Estrenos online: crítica de «Turno de día», de J.J. Perry (Netflix)

Estrenos online: crítica de «Turno de día», de J.J. Perry (Netflix)

Jamie Foxx encarna a un cazavampiros de Los Angeles que se mete en problemas en esta comedia de acción en la que lo acompañan Dave Franco y Snoop Dogg. Estreno de Netflix el 12 de agosto.

Hay una idea potencialmente divertida en el concepto original de TURNO DE DIA. Un poco a la manera de GHOSTBUSTERS pero en Los Angeles, se trata de una comedia que asume que una peligrosa red de vampiros vive de modo oculto en la soleada ciudad californiana. ¿Vampiros en una ciudad soleada? Bueno, ya verán cómo. Lo cierto es que así como existe esa red que a la vez es criminal (no solo de sangre viven, parece) hay otra, paralela, que está compuesta por los que se dedican en secreto a detenerlos. Es algo que se hace sotto voce mediante una curiosa organización secreta que funciona como un Sindicato de Cazavampiros. De día, de noche, no importa. Los profesionales no descansan en esto de perseguir y atrapar a sus presas. Eso sí, nadie debe enterarse que todo esto está pasando.

Jamie Foxx encarna a Bud, un experto en la materia pero que tiene una serie de problemas: con la autoridad, con su ex esposa y con el dinero. Al comenzar la película, en medio de una escena de acción, lo vemos ir a visitar una señora anciana de apariencia frágil y en dos segundos ya están luchando por la supervivencia, con la nonagenaria demostrando una flexibilidad muscular no apta para su edad. Bah, para ningún humano. Sí, la señora de las nueve décadas es una vampira y Bud tiene que matarla de una manera específica y llevarse sus colmillos, que son no solo la prueba de su «victoria» sino que le dan también un buen dinero, ya que todo cotiza en la Bolsa de los Vampiros.

Pero Bud tiene una relación conflictiva con las autoridades de esa curiosa organización secreta –les debe dinero, no suele ser bueno cumpliendo las reglas y así– y necesita sí o sí volver a entrar al «sindicato» para cobrar su salario y poder pagar las cosas que necesita su hija. Su ex mujer (Meagan Good), en tanto, no tiene idea de cuál es su verdadero trabajo –supone que limpia piscinas–, por lo que lo presiona para que traiga ese dinero bajo la amenaza de llevarse a la nena, aunque él no tenga ya de dónde sacarlo.

Con la ayuda de Big John, un veterano cazavampiros interpretado por Snoop Dogg haciendo prácticamente de sí mismo (la película lo trae a él y, de yapa, a un catálogo de éxitos del hip hop californiano de la vieja escuela), Bud logra reingresar a la fuerza pero obligado a hacer el turno diurno, uno que es un tanto más complicado para «trabajar». Pero su principal problema es que lo tiene que seguir a todos lados un tal Seth (Dave Franco), un empleado prolijo de la parte contable de la empresa que sabe de reglas pero jamás manejó un arma ni tuvo que lidiar con los vampiros in the flesh.

La actriz mexicana Karla Souza interpreta –con el justo exceso camp— a Audrey, la líder de este curioso grupo de vampiros que circulan por los barrios menos céntricos de Los Angeles. La chica tiene a Bud entre diente y diente por motivos que ya verán. Y a partir de esa excusa, nuestro héroe va acumulando peleas, enfrentamientos y persecuciones a veces acompañado por Seth, otras por Big John (bah, Snoop Dogg) y, en una secuencia muy violenta, por su pequeña hija. Y si bien la película apuesta por tono un tanto cómico, la presencia de la niña de apenas ocho años en ese mar de sangre no suena como una idea demasiado feliz.

Y eso, amigos, es todo. El problema de TURNO DE DIA es que no aprovecha demasiado una premisa que tiene su originalidad y se queda en planteos de posibles situaciones y no mucho más que eso. Es como si a Perry –un veterano del mundo de los dobles de riesgo, como Chad Stahelski, de JOHN WICK, que acá oficia de coproductor– le importaran solamente las escenas de acción y lo demás fuera un simple complemento para pasar a la siguiente. La química entre Franco y Foxx es prácticamente nula, y recién cuando aparece Snoop –con su ritmo cansino, como sobrando la situación– la película pasa a tener algo de gracia.

DAY SHIFT tiene una curiosa fotografía (ver sino la foto de aquí arriiba), una que está excesivamente retocada o trabajada de tal manera que parece de otra película, casi de un melodrama californiano retro. No se entiende mucho esa decisión más que para remarcar lo diurno de una tarea que, según la tradición, se hace por las noches. Uno termina de ver esta saga de vampiros suburbanos del valle de San Fernando y los un tanto incompetentes sujetos que intentan detenerlos y se queda pensando que había otra película mucho más interesante que hacer a partir de esa idea. Pero esta no es.