Berlinale 2023: crítica de «Limbo», de Ivan Sen (Competencia)

Berlinale 2023: crítica de «Limbo», de Ivan Sen (Competencia)

por - cine, Críticas, Festivales
22 Feb, 2023 06:08 | Sin comentarios

Mezcla de drama y policial de pueblo chico, este thriller australiano se centra en un policía que llega a una aldea aborigen a investigar un antiguo crimen. Con Simon Baker. En competencia.

El séptimo largometraje del realizador australiano de ascendencia indígena Ivan Sen funciona como un extraño y seco thriller, a mitad de camino entre el drama de pueblo chico y el policial de amplios escenarios. Filmado en blanco y negro en medio de una zona desértica australiana, utiliza una excusa policial para hacer un retrato de una comunidad local y de su complicada relación con el hombre blanco. Una película digna pero menor, que quizás debería haber estado en otra sección dentro del festival ya que, da la impresión, la competencia le queda un poco grande.

Simon Baker (el protagonista de la serie EL MENTALISTA) interpreta a Travis Hurley, un detective de la policía de la ciudad que viaja hasta un pequeño pueblo del desierto australiano a re-investigar un crimen que transcurrió veinte años atrás. Lo primero que hace lo pinta a las claras: llega a un hotel local (llamado, como la película, Limbo y de un aspecto llamativamente cavernoso) y se hunde en la cama tras consumir heroína. No parece el más confiable de los policías, pero de a poco parece ir metiéndose en la vida del pueblo.

El caso a resolver es el misterioso asesinato de Charlotte Hayes, una mujer aborigen, que tuvo lugar hace ya mucho tiempo. Pero por más que Hurley vaya con intenciones de ayudar a los locales, aquí nadie confía en él ni quieren hablarle. No lo hace Charlie, el hermano de la fallecida (Rob Collins) ni Emma, su hermana (Natasha Wanganeen), al menos en un principio. Ninguno quiere saber nada con la policía y prefieren el silencio que darle datos o contarles lo que recuerdan.

Hurley (Baker con un look cercano al Walter White de BREAKING BAD, ayudado también por el desierto que lo rodea), quien por algún motivo no para de escuchar una radio religiosa mientras va en su auto vintage, logra entablar relación con Emma, con sus hijas, con otros personajes del lugar (un viejo que parece vagabundo, un grupo de jóvenes) hasta empezar de a poco a entender, no tanto la respuesta al misterioso caso, sino la lógica con la que allí se respira y vive.

Una película seca, de gigantescos y desolados paisajes desérticos, un poco árida en cuanto a sus personajes (las hijas de Emma le dan algo de calor y frescura al film haciendo preguntas incómodas) y que a veces parece más preocupada en lucir cool que otra cosa –con una especie de efecto «Marlboro Man» que lo abarca todo–, LIMBO ofrece igualmente una mirada inteligente a esta ríspida relación que va de lo racial a lo político. En cierto punto resolver el caso policial será lo de menos. Sen tendrá la mirada puesta en los hombres consumidos por el paisaje, pequeños puntos en un sistema injusto que abarca mucho más de lo que se ve aquí.