Series: reseña de «Todos quieren a Daisy Jones» («Daisy Jones & The Six») – Episodios 1/3″, de Scott Neustadter y Michael H. Weber (Amazon Prime Video)

Series: reseña de «Todos quieren a Daisy Jones» («Daisy Jones & The Six») – Episodios 1/3″, de Scott Neustadter y Michael H. Weber (Amazon Prime Video)

Esta serie de diez episodios se centra en la conflictiva historia personal de una banda de rock estadounidense de los años ’70. Con Riley Keough y Sam Claflin. En Amazon Prime Video.

Se han visto decenas de historias de ascensos y caídas de bandas de rock de todas las épocas. Documentales, ficciones, parodias, lo que se imaginen. Se han hecho películas y series, algunos títulos clásicos y muchos más olvidables. ¿Qué es lo que tiene DAISY JONES & THE SIX (título más coherente que la traducción al castellano) que la diferencia de las demás? Nada, en realidad, más allá de algunas cuestiones estructurales y de formato. Pero más allá de eso no es otra cosa que una más –por momentos inteligente y en otros no tanto– de las tantas historias que pueblan la historia de eso que solíamos llamar rock.

Dentro de ese amplio esquema, DAISY JONES… se ocupa de la década del ’70, época de ascenso de la versión californiana del rock estadounidense, con epicentro en la movida de Laurel Canyon y en bandas como Crosby, Stills & Nash o artistas como Jackson Browne o Joni Mitchell. No es que esos músicos sean particularmente citados –la historia que se cuenta toca poco, al menos hasta ahora, cuestiones de modas o estilos, más allá de algunos simpáticos apuntes en la banda sonora– pero es el tipo de mundo en el que estamos, con algún «conveniente» guiño a los inicios de la música disco y a la cultura afroamericana en general. Si alguna banda vista en cine sirve de referencia, esa sería Stillwater, la inventada por Cameron Crowe para la ficción de CASI FAMOSOS.

Los protagonistas de esta historia basada en la novela homónima de Taylor Jenkins Reid se dividen en dos bloques cuya evolución, al menos hasta promediar el tercer episodio, va por separado. De hecho, la que ocupa más tiempo al inicio nada tiene que ver con la tal Daisy. En apenas dos episodios, como si fuera una mini-película, vemos el ascenso y caída de un grupo compuesto por dos hermanos de Pittsburgh y unos amigos que arman una banda llamada The Six, luchan por un lugar en la competitiva escena musical de California, tienen un par de éxitos y salen de gira hasta que empiezan los problemas con drogas y alcohol del cantante, Billy Dunne (Sam Claflin) y todo parece quebrarse.

En paralelo, vemos la historia de la tal Daisy (encarnada por Riley Keough, una verdadera realeza del rock, nada menos que la nieta de Elvis Presley e hija de la recientemente fallecida Lisa Marie), una chica que trata de hacerse un lugar como intérprete venciendo sus propios miedos e inseguridades y luchando contra la misoginia imperante en esa cultura, ya que la ven siempre como musa o intérprete pero nunca como cantautora. Siguiendo la línea planteada por Carole King –que pasó de compositora a super-estrella con el disco «Tapestry»–, Daisy quiere su álbum y su contrato discográfico. Pero cuando tiene la posibilidad se da cuenta que no es sencillo.

El eje que une a estas dos historias separadas es el productor Teddy Price (Tom Wright), que maneja a ambos artistas paralelamente. Y, además, por la estructura tipo falso documental que se nos presenta de entrada, es más que evidente que ese encuentro tarde o temprano se producirá. Los showrunners de la serie, guionistas de 500 DIAS CON ELLA y THE SPECTACULAR NOW, entre otras (el realizador de esta última, James Ponsoldt, dirige los primeros cinco episodios) pasan bastante de largo, hasta ahora al menos, todo lo ligado al tema de contratos, dinero, problemas con la industria y la clásica mecánica económica que suele desbandar a grupos de rock. Acá todo (o casi todo) pasa por asuntos personales: relaciones, historias de amor, celos, peleas e historias de ese tipo.

Acá es hora de nombrar la banda que sirvió de inspiración a la novela y a la serie: Fleetwood Mac. Si bien las respectivas historias son muy distintas, hay dos cosas que sí tienen en común. Por un lado, la idea de que hay una banda que existe hasta cierto momento y otra que aparece después, cuando se suman nuevos miembros (si quieren más detalles sobre la historia de Fleetwood Mac pueden chequearlos aquí) y se producen cambios de estilo. Y la otra, la ligada a las historias de amor, divorcios, problemas personales y discos escritos sobre ellos que es central a la saga de los creadores de «Rumours» y «Tusk», entre otros clásicos álbumes.

Esa estructura doble permite que los tres primeros episodios cuenten casi una historia que cierra sobre sí misma para dar comienzo a otra. Los creadores no buscan ser originales ni novedosos (ni en la música ni en los diálogos ni, al menos hasta ahora, en el tipo de problemas con los que lidia la banda), pero el carisma de Keough haciendo un personaje un tanto insondable, lleno de inseguridades pero también muy frontal, le da una intriga adicional al asunto. Su amistad con su roommate, la cantante soul Simone (Nabiyah Be), sirve como conveniente ingreso a dos tópicos –uno del orden musical, el otro sexual– que de otro modo la serie no tocaría. 

Fuera de lo que pasa con Daisy, la historia de los Six es bastante más convencional, un poco como las canciones que hacen. Y el conflicto central, ligado a la relación de Billy con la fotógrafa Camila (la modelo/actriz de origen argentino Camila Morrone, conocida también por haber sido novia de Leonardo DiCaprio), no se caracteriza por su potencia. El resto de los falsamente llamados «The Six» (en realidad son cinco), al menos hasta ahora, no tienen mucho que hacer, más que fastidiarse o sorprenderse por lo que le pasa a Billy.

Se trata de una serie visualmente atractiva, con un muy buen trabajo de reconstrucción de época y bastante creíble en cuanto a una parte del mundo que retrata, la más íntima y ligada a las mecánicas internas de las bandas. A la vez, algunas escenas y diálogos pasan de obvios a didácticos, en especial las relacionadas con Rod Reyes (Timothy Olyphant), que seguramente tendrá un rol más grande en los siete episodios que faltan. Es que la verdadera historia, la que lleva el «&» del título original, recién comienza ahora. Y habrá que ver si esas chispas que se amenazan desde las «entrevistas» (al ser una falsa reconstrucción documental, sabemos de entrada que la banda se separó y que dejaron de hablar entre ellos por muchos años) estarán a la altura de las expectativas que despertó el anuncio de la serie y que sus primeros episodios, sin ser del todo decepcionantes, no lograron aumentar.