Series: crítica de «Caleidoscopio», de Eric García (Netflix)

Series: crítica de «Caleidoscopio», de Eric García (Netflix)

Este thriller se centra en un millonario robo organizado a lo largo de 25 años y narrado de forma no cronológica. Con Giancarlo Esposito, Paz Vega y Jai Courtney. Estreno del 1/1 en Netflix.

CALEIDOSCOPIO es un thriller de robos estructurado de una forma ingeniosa y que se extiende a lo largo de 25 años, armado en bloques claramente separados en el tiempo. A eso, el creador Eric Garcia (REPO MAN) le agrega un elemento extra: con excepción del que tiene lugar durante el robo en sí (que, cronológicamente, no es el último, pero hay que verlo último), la serie se puede ver en cualquier orden. ¿Cómo es esto? Cada episodio no tiene un número sino un color y un lugar dentro de la cronología: el «amarillo» transcurre seis semanas antes del robo, el «verde» siete años antes del robo, el «azul» cinco días antes del robo, el «rojo» la mañana después del robo y así, extendiéndose por un cuarto de siglo al que se accede de modo random. A mí, por ejemplo, Netflix me presentó los episodios de un modo determinado, pero calculo que a otros se los armará distinto e imagino que, si uno quiere, también puede armarlo de modo cronológico. Lo que recomiendan –y es entendible el motivo– es que el robo en sí quede para el final.

Inspirado muy libremente en un hecho real —la desaparición de bonos por valor de 70.000 millones de dólares de una bóveda de alta seguridad en Manhattan durante un huracán–, la serie se organiza con el clásico modelo de estos relatos que involucran precisos y complicados robos de mucha planificación. Depende cómo uno ingrese a la historia, la irá viendo a partir de distintas circunstancias y organizándola en función de eso. Haciendo la cronología más o menos legible, se puede decir que es la historia de un tal Leo Pap (Giancarlo Esposito), un ladrón de guante blanco que va a la cárcel por muchos años tras ser atrapado después de un complicado robo. Estando allí –pero especialmente luego, al salir– empieza a organizar un grupo con el que armará el complicado robo de los bonos.

Ese grupo lo integran la española Paz Vega, que encarna a Ava Mercer, una abogada argentina (además del acento que la actriz no hace del todo bien, hay muchas citas y referencias al país en la serie, incluyendo un personaje que se llama… Javier Zanetti) que es la que maneja el tema de armas y tiene buenos contactos; Peter Mark Kendall es Stan Loomis, uno de los amigos de la prisión de Leo y un inteligente aunque un tanto inocente ladrón; Rosaline Elbay es Judy Goodwin, una contrabandista que empieza siendo novia de Stan pero luego lo deja por Bob Goodwin (Jay Courtney), un intenso y un tanto inmanejable abridor de cajas fuertes. El grupo se completa con Jordan Mendoza, el clásico chofer del plan.

Además de la banda de asaltantes hay diversos potenciales enemigos en el medio. Rufus Sewell interpreta a Roger Salas, el dueño de la empresa de seguridad en la que esos bonos están depositados; Niousha Noor es Nazan Abassi, la problemática e intensa agente del FBI obsesionada por seguirle las pistas al caso y a los involucrados en él, y Tati Gabrielle encarna a Hannah Kim, la hija de Leo, con la que tiene una difícil relación y ahora trabaja a las órdenes del tal Salas, que es un enemigo de su padre de toda la vida. A tal punto Leo lo odia que su principal motivación no pasa por la enorme cantidad de dinero que podría llevarse sino por vengarse del tipo por un delicado asunto del pasado.

No es mucho lo que se puede contar de la trama sin spoilear. Solo decir que, a lo largo de los episodios ligados al pasado se van conociendo las conexiones y motivaciones de los diversos personajes, que los más cercanos al hecho en sí se centran en los preparativos del asalto –que incluyen otro robo para solventar los costos del más grande– y que, en los que vienen después, el eje está puesto en las consecuencias después de lo que sucedió en el evento. Para el final quedará el momento a momento del complejo robo en sí, que previsiblemente incorpora algunas sorpresas.

El juego de cambios de tiempo funciona bien, generando algunas expectativas que luego se alteran y modifican, situaciones que no son como se esperan y los habituales giros que se suponen sorpresivos. Esposito es, sin dudas, la base en la que CALEIDOSCOPIO se sostiene. No solo es un gran actor y sus motivaciones, además de las situaciones que tiene que vivir, son bastante complejas y enredadas, sino que su personaje remite un poco al de BREAKING BAD, lo cual le da una gravedad extra, la sensación de que el crimen tiene un organizador más que eficiente.

El problema –del grupo y también de la serie– es que es muy evidente de entrada que no todos los de su crew están capacitados para la tarea en cuestión, lo cual permite adivinar algunos de los problemas que aparecerán después. No todos, claro, porque de cualquier modo habrá sorpresas que vendrán de lugares quizás impensados. Y si bien sus giros cronológicos no logran que CALEIDOSCOPIO reinvente las series ni el género, de todos modos funciona de un modo bastante efectivo dentro de lo que se propone.