Estrenos online: crítica de «Chupa», de Jonás Cuarón (Netflix)
Un niño estadounidense de familia mexicana viaja a ese país a visitar a su abuelo y allí se topa con una extraña criatura de la que se hace amigo. En Netflix.
Un intento, no del todo logrado, de recuperar la magia «spielberguiana» de películas como E.T. y otras que dirigió o produjo en los años ’80 y ’90 centradas en el encuentro entre niños y criaturas extravagantes, CHUPA es una película de esas que suelen calificarse como «para toda la familia». Sí, quizás este encuentro/choque cultural entre Estados Unidos y México aplique como tal, pero tampoco esperen nada revelador. Es una fórmula aplicada con esmero, pero también con algunos problemas.
El principal, convengamos, tiene que ver con los efectos especiales. CHUPA, el personaje que le da título al film, es el nombre que un grupo de niños le da a un bebé «chupacabras», esta mítica criatura del folclore mexicano, al topárselo en el rancho de su abuelo, en circunstancias muy parecidas a aquel clásico film con el extraterrestre de 1982. Pero la criatura y otros miembros de su familia parecen insertados desde una película de animación que corre en paralelo a la que están trabajando los actores. Difícil poder creer que ambos conviven en el mismo espacio/escenario.
Si superan eso seguramente la disfrutarán un poco más que yo. Al principio vemos a un grupo de exploradores comandado por Richard Quinn (Christian Slater) que, en 1996, trata de ver si estas criaturas existen y atraparlas para estudiarlas y utilizarlas. Se topan con ellas pero no logran controlarlas. En el escape, el pequeño bebé chupacabras se separa de los adultos. En paralelo vemos a Alex (Evan Whitten), un chico de Kansas City de padres mexicanos –su madre vive pero su padre ha fallecido– que no quiere saber nada con hablar en castellano o de la cultura de sus antepasados, ya que se burlan de él por eso en la escuela. De hecho, cuando su mamá le dice que se irá solo a pasar sus vacaciones a un rancho en San Javier en donde vive su abuelo, el chico no quiere saber nada con el plan.
Al llegar allí se topa con que su abuelo Chava (Demian Bichir) es un ex campeón de lucha libre muy simpático pero con algunos problemas de orientación y memoria (no se dice pero puede interpretarse que los golpes de su pasado deportivo tienen que ver con sus confusiones y mareos) y que tiene dos primos a los que tampoco conoce. Está Memo (Nicolás Verdugo), más chico que él y bastante intenso, y Luna (Ashley Ciarra), mayor que él y que habla inglés. Pero pronto descubren otro habitante escondido en la casa. No, no es un extraterrestre que quiere llamar a casa pero algo muy parecido: un chupacabras bebé que quiere reencontrarse con su familia.
Lo demás lo pueden imaginar. Niño que quiere superar la muerte de su padre, un abuelo simpático que lo ayuda a hacerlo, dos primos con los que rápidamente se conecta y un villano que intenta impedir este turístico sueño de felicidad campestre. Y «Chupa», claro, que por un lado atraerá el peligro pero, por el otro, puede ayudar a controlarlo. Lo principal, de todos modos, pasará por la conexión que Alex tendrá con él. Más allá de algunas diferencias, igualito a E.T. y otras películas de la filmografía de Spielberg. ¿Alguien mencionó a JURASSIC PARK?
El problema es que este tipo de trama ya no es muy original que digamos ni en este caso funciona demasiado bien, además de que los efectos, como comenté antes, pertenecen a otro tipo de película. Un cambio llamativo para la carrera de Cuarón (Jonás es hijo de Alfonso, co-guionista de GRAVEDAD y director de DESIERTO), CHUPA es un tipo de film amable, menor, que no molesta ni resulta imposible de mirar pero al que le falta gracia, fuerza y hasta potencia en los momentos supuestamente más dramáticos. Es una película para toda la familia, sí, solo que una no demasiado interesante.