Series: crítica de «Barrabrava», de Jesús Braceras (Amazon Prime Video)

Series: crítica de «Barrabrava», de Jesús Braceras (Amazon Prime Video)

Esta serie se centra en los violentos conflictos internos dentro de la barra de un club del ascenso. Con Gastón Pauls, Matías Mayer, Violeta Narvay y Liz Solari. En Amazon Prime Video.

El fenómeno político, económico, social y hasta cultural representado por los llamados «barrabravas» se cuenta a modo de policial en esta serie que se organiza siguiendo algunos clásicos modelos del género para contar la historia del enfrentamiento entre dos sectores de la barra de un club, el ficticio Club Atlético Libertad que juega en el Ascenso. Utilizando los ya conocidos aspectos del funcionamiento de las barras de los clubes –controles de los negocios circundantes, de las entradas a la cancha, pero también de los jugadores, los pases, los dirigentes, los punteros políticos y hasta los comercios del barrio en el que viven–, la serie crea un denso universo que sirve, más que nada, para armar un thriller policial en el que los enfrentamientos violentos tienen preponderancia en relación a otros aspectos más sociales.

La serie creada por el director de ESTOCOLMO y MONZON incorpora a eso un drama familiar al tener una extendida familia como principal protagonista, una que incluye tres hermanos (Gastón Pauls, Matías Mayer y Angelo Mutti Spinetta), una madre (Mónica Gónzaga), un «tío» que es el capo de la barra (Gustavo Garzón), la mujer de uno de los hermanos (Paloma Contreras) y la reaparecida hija de otro (Violeta Narvay), entre otros. Ese núcleo lleva a la serie a ocuparse de otros asuntos ligados a la paternidad, a las difíciles relaciones de parejas y hasta de una perversa relación que involucra a uno de ellos y la mujer de un famoso ex jugador del club (Liz Solari).

El conflicto empieza cuando la barra tiene un enfrentamiento interno furioso que la divide y que explota cuando «el Tío» presiona a los dirigentes para que el jugador estrella del club, que está por ser vendido por una cifra millonaria a Francia, juegue en el clásico barrial. El pase permitiría que la barra se quede con un buen porcentaje económico, pero el jugador recibe una terrible patada, sufre una fuerte lesión y el pase se cancela. Eso lleva a que el otro sector de la barra ataque a la del Tío –en la que participan dos de sus sobrinos y un variopinto grupo de personajes entre los que se cuentan el rapero Neo Pistea–, los separen del club violentamente, con víctimas fatales inesperadas.

Eso llevará a que los hermanos (César, encarnado por Pauls y «el Polaco», en la piel de Mayer) se organicen para vengarse y retomar el poder en su club, lo que implica un complejo operativo que se inspira en las andanzas de William Wallace en CORAZON VALIENTE, la película con Mel Gibson de la que todos ellos son fanáticos. En paralelo a esos manejos y enfrentamientos, el Polaco deberá lidiar con el regreso de su hija –a la que casi no conocía– y con los problemas en los que ella se mete. En algún momento, los negocios y asuntos entre las bandas meterán su nariz en la vida de la familia –sobre todo en los que no están involucrados directamente en la barra– complicándolo todo más aún.

BARRABRAVA, filmada principalmente en Uruguay, ofrece una muy buena pintura de los escenarios y del mundo en el que estos grupos se mueven, lo mismo que un elenco que cumple bastante bien lo que se requiere de ellos, bordeando ciertos estereotipos del mundillo pero sin caer del todo en ellos, salvo en algunos contados momentos. Las escenas de acción y peleas son, si se quiere, un poco menos efectivas pero también funcionan como cotidiano recordatorio (hay una o más por episodio) de que la violencia acecha en cada esquina y momento. En cierto punto, más allá de transcurrir en el exterior, la serie presenta un universo no tan lejano al de EL MARGINAL, serie con la que comparte estructura, tipos de personajes y hasta las dobles y triples traiciones que suelen ser parte de este tipo de tramas.

Sin escapar casi nunca de lo previsible, la serie logra de todos modos ser relativamente efectiva, sin caer casi nunca en diálogos o situaciones de esas que hacen perder la credibilidad de lo que se está viendo. Es que, más allá de su falta de profundidad en relación al contexto y al mundo que retrata, lo que BARRABRAVA consigue es ser lo suficientemente creíble dentro de los porosos límites de las series de televisión (perdón, de plataformas) locales. Es cierto que, décadas después de OKUPAS, TUMBEROS y otros productos audiovisuales argentinos que patentaron esa suerte de «realismo callejero», con la credibilidad no alcanza para transformarla en una gran serie, pero le da un piso sobre el que apoyarse y evita que caiga de ahí. No es demasiado, es cierto, pero para la discutible calidad de muchas series recientes, quizás sea suficiente.