Estrenos online: crítica de «Lucy & Desi», de Amy Poehler (Amazon Prime Video)
Este documental recorre las vidas, las carreras y la historia de amor entre las clásicas estrellas televisivas Lucille Ball y Desi Arnaz. En Amazon Prime Video.
Estrenada poco menos de tres meses después que BEING THE RICARDOS, la película de ficción de Aaron Sorkin, este documental dirigido por la comediante Amy Poehler centrado también en Lucille Ball y Desi Arnaz funciona muy bien como complemento de aquel film, recorriendo varios puntos analizados allí y expandiendo otros, especialmente los ligados a las vidas posteriores al exitoso show I LOVE LUCY que los consagró a ambos. Realizado con enorme afecto y con el apoyo de los hijos de la pareja, LUCY & DESI es una notable demostración del talento cómico de la actriz y la gran capacidad de Arnaz como productor y organizador.
Es, como el film de ficción, fundamentalmente una historia de amor entre una chica que no lograba triunfar del todo en Hollywood –tenía fama haciendo películas clase B pero raramente tenía roles en films más grandes– y un inmigrante de Cuba a los Estados Unidos que había llegado sin nada y se empezó a hacer famoso como músico y líder de una banda latina. Poehler organiza el film de una forma clásica y sencilla –entrevistas y material de archivo– a la que le aporta un hallazgo: muchas entrevistas y conversaciones de ambos que quedaron guardadas en casetes. Esas reflexivas y analíticas palabras serán importantes para darle al documental un tono nostálgico y melancólico.
LUCY & DESI –que pasó por el reciente Festival de Sundance– se ocupará de narrar la historia que el film de Sorkin apretó en el curso de una semana en la vida de la pareja: se contará sus paralelos ascensos a la fama, la complicada historia familiar de ambos, el encuentro, las distancias iniciales, la decisión de trabajar juntos y todos los aportes al género sitcom que la serie hizo. A tal punto fue tan fuerte su influencia en la televisión que se puede decir que buena parte de las costumbres del género que se mantuvieron por décadas –la grabación en vivo con público en el estudio, las tres cámaras, el esquema organizativo semanal de producción, entre otras cosas– las inventaron ellos.
El documental explora otros ítems vistos en la película de Sorkin, como las acusaciones de comunismo, el «incómodo» embarazo de la actriz, los problemas en el set, los affaires de Arnaz, pero a fin de cuentas lo que narra es una historia de amor de dos personas talentosas pero muy diferentes que, durante el tiempo que estuvieron juntos, cimentaron las bases de la televisión. El documental explorará un tema importante: la vida posterior de ambos como productores, dueños del estudio Desilu (ellos compraron el mítico sello RKO, con su enorme estructura de 35 sets de filmación) y motores de buena parte de la TV más famosa de los años ’50 y ’60. Una etapa en sus vidas que fue particularmente desgastante para ambos, especialmente porque a esa altura ya estaban separados.
La principal entrevistada es Lucie Arnaz Luckinbill, la hija mayor de ambos, pero también participa su hermano menor, Desi Jr. No son muchos más los testimonios pero sí son importantes. Los principales: Carol Burnett, Bette Midler y Norman Lear. Y más allá de breves intervenciones de un par de historiadoras y especialistas en comedia, del hijo del productor Jess Oppenheimer, de la veterana intérprete cubana Charo (con un acento insólito) y de un viejo amigo cubano de Desi, lo demás queda para el material de archivo y las grabaciones.
En ese material se puede observar y analizar en detalle el enorme talento para la comedia física de Lucille Ball, que aprendió de Buster Keaton y otros cómicos del cine mudo. Un talento que, ella misma admite, no le era natural, pero que trabajó y perfeccionó a lo largo de los años. Arnaz funcionó siempre como un sparring natural y efectivo, aunque su mundo estaba más bien del otro lado de las cámaras. Cuando trabajaron separadamente, de hecho, las cosas raramente les salían tan bien como cuando lo hicieron juntos.
Pero, claro, su vida en pareja no era nada fácil y el documental ocupará un buen tiempo en mostrar cómo el peso de los años de trabajo y vida compartida terminaron por dañar su relación. De todos modos, si bien pasaron gran parte del resto de sus vidas casados con otras personas, no hay duda que siguieron estando conectados emocionalmente hasta el final, algo que queda más que claro con una muy emotiva anécdota que cuenta su hija.
Otro de los hallazgos del documental pasa por las home movies de excelente calidad y muchos momentos del «detrás de escena» de la filmación de I LOVE LUCY que Poehler aporta. En esas situaciones íntimas y fuera de cámara, la película no solo le otorga a su historia un carácter casi mítico sino que demuestra la importancia de contar con buen material de archivo si se quiere mantener viva la historia. Sin esas filmaciones, la película jamás tendría la fuerza emotiva que tiene y no podríamos celebrar sus carreras de la misma manera.