Estrenos online: crítica de «Mi mejor amiga, Ana Frank», de Ben Sombogaart (Netflix)

Estrenos online: crítica de «Mi mejor amiga, Ana Frank», de Ben Sombogaart (Netflix)

Este drama de la Segunda Guerra Mundial narra la historia de Hannah Goslar, la mejor amiga de Ana Frank, durante la ocupación nazi a Holanda. Estreno de Netflix.

En un mes curiosamente plagado de noticias sobre Ana Frank se estrena esta película centrada en las experiencias en común que la famosa víctima del Holocausto vivió con el personaje que le da título a la historia, Hannah Goslar, quien era su mejor amiga (o una de las mejores, ese es otro debate) durante los años previos a su forzada separación. Lo de las «noticias» tiene que ver con la publicación de un libro titulado «La traición de Ana Frank» en el que se investigó quién fue el delator de la joven durante sus años escondida de los nazis y la posterior suspensión de la salida de ese libro del mercado en función de las dudas que surgieron tras esa acusación aparentemente errónea. Esta película nada tiene que ver con esa historia y su posterior controversia sino que, casualmente, se estrena en Netflix en las mismas fechas.

Si bien es obvio que la publicidad extra no le viene mal a esta película neerlandesa, acá ni siquiera se ve la experiencia del encierro de Ana Frank. Al tomar el punto de vista de su amiga –que no sabía que la chica y su familia estaban escondidos en la ciudad ya que los imaginaba en otro lado–, la película evita la parte de la historia que va de 1942 a 1945. Su estructura se divide en dos partes, yendo y viniendo entre ellas a lo largo de un relato tradicional aunque estructurado con inteligencia entre dos etapas muy distintas en las vidas de ambas, de sus familias y del mundo.

Por un lado, el film elige ese último verano de 1942 en el que Hannah («Hanneli», le decían) y Ana trataban de seguir con sus vidas en plena ocupación nazi, vistiendo los obligados uniformes con la Estrella de David, siendo maltratadas por los soldados y soportando todo tipo de prohibiciones, incluyendo la de ir al cine, que era la pasión de ambas. De todos modos, las dos trataban de seguir con sus vidas, con sus actividades, con algún complicado noviazgo y hasta peleándose con otras amigas. Alrededor suyo, era evidente por las tensiones y miedos de sus respectivas familias, el asunto se iba volviendo cada vez más complicado y se temía que tarde o temprano los nazis irían a golpear las puertas de sus casas.

MI MEJOR AMIGA, ANA FRANK irá de ahí a 1945 para mostrar a Hannah, a su pequeña hermana Gabi y a su padre sobreviviendo en el campo de intercambio de Bergen-Belsen y, en principio, sin tener noticias de qué sucedió con Ana Frank, cuyo destino por si alguno lo desconoce no lo adelantaré aquí. El suyo era un sector diferenciado del campo de concentración aledaño y allí los prisioneros estaban mejor alimentados y cuidados que los otros ya que, gracias a tener pasaportes para salir del país, contaban con la posibilidad de ser intercambiados por prisioneros alemanes. De todos modos, su supervivencia allí fue también terrible, algo que la película va revelando de a poco a partir de sus experiencias con otros prisioneros hasta llegar a un cierre potente.

A través de la historia de Hannah, el film logra hacer una pintura de la época de la ocupación y de cómo las posibilidades de los judíos de sobrevivir allí se van volviendo cada vez más complicadas y perturbadoras, viviendo todos ellos en un estado de alerta y sospecha permanente. Y usando el punto de vista de la amiga cercana, la película logra adentrarse un poco más en la vida de Ana Frank, una chica de apenas 13 años pero mucho más madura que su amiga en relación a algunos de sus intereses y conocimientos, especialmente los ligados al despertar sexual, pero igualmente aniñada y caprichosa en algunos otros comportamientos.

Se trata de una película correctamente realizada aunque algo mecánica y previsible en su desarrollo, un drama de época clásico centrado en el Holocausto que no sorprenderá pero que cumplirá efectivamente con su carácter divulgativo, humanizando la experiencia de Frank al dar espacio a momentos de su vida con los que muchos espectadores más jóvenes se podrán identificar. Al estar contada de esta manera, lo que vemos no es la historia de una heroína sino la de dos adolescentes normales cuyas vidas fueron interrumpidas y destrozadas, de distintas maneras, por el nazismo.