of age pasa por el giro dramático de su segunda mitad y por cómo evita al típico protagonista de esta historia. Es que la película no se identifica con Balli sino con Addi, que de entrada es un chico desagradable, agresivo, maltratador. Y su despertar pasa por tomar conciencia del dolor de los otros, reconocer que no tienen porqué ser el receptáculo de sus broncas y frustraciones personales. No todos pueden hacerlo de la misma manera pero su viaje, que va del egoísmo a la empatía, es uno que vale la pena recorrer.