Espanoramas 2023: crítica de «Dúo», de Meritxell Colell (Sala Lugones)

Espanoramas 2023: crítica de «Dúo», de Meritxell Colell (Sala Lugones)

Una pareja de actores/bailarines –ella española y él, argentino– viaja al norte del país recorriendo pueblos con su obra coreográfica. En el ciclo Espanoramas 2023.

Como retrato bello y misterioso del norte argentino, de sus rutas, sus pueblos y caminos, DUO es una experiencia sorprendente, por momentos abrumadora. Usando distintos formatos cinematográficos en un tono que se acerca al del «diario de viaje», Colell presenta una suerte de colección de sugestivas polaroids de una región del país que nunca vi retratada de esa manera, tan nocturna y lunar, tan intrigante. En algún punto, DUO podría ser solo eso, un travelogue por rutas, pueblos y paisajes atravesado por dos performers –mezcla de actores, bailarines, músicos pero más que nada una pareja con una historia aparentemente complicada por detrás– que van poniendo en acto su relación mientras viajan y se actúan a sí mismos, adelante de los espectadores.

Ella se llama Mónica y la encarna Mónica García, misma protagonista de su película CON EL VIENTO, quien es además coreógrafa. El se llama Colate (Gonzalo Cunill), y además de ser su pareja es su acompañante en estas performances, que dan la impresión de estar inspiradas en su vida. Hay algo en la película que existe en una zona intermedia entre el documental y la ficción, entre la experiencia de los protagonistas y la directora en esa región y una tenue ficción estructurada para contenerla. A la vez que esboza una historia de amor y desamor, la película se detiene en detalle en las vidas y en la presencia física de los habitantes originarios de la región.

Es que Mónica y Colate viajan por pequeños pueblos y ofrecen a sus habitantes algo así como un canje entre su propuesta artística y un hospedaje. Y si bien hay una frontera no tan invisible entre lo que ellos hacen en escena y lo que la gente en esos pueblos acostumbra a ver –se muestran eventos locales, que tienen algunas similitudes pero a la vez muchas diferencias con el suyo–, la relación suele ser amable y cordial. Ellos son bienvenidos y así se sienten. Y buena parte de DUO se va en esos encuentros, recorridos, paseos, algunas pocas conversaciones y con la pareja en la ruta, en algunos casos cantando (la canción de Fito Páez «Al lado del camino«, por ejemplo) y en otros en silencio, viajando y observando el paisaje a través de las ventanas.

Hay una suerte de choque en ese registro móvil casi documental que presenta Colell, cuyos significados solo se encuentran en la voz en off de la protagonista que se escuchan muy de vez en cuando a lo largo del relato, y la performance propiamente dicha, que se ve especialmente al principio y al final del film, que sí tiene unas características más dramáticas y un tanto, si se quiere, ampulosas. Es como si la sensibilidad artística de la directora y la de la dupla protagonista fueran por lados diferentes y, en un punto, la película es un reflejo de ese choque.

A la vez, Mónica y Colate atraviesan un momento tenso de su relación –la directora ha comentado en entrevistas haberse inspirado en el clásico VIAJE A ITALIA, de Roberto Rossellini, con el que hay aquí evidentes puntos de contacto– y eso se refleja en su pieza coreográfica, que tiene mucho de autobiográfica, pero también en algunas escenas fuera del «escena», en ese otro escenario que se parece bastante a la realidad: el mundo, tamizado por la perspectiva del cine. Allí, DUO se convierte en una película sobre muchas «parejas», dobles o enfrentamientos: entre dos personas, entre dos mundos, entre dos formas de expresarse artísticamente y, también, entre dos países y sensibilidades.


Funciones: Jueves 6 de julio a las 18 y viernes 7 de julio a las 15. En la Sala Leopoldo Lugones.