Estrenos online: crítica de «Tu casa o la mía», de Aline Brosh McKenna (Netflix)

Estrenos online: crítica de «Tu casa o la mía», de Aline Brosh McKenna (Netflix)

Esta comedia romántica se centra en dos viejos amigos que intercambian casas a lo largo de una semana y descubren algunos secretos sobre la vida del otro. Con Reese Witherspoon y Ashton Kutcher. Estreno de Netflix.

El secreto de las comedias románticas es más viejo que la historia del cine pero no puede ser replicado con facilidad. Consiste en eso que en Hollywood llaman «química», «carisma» o, más directamente, star power. TU CASA O LA MIA no inventa absolutamente nada nuevo: es una fórmula tan antigua como el género y una que fue aprovechada hasta el máximo en la ahora ya clásica SINTONIA DE AMOR (SLEEPLESS IN SEATTLE). Pero si se cuenta con dos actores carismáticos que funcionan con el mismo ritmo, el mismo tono y conectan entre sí –aún a la distancia–, las cosas suelen funcionar. Y acá funcionan.

Debbie (Reese Witherspoon) y Peter (Ashton Kutcher) son dos amigos de «toda la vida» que tuvieron una sola noche romántica allá por 2003 pero que, desde entonces, han seguido funcionando como «mejores amigos». Veinte años después –la película los recupera en la actualidad– siguen hablando todos los días por teléfono cada mañana, por más que él esté con una pareja nueva y ella con su hijo de unos diez años. La relación tiene otra particularidad más: ella vive en Los Angeles y él en Nueva York. Es decir, se ven muy poco, se visitan apenas. Estamos en un territorio propio también de otra comedia clásica: CUANDO HARRY CONOCIO A SALLY. De algún modo, TU CASA O LA MIA intenta hacer un mash up entre ambas películas escritas por Nora Ephron, verdadera inspiración de este film.

Debbie se ha vuelto una mujer tensa, nerviosa, obsesionada por el cuidado de su hijo y casi sin vida social. Peter, en cambio, es el clásico profesional desafectado, que no se compromete con nada ni nadie, desde el trabajo a sus parejas. Las diferencias son evidentes en sus casas, las maneras en las que viven, su forma de vestirse y de actuar. La trama se pone en marcha con un posible cruce entre ambos. Debbie viajará a Nueva York a hacer un curso laboral y allí podrá pasar un tiempo con Peter. Pero a último momento su amiga (Rachel Bloom, protagonista de CRAZY EX-GIRLFRIEND, serie creada por la realizadora) tiene que irse de viaje y no puede cuidar a su hijo. Debbie está a punto de cancelar el viaje pero Peter se ofrece a viajar a Los Angeles, dejarle a ella su casa y quedarse allí a cuidar al pequeño y simpático Jack (Wesley Kimmel). Y es así como intercambian hogares y hasta vidas.

No hay ningún truco fantástico aquí. Peter tiene que lidiar en Los Angeles con la manera en la que Debbie se ocupa de sus cosas y, especialmente, de su hijo, al que controla en todo lo que hace, come y al que no logra ayudar con sus problemas para hacer amigos en la escuela. Debbie, en tanto, conoce a una ex de Peter (la siempre muy simpática e intensa Zoë Chao) y ella la convence de salir en Manhattan y divertirse un poco. Meterse en las vidas de su otro amigo o amiga los llevará a descubrir algunos secretos que ellos tienen y tratar de actuar en consecuencia. El problema es que lo que para uno es una «desinteresada ayuda» (Peter quiere liberar a Jack del estricto control maternal, Debbie quiere ayudar a Peter a sacar adelante un proyecto personal dejado de lado) para el otro es algo parecido a una traición.

Pero todos sabemos lo que sucede en el fondo. Y la película los mantendrá separados en lo físico pero conectados en muchos otros sentidos. La guionista de EL DIABLO VISTE A LA MODA y CRUELLA, en su debut como realizadora para cine, conoce de memoria los ejes, trucos, separaciones, reencuentros, idas y vueltas del género y las respeta al dedillo, sin tratar de innovar demasiado en la materia. No hay aquí una relectura de la comedia romántica y, más allá de algunos detalles, digamos, digitales, podría haberse hecho del mismo modo 30 o 40 años atrás. Están los personajes funcionales (la amiga gay de ambos, un «candidato» interesante para ella, un personaje un tanto curioso que aquí encarna Steve Zahn, alguna novia del pasado de él), pero todos tenemos en claro hacia donde va yendo el asunto.

Y si funciona, de vuelta, es porque sobre las bases de ese clasicismo sobrevuelan las «estrellas». Witherspoon es más carismática en comedias de lo que es en los dramas y se la siente más que cómoda en el rol de madre moderna pero nerviosa y pendiente de su hijo. Kutcher se ha convertido en un elegante galán maduro (bah, de cuarentaypico) y sigue teniendo un timing impecable para la comedia. Quizás lo único «llamativo» para los parámetros actuales del género es que TU CASA O LA MIA es una comedia romántica sobre personas de más de 40, dos seres un tanto solitarios y ligeramente frustrados que piensan que ya no tendrán una segunda oportunidad en sus vidas y no solamente en el aspecto amoroso. Pero la tendrán. Solo les hace falta mirar un poco mejor lo que tienen alrededor y, también, del otro lado de la videollamada.