Estrenos online: crítica de «Wham!», de Chris Smith (Netflix)

Para la mayoría, Wham! es una especie de capítulo inicial en la larga y complicada saga que fue la vida de George Michael. En WHAM!, el documental del director de AMERICAN MOVIE que estrena Netflix, es el principio y el fin del recorrido, a tal punto que no se menciona siquiera el resto de la carrera ni la muerte de uno de sus dos miembros ni qué fue de la vida del otro. Es, más que cualquier otra cosa, un recorrido puro y duro por la explosión pop de los años ’80, con estos dos chicos ingleses al mando de una banda que, en muy poco tiempo, consiguió un éxito inesperado. Inclusive para ellos mismos.

Organizada a partir de las voces de Michael y de su coequiper Andrew Ridgeley, con mucho material de archivo disponible (desde sus limitados inicios a su éxito televisivo pasando por sus cada vez más masivos shows, su viaje a China y otros grandes hitos como la participación de Michael en Band Aid, Live Aid y otros) y con los diarios en los que la madre de Andrew recopilaba toda la información que salía acerca de la banda como organizadores narrativos, WHAM! combina esa eufórica presentación con la un tanto más tortuosa vida personal de Michael en relación a tener que mantener en secreto su sexualidad. A Ridgeley, en tanto, se lo presenta como uno lo imagina: un tipo simple, afable, divertido que aprovechó su momento de fama y se retiró sin demasiado conflicto cuando su socio se volvió demasiado famoso y, el propio George lo admitía, ambicioso y egocéntrico.

Amigos desde la escuela, con un estilo musical virado al soul pero una presentación escénica mucho más cercana al pop televisivo británico de la época (el recorrido de Wham! va apenas de 1981 a 1986 pero hay cambios de looks, peinados y vestuarios como para dos décadas), la dupla armada por George y Andrew pasó, bastante rápidamente, de ser una especie de «chiste» –no eran tomados en serio por nadie y su primer álbum no fue el éxito esperado, más allá de algunos singles– a artistas consagrados apenas dos años después con la salida de «Make it Big», su segundo disco y el que incluyó sus canciones más conocidas.

El documental recorrerá con la misma luminosidad de las canciones de Wham! –y las que Michael hizo durante los ’80; la década siguiente sería muy distinta– esos cinco años de estallido pop, sus giras cada vez más grandes por los Estados Unidos, su recordado viaje a China (las escenas de allí son excelentes, parte del documental WHAM! IN CHINA: FOREIGN SKIES, con cuya complicada producción se podría hacer otra película), la problemática producción de «Careless Whisper», el posterior éxito de «Last Christmas», los citados conciertos con otras celebridades –son notables los nervios y la emoción de Michael frente a figuras como Elton John, David Bowie o Paul McCartney– y la que ellos definen como la más amigable separación de la historia de la música.

No hay grandes revelaciones aquí y no es lo que se busca tampoco