Estrenos online: crítica de «Une Histoire d’Amour et de Desir», de Leyla Bouzid (MUBI)

Estrenos online: crítica de «Une Histoire d’Amour et de Desir», de Leyla Bouzid (MUBI)

La historia de amor entre dos estudiantes universitarios de la Sorbonne de ascendencia árabe se complica en este drama romántico francés. Estreno de MUBI del 13 de febrero y parte de My French Film Festival.

Lo que en otro universo sería una historia romántica más o menos convencional, en el mundo en el que se mueven los personajes de UNA HISTORIA DE AMOR Y DESEO se vuelve un drama con bastantes más complicaciones. Los protagonistas son Ahmed y Farah, dos jóvenes de ascendencia árabe que viven en París y estudian Letras en la Sorbonne. Ambos son nuevos allí y se conocen en una clase de Literatura árabe antigua. Primero se chocan casualmente en el aula, luego se hacen amigos y, en cierto momento, sobrevendrá lo obvio. Hasta acá, ninguna sorpresa. Pero la habrá…

El problema es sencillo pero específico también a todos los universos en los que la religión, la tradición y, especialmente, la mirada de los otros tiene mucho peso. Y acá es donde las similitudes entre ambos terminan. Farah (Zbeida Belhajamor) nació en Túnez, ha llegado hace poco a Francia y es una chica bastante occidental en su forma de ser: bebe alcohol, no usa ningún tipo de velo y no tiene pruritos en hablar de temas sexuales y demostrarse interesada en ellos. Ahmed (Sami Outalbali) es muy distinto. Nació en Francia de familia argelina inmigrante –hay una aparente diferencia de clase social entre ambos que marca diferencias–, casi no habla árabe ni parece ser muy religioso pero es más conservador en su accionar, además de bastante tímido y respetuoso de ciertas tradiciones, en especial las ligadas al alcohol y a las relaciones antes del matrimonio.

La primera sorpresa se da en la clase de Literatura en la que descubren que muchos de los textos clásicos que leen hablan sin tapujos de erotismo, de beber y el buen vivir. A Farah le fascinan pero a Ahmed le producen una sensación mixta entre el interés y la incomodidad, especialmente cuando la profesora le pide leerlos en voz alta en clase. Al hombre le preocupa especialmente el «qué dirán» de sus amigos del barrio, su hermana y, supone, sus padres. Teme que alguien lo vea besando a una chica en un espacio público o bebiendo alcohol. Otros, como su primo o sus amigos del barrio, manejan una doble vida un tanto hipócrita entre su comportamiento privado y lo que predican en público y exigen a los demás. Pero Ahmed no puede hacer eso y se sentirá tironeado entre lo que siente por Farah y sus miedos y limitaciones. Y ella se agotará también.

Este es el marco que le da a la historia su especificidad. De todos modos, más allá de eso, el recorrido que la película tiene no es muy distinto al de un drama romántico tradicional. Los problemas podrán ser otros (seguramente no hay muchos films románticos estadounidenses en los que ella quiera tener sexo y él se niegue para llegar virgen al matrimonio) pero los puntos de quiebre dramáticos son similares. Acá lo que juega un rol importante, tanto desde lo metafórico como desde lo que despierta en los protagonistas, son los poemas clásicos árabes que leen y que no solo sirven para despertar sus deseos sino que cuestionan los códigos que supuestamente están inscriptos en esa cultura. De hecho, los textos parecen probar que esas limitaciones no siempre estuvieron presentes.

UNA HISTORIA DE AMOR Y DESEO es un film amable, aún con sus tensiones y complicaciones, como una versión un tanto light de películas como L’ESQUIVE, de Abdel Kechiche, otra historia de amor, deseo y literatura que transcurre, en ese caso, en un colegio secundario. Filmada con elegancia y discreción por Bouzid en su segunda película como realizadora, se siente como un relato al que le falta algún tipo de nervio extra, una tensión algo más pregnante que le escape a los recorridos esperables de un film romántico. De todos modos, pese a eso, se trata de un film inteligente que entiende detalles, sutilezas y diferencias que muchos otros no saben ver ni transmitir en este tipo de complejas relaciones. El amor y, especialmente, el deseo, tiene caminos misteriosos.