Estrenos online: crítica de «Narvik», de Erik Skjoldbjaerg (Netflix)
Esta película bélica se centra en en el drama de una familia en el marco de las batallas que tuvieron lugar en el puerto noruego de Norvik durante la Segunda Guerra Mundial. Estreno de Netflix.
Uno pensaba, con cierto pragmatismo comercial, que la proliferación de películas bélicas europeas producidas por Netflix tenía que ver con un imperativo de mercado. Es que los dramas centrados en las guerras mundiales del siglo XX (tanto la Primera como la Segunda) tienden a funcionar bien internacionalmente ya que existe un público cautivo interesado en las distintas batallas y conflictos que tuvieron lugar en Europa en esos años. Y, convengamos, hay decenas o quizás hasta cientos de batallas por investigar, celebrar, recordar, homenajear o lamentar. Algunos críticos tienden a llamar a este género «Dad Cinema» (cine para padres) ya que se supone que es el tipo de películas que gustan a hombres adultos –digamos, mayores de 50/60 años–, interesados en esas historias. Dicho de otro modo: es el tipo de película que una persona joven o de mediana edad puede compartir con su padre sabiendo que no se topará con ninguna sorpresa rara y que probablemente al hombre le puede gustar. Pero ahora, tengo la impresión, la cuestión está a punto de cambiar.
Escribo esto un día antes de las nominaciones al Oscar y es muy probable que SIN NOVEDAD EN EL FRENTE, del alemán Edward Berger, termine quedando nominada en varios rubros y casi seguramente sea la ganadora en la categoría mejor film internacional. ¿Por qué esto lo cambia todo? Antes de esta posible sorpresa, SIN NOVEDAD… podía ser vista como una de las tantas «películas para papá» de Netflix: un film bélico violento, visualmente espectacular, dramáticamente aceptable, de los que califican dentro de este subgénero. No fue a festivales, no tuvo ese tipo de recorrido que es habitual en el cine europeo que triunfa en el mundo. No. Era una película de guerra de Netflix. Pero si gana todo lo que se supone que ganará, eso cambiará por un buen tiempo el panorama de este género. Se harán todavía más películas, se cuidará más su factura, se contratarán a actores internacionales más famosos y se tratará de transformarlas en algo así como «películas prestigiosas». Dejarán de ser parte de la programación habitual de Netflix para ser «contenido estelar».
NARVIK no es eso. Quizás sea una de las últimas películas de este género hechas antes del éxito de SIN NOVEDAD EN EL FRENTE y tiene las limitaciones, los problemas y el tradicional encanto de las «películas para papá»… normales. Se centra en un episodio bastante oscuro de los inicios de la Primera Guerra Mundial cuyo más llamativo «punto de venta» es que se considera la primera derrota en un campo de batalla del ejército nazi. Esto fue mucho antes de la llegada de los Aliados. Fue al comienzo de la Segunda Guerra, a mediados de 1940, cuando la neutral Noruega fue ocupada por los alemanes y ellos entraron en conflicto con los británicos, quedando los locales en una incómoda situación, digamos, intermedia.
Skjoldbjaerg (director de la original INSOMNIA) cuenta la historia desde la perspectiva de posguerra, mostrando cómo los habitantes de la ciudad fueron utilizados por los alemanes –interesados en quedarse con ese puerto que permitía controlar el suministro de hierro de origen sueco, importante para las operaciones militares– y cómo las fuerzas británicas se terminaron uniendo a los locales para defenderlos. El complejo operativo militar se resume, como suele pasar, en una serie de explicativos carteles que se distribuyen a lo largo del film, pero lo central pasa por una historia personal (y ficcional) que pone en juego los temas en disputa.
