Estrenos online: crítica de «Being Mary Tyler Moore», de James Adolphus (HBO Max)

Estrenos online: crítica de «Being Mary Tyler Moore», de James Adolphus (HBO Max)

Este documental se centra en la vida y la carrera de la actriz de «El show de Dick Van Dyke» y «El show de Mary Tyler Moore», considerada un ícono feminista. Por HBO y HBO Max.

Un homenaje cariñoso a una de las comediantes pioneras de la televisión estadounidense, BEING MARY TYLER MOORE se ubica dentro de la serie de producciones que intentan destacar la importancia como modelos a seguir de mujeres a lo largo de la historia, especialmente de la cultura pop. Esta necesaria revisión de la historia sin duda fue empujada por todo lo que pasó después del #MeToo pero en el caso de Moore no se trató de un descubrimiento: la actriz de THE MARY TYLER MOORE SHOW fue una celebridad en vida y se la reconoció como tal desde los años ’70, en los que esa serie se convirtió en una de las más populares del país.

El documental de HBO recorre la vida y la carrera de esta joven utilizando como eje un par de entrevistas largas que dio en dos etapas muy distintas de su vida y acompañando sus palabras con imágenes y escenas de sus shows y actuaciones más conocidas, además de material familiar y de prensa. Más allá de eso, como es usual, casi una veintena de entrevistados –desde aquellos que colaboraron con ella a quienes influyó– aportan sus puntos de vista y opiniones en off, por lo que no queda muy claro si las entrevistas fueron hechas para el documental o de archivo (apostaría que son ambas cosas).

A partir de una figura que, en su vida pública, fue amable y simpática, pero que como muchas celebridades tenía algunos «demonios» y secretos con los que lidiar, LA DAMA DE LA TV (como han titulado aquí el documental) se mueve con cuidado, con respeto y muchísimo cariño, priorizando las partes amables y, digamos, progresistas del personaje y dejando en segundo plano las que son menos, si se quiere, entrañables. Pero Moore era lo suficientemente cándida y honesta como para admitir que nunca se sintió tan feminista como se la presentó en algún momento y que también era bastante más oscura de lo que aparentaba, empezando por su etapa alcohólica que se extendió varios años.

Moore saltó a la fama, tras un tiempo sin encontrar rumbos actorales, haciendo el rol de la esposa de Dick Van Dyke en el mítico DICK VAN DYKE SHOW de los años ’60, dando una imagen más natural, de chica de barrio y accesible que el común de las esposas que entonces se veían por TV. Que usara pantalones, por ejemplo, ya era toda una revolución. Y el programa en sí la convirtió en una celebridad, acaso la comediante más querida y valorada desde Lucile Ball, quien también decía admirarla.

Cuando el popular show terminó y tras un período (1966-1970) de fracasos en teatro y en cine, Moore volvió a la tele y consiguió su show propio, en el que interpretó a Mary Richards, una mujer… soltera. No solo eso, sino que tampoco se trataba de algo transitorio, ni su objetivo era conseguir marido. No. Era soltera, salía, trabajaba, tenía amigos y ya. Se trataba de algo casi revolucionario y se hizo popular en paralelo a la segunda ola feminista que arrasaba culturalmente, por más que los grupos militantes no la sintieran completamente propia. Es que, convengamos, se trataba de un show masivo para todo el país y tenía sus limitaciones en cuanto a qué decir y qué mostrar.

La vida de la actriz tendrá antes, durante y después de esos dos grandes bloques de su carrera decenas de anécdotas y situaciones que la película analiza, en algunos casos, en profundidad y en otros, no tanto. Se trata del tipo de documental que pone en primer plano su rol como ícono feminista y si bien es más que entendible esa elección –por la época y porque, bueno, porque lo era–, Moore fue un personaje con muchísimas otras aristas para investigar. Y, además de todo, una comediante nata con mucho talento.

Entre los muchos entrevistados se escuchan aquí a compañeros suyos como Carl Reiner, James L. Brooks, Betty White, Ed Asner, además de hijos, hijastros, su último marido y «herederas» como Lena Waithe, Julia Louis-Dreyfus, Rosie O’Donnell y Reese Witherspoon, entre muchas otras. Lo mejor, como siempre, son las perlitas de las distintas épocas, tanto escenas de sus programas de TV (un par de ellos, clásicos) como momentos en las entrevistas que daba y en los que la vemos contestar preguntas que ahora serían denigrantes. Siempre con gracia y elegancia pero con esa mezcla de picardía y oscuridad que le daba un plus de interés a su figura pública, Moore lograba sonreírles a sus entrevistadores y uno podía ver en su gesto cierto fastidio por la incomprensión que la rodeaba. En ese sentido también, fue una figura influyente.