Estrenos online: crítica de «Ruido», de Natalia Beristáin (Netflix)
Una mujer abandona su vida de privilegios para investigar la desaparición de su hija, posible víctima de un feminicidio en este drama mexicano que se estrena en Netflix tras pasar por los cines en Argentina.
Los feminicidios en México (que no es estrictamente lo mismo que «femicidios», ya que el término involucra la participación, por acción u omisión, del Estado en relación a tales crímenes, como bien se explica acá) son un tema tanto de impacto cotidiano en ese país como de repercusión artística en general y cinematográfica en particular, ya que el cine mexicano viene tratando el tema desde hace ya un tiempo. La nueva película de Natalia Beristáin –que estrenará Netflix en noviembre– se suma a la reciente ZAPATOS ROJOS, de Carlos Eichelmann, que pasó por el Festival de Venecia, en tratar el tema en tan solo unos pocos meses. El punto de partida argumental es similar en ambos films, pero las formas de narración y el tono son bastante diferentes.
Aquel film se centra en un hombre, campesino, que viaja a la ciudad de México a recuperar el cadáver de su hija, a quien ya sabe muerta. Se trata de un film de tono y perfil bajo, silencioso, sobre un anciano de pueblo que se topa con una violenta y para él desconocida realidad urbana. El caso de RUIDO, como su nombre lo indica, es casi el opuesto. Es la historia de Julia (una excelente Julieta Egurrola), una mujer que vive en la capital del país, de posición económica acomodada, cuya hija ha desaparecido al irse de vacaciones.
Ella está en el periodo de búsqueda y si bien las esperanzas de encontrar a su hija con vida son pocas (lleva nueve meses desaparecida), y disminuyen con el paso de los días, Julia está dispuesta a lo que sea necesario para encontrarla. Su marido, en cambio, parece sumido en la depresión. El recorrido de la mujer empieza de una manera si se quiere burocrática –con investigaciones que no parecen llevar a nada– pero pronto la mujer se empieza a conectar con agrupaciones de madres en similar situación, lo que la introduce en un mundo casi desconocido para ella, tanto desde lo personal como desde lo social. Hay algo de ese privilegio que se quiebra al escuchar esas historias y conocer a esas otras mujeres.
Su viaje tendrá algo de policial, detectivesco. La llevará de viaje por el país, la conectará con periodistas que investigan feminicidios, gestoras y abogadas que trabajan «en las sombras» para no ser detectadas por las mafias, los carteles o las propias autoridades que cometen u ocultan estos crímenes, la conectará con policías y la llevará a meterse en situaciones inimaginables poco tiempo atrás, incluyendo algunas muy dolorosas y otras que van dejando en claro que su vida corre peligro si intenta investigar o meterse más en el tema.
A Julia le será difícil –por no decir imposible– avanzar en su caso, pero a la vez la propia búsqueda empezará a generar en ella no solo una conciencia social más amplia sino contactos con muchas otras mujeres de distintas generaciones que sufren el abuso cotidiano y militan tratando que el Estado actúe sobre los constantes actos de violencia de las que son, o pueden en algún momento, ser víctimas. En algún punto de RUIDO, Julia lidiará con las tensiones específicas de su caso particular –que son propias de un thriller– con las generales, las que se dan en la calle, en las marchas, con la represión estatal tratando de impedir manifestaciones por el tema.
Una película noble y humanista, que genera mucha emoción en las situaciones más ligadas a lo documental (el encuentro de Julia con otras madres que participan en agrupaciones es uno de sus momentos más fuertes), RUIDO va pasando de lo íntimo a lo público, de lo personal a lo social. Ese recorrido, que es el de la protagonista, es uno también de tono. Es un film que empieza con un perfil bajo y se va intensificando en función de las tensiones de la investigación y también de las reacciones sociales a los hechos.
En algún momento –más cercano a su final–, la película se vuelve un tanto subrayada, hasta declamativa. Buscando conflicto, emociones fuertes y la puesta en ideas y discurso de los temas tratados, RUIDO abandona toda sutileza para volverse un film más clásicamente político y un tanto más didáctico. Ante las gravísimas situaciones que se viven allí, se entiende la necesidad de usar ciertos códigos cinematográficos que no se caracterizan por su discreción. Quizás no sea la elección estética más elegante, sutil o poética, pero Beristáin entiende que a ese nivel de agresión criminal hay que contestarle en voz alta.
Dirigida por Natalia Beristáin Egurrola (Ciudad de México, n.1981) RUIDO es una película mexicana, producida por Netflix, que sigue a Julia (extraordinaria actuación de Julieta Egurrola, madre de la directora), una artista plástica que busca desesperadamente a su hija Gertrudis de 25 años, quien lleva nueve meses desaparecida.
Julia moverá cielo y tierra para encontrar a su hija con la ayuda de Abril (buena actuación de Teresa Ruiz) una joven periodista que es madre soltera de una hija en edad escolar.
El recorrido de ambas mujeres las lleva a visitar morgues, sótanos, casa abandonadas y otros lugares donde hay cadáveres de mujeres víctimas de las redes de tratas o de bandas de narcos.
Así se contactan con grupos de familiares que están en la misma situación y Julia descubre que existe una relación entre ellas como si fueran todas parte de una sola familia
A medida que se profundiza la búsqueda los riesgos aumentan porque han llamado la atención de personas peligrosas, que han empezado a seguirles el rastro y pueden morir.
Con imágenes y diálogos contundentes, sin golpes bajos, la película conmueve al espectador que asiste azorado a una descripción de la trama de corrupción que hay detrás de todas estas muertes y desapariciones.
RUIDO es una gran película dentro de ese género que se llama “cine necesario” y resulta difícil entender porqué no representó a México en la carrera al Oscar (8/10)
«…resulta difícil entender porqué no representó a México en la carrera al Oscar.» ¿Enserio?
objetividad por favor.
Está película salió en 2023, de estar nominada al Oscar lo estará para la edición de 2023 dispuesta a realizarse en 2024.
Estimado ängel: la película se presentó en el Festival de San Sebastián en septiembre del 2022, de allí que supongo que se debe considerar esta cuestión para determinar el año de lanzamiento, Puedo estar equivocado pero me parece que en México consideraron que BARDO era mejor y en eso para nada estoy de acuerdo.
Marcos: en ese párrafo que estás citando apunto a que BARDO es una película inferior para ser nominada por México. No es un problema que pase por la objetividad o por la subjetividad. Simplemente opino e intento fundamentar en base a los méritos que observo en la película RUIDO. Te envío un respetuoso saludo
Pablo, me gustó mucho lo que escribiste. A mí también me resulta difícil entender por qué no representó a México en los premios Oscar, pienso que seleccionaron a BARDO porque Iñárritu es un director más reconocido mundialmente. Una lástima porque, en lo personal, no me impresionó. El cine de Natalia Beristáin es muy bueno.