Los protagonistas son los miembros de la familia Tofte. Gunnar (Carl Martin Eggesbo) es un soldado de la guardia noruega (que no tiene mucha gente ya que era un país neutral, además que en esa época tenía menos de tres millones de habitantes) que está casado con Ingrid (Kristine Hartgen), con quien tiene un hijo llamado Ole (Christoph Gelfert Mathiesen). El grupo se completa con el padre de él, Aslak (Stig Henrik Hoff). Ingrid trabaja en el hotel donde alemanes e ingleses negocian algún tipo de acuerdo respecto al lugar y, como habla ambos idiomas, oficia de traductora entre las partes que, al menos entonces, se podían sentar a discutir. Pero eso no iba a durar mucho.
Cuando la invasión alemana se produce de forma ya bélica, los noruegos se unen a los aliados y Gunnar va al frente de batalla, tratando de bombardear un puente para impedir el paso de los invasores. El hombre es atrapado por los nazis e Ingrid necesita convencer a los jerarcas alemanes de que no lo maten. Si a esto se le suma que los barcos ingleses luego comienzan a bombardear y a operar desde el territorio contra los alemanes, Ingrid queda en un incomodísimo lugar. Además, está con su pequeño hijo, que es herido en uno de los bombardeos y necesita atención médica.
Mientras seguimos las peripecias de Ingrid poco sabemos del destino de su marido, Gunnar. Pero la película pronto irá actualizando, en paralelo, la situación de cada uno de ellos, que se irá volviendo cada vez más complicada por distintos motivos. En el medio habrá combates en tierra –bah, sobre la nieve–, bombardeos de todo tipo, y situaciones difíciles y dolorosas que vivirán cada uno de ellos, viendo caer a mucha gente cercana. Skjoldbjaerg estructura esta serie de hilos narrativos con un formato que, más allá de los bloques de tiempo divididos, es prototípico para este modelo cinematográfico. Quizás lo más llamativo de su puesta en escena sea la brutalidad y cercanía de los bombardeos, que se llevan literalmente volando por los aires a muchas personas, incluyendo a algunos de los protagonistas.
Sin mayores pretensiones que contar la historia de una batalla olvidada y una victoria claramente pírrica –ya verán porqué–, NARVIK tiene como punto extra de interés un punto de vista que pone en conflicto los intereses personales y familiares con los nacionales. ¿Es correcto «traicionar» a un país para proteger o salvar a un ser querido? Qué es más importante en caso de contradicción o disputa, ¿la patria o la familia? Lo que va sucediendo aquí lleva a que esos dos ejes se enfrenten, con las esperables (y las no tan esperables) consecuencias de las decisiones que se toman en esos casos. La desinformación –Ingrid no sabe si Gunnar vive y ella tiene que cuidar a su hijo como sea– juega también un rol importante en lo que pasa aquí.
La historia real se interpondrá, en algún momento, en el desarrollo de la trama, por lo cual la victoria y la derrota, lo que es traición y no lo es, será algo todavía más ambiguo. Los que saben qué pasó en la última etapa de esta específica serie de conflictos sabrán a qué me refiero. A los otros les recomiendo no googlear ni entrar a Wikipedia a ver la página sobre las Batallas de Narvik (acá está la página pero vean la película primero) porque tuvieron sus giros y vueltas de tuerca que quizás sean más ricos de explorar que la historia de los Tofte. De todos modos, como representación de lo ambiguo del conflicto y de las últimas «películas para padres» convencionales de Netflix, NARVIK no decepciona. Eso sí, nadie la confundiría con una película importante que podría ser nominada al Oscar. Bah, eso creo. Tampoco pensé que SIN NOVEDAD EN EL FRENTE llegaría a ser eso y acá estamos…
Me encanto!! Muy buena, bellísima historia, y siempre me mantuvo alerta!! Excelente 100% recomendada
Me pareció muy interesante ver algo distinto sobre la Segunda Guerra, donde los personajes son creíbles y cambiantes, llenos de matices, aún en la brutalidad de la guerra que se impone a los propios protagonistas. Diría que no hay buenos ni malos, solo circunstancias. Las escenas bélicas, sin ser espectaculares, están muy ben resultas.