Estrenos: crítica de «La caída», de Lucía Puenzo (Amazon Prime Video y cines)

Estrenos: crítica de «La caída», de Lucía Puenzo (Amazon Prime Video y cines)

Ante la denuncia de la madre de una joven nadadora, su veterana compañera se plantea descubrir la verdad acerca de las acusaciones que se le hacen a su entrenador. Estreno en cines en Argentina y en Amazon Prime Video.

Los casos de abuso sexual en el área del deporte –en especial el femenino– se han vuelto un triste lugar común en los últimos años, a partir de una larga cantidad de denuncias que hicieron caer a veteranos profesionales de distintos deportes acusados de abusos de todo tipo, siendo quizás el de Larry Nassar –entrenador de gimnastas de los Estados Unidos– el más conocido de todos ellos. Sin embargo, no todos los casos tuvieron ese tipo de difusión y de feliz consecución. Mucho antes del #MeToo, periodo que abarca LA CAIDA, todavía era muy difícil avanzar con estas denuncias. Los motivos son muchos y variados pero lo principal pasaba porque no se les creía a las víctimas como se hace hoy.

Mariel (la internacional actriz mexicana Karla Souza, que trabaja mucho en Estados Unidos) es una clavadista que compite en Juegos Olímpicos y grandes competencias internacionales pero nunca llegó a ganar la Medalla de Oro. La mujer se prepara para competir en los Juegos de Sydney, en el año 2000, cuando se entera que la madre de la joven chica de 14 años que iba a ser su pareja en algunos clavados ha denunciado al entrenador de ambas, Braulio (Hernán Mendoza) como abusador de su hija. Braulio ha estado toda su vida entrenando a Mariel y ella se niega a aceptar las acusaciones a su coach. A tal punto que visita a la madre de la chica para intentar convencerla que deje de lado la denuncia y no impida que su hija pueda participar en los Juegos Olímpicos.

Además, previsiblemente, la asociación duda y el acusado rechaza todo lo que se dice sobre él. Pero a eso se le suma otro problema: la pequeña Nadia (Deja Ebergenyi) no quiere saber nada con la acusación de su madre, niega que haya pasado algo y culpa a la madre de querer sacarla de la competición por motivos de celos. Dicho de otro modo: acá parece no haber pasado nada. Y los entrenamientos continúan con normalidad. Pero para Mariel no es lo mismo. Algo de la situación no le sienta del todo bien y necesita explorar más, algo que la llevará a tener que lidiar con su propio pasado adolescente a las órdenes de Braulio.

La película estrictamente mexicana en tema pero con un equipo con gran participación argentina detrás de cámara (empezando por la directora Lucía Puenzo y pasando por la coguionista Tatiana Mereñuk, la fotografía de Nicolás Puenzo y Misael Bustos en montaje, entre otros), se inspira en el caso real de Azul Almazán, deportista que hizo este tipo de denuncias décadas atrás y nunca fue escuchada. Recién en 2018, entrevistada para la televisión, su caso tomó visibilidad pública real. De todos modos esta no es, estrictamente, su historia, sino que la toma como punto de partida.

El eje es el viaje de Mariel, que empieza de a poco a descubrir (y a recordar) que su relación con Bruno tuvo y aún tiene similares condimentos a los de la chica nueva. Y esas experiencias traumáticas –con las que Mariel «lidia» teniendo sexo indiscriminadamente con varias personas, casi como castigo, en un apunte quizás un tanto subrayado de la trama– van haciéndola cambiar de opinión, lo mismo que una serie de descubrimientos. Pero el oro olímpico es una tentación para todos y todas, por lo cual darle más cabida a esas denuncias es arriesgarse a perder lo que todos quieren y esperan.

Más allá de algunas resoluciones o giros de la historia que resultan un tanto comunes a un montón de relatos sobre víctimas de abuso, LA CAIDA plantea de manera inteligente dos temas. Por un lado, la decisión de las autoridades de mirar para otro lado tras un «acting» de investigación. Y, por otro, la negación hasta de los propios participantes de lo sucedido, tanto por motivos psicológicos como por pura conveniencia deportiva. A la vez deja en claro la enorme diferencia que hay entre lo que sucedía en esa época y lo que pasa ahora en estos casos.

La directora de WAKOLDA, en su bienvenido regreso al cine tras casi diez años de dedicarse casi exclusivamente a las series, narra con la colaboración de su hermano Nicolás como DF el viaje de Mariel. Y lo hace con elegancia pero sin perder intensidad, poniendo la cámara siempre cerca del rostro de la excelente Souza, de su cuerpo y de sus entrenamientos mecanizados para, finalmente, mostrar su creciente angustia y desesperación cuando se da cuenta que nada parece cambiar a su alrededor y que nadie se hace cargo de lo que está sucediendo. LA CAIDA deja en claro que las verdaderas victorias no siempre se traducen en medallas.