Estrenos online: crítica de «Tiempo para mí», de John Hamburg (Netflix)

Estrenos online: crítica de «Tiempo para mí», de John Hamburg (Netflix)

Kevin Hart y Mark Wahlberg interpretan a dos amigos muy diferentes entre sí que se reencuentran después de varios años para una caótica fiesta de cumpleaños. Estreno de Netflix.

Hay ciertas comedias que suenan muy previsibles en los papeles pero que uno las mira porque tienen un elenco prometedor. En este caso, son Kevin Hart, Mark Wahlberg y Regina Hill los actores que hacen levantar las expectativas. Pero la realidad nos golpea a los cinco minutos de comenzada la película: ninguno de ellos puede salvar esta comedia tediosa y que ni siquiera puede calificarse como fallida. El término a usar es otro y más directo: es mala, muy mala.

TIEMPO PARA MI se centra más que nada en el personaje de Hart, un tal Sonny, que es un padre de familia que se ocupa con obsesiva dedicación de las vidas de sus hijos: se preocupa por sus estudios, sus ensayos para el show de talentos de fin de año y colabora en la escuela organizando actividades y coordinando la relación entre padres de alumnos y docentes. Es un «amo de casa», digamos, ya que Maya (Hall), su mujer, es una arquitecta de renombre que mantiene económicamente al hogar.

Sonny parece disfrutar a su manera de este modo de vida, pero Maya quiere que se distraiga un poco, por lo que decide llevarse a sus hijos de vacaciones –ella se siente culpable por lo contrario, por no pasar tiempo suficiente con ellos– y le pide que salga por su cuenta o que vaya al cumpleaños de su amigo Huck (Wahlberg). El tipo es casi lo opuesto al organizado Sonny: un solterón empedernido que vive sin pensar en el futuro. De hecho, Sonny lo dejó de ver porque su intensidad fiestera no cuaja demasiado bien con su actual estilo de vida. Bah, a juzgar por el flashback que inicia la película, da la impresión que nunca cuajó. Es una de esas amistades medio inexplicables que solo sirven para lo que se quiere contar acá.

Y lo que se quiere contar no es más que el caos en el que Sonny se mete al juntarse con Huck, con amigos suyos y por culpa de sus propios celos, ya que está obsesionado con que un millonario latino (interpretado por la estrella mexicana Luis Gerardo Méndez) se quiere quedar con su mujer. Todo no es más que una excusa para una serie de desventuras llamativamente escatológicas (la película parece tener una obsesión infantil por todo lo ligado a lo anal) y violentas, que son más patéticas que divertidas y que están totalmente desprovistas de cualquier tipo de timing cómico.

Reconozco que el entretenimiento que pueden causar estas comedias suele estar ligado a la gracia que a uno le cause su protagonista. Y a mí Hart raramente me hace reír. Ni actuando ni en su stand up. Es uno de los cómicos más populares en los Estados Unidos, pero hay algo en su nerviosa intensidad que no me resulta para nada graciosa. Si a eso se le suma un guión que no ofrece ni un gramo de ingenio, un Wahlberg que está mirando más el cheque que va a cobrar que a sus compañeros de escena y una actriz del talento de Hall cuyo paso por la película solo consiste en retar, discutir y reconciliarse con su pareja, es difícil sacar algo positivo de TIEMPO PARA MI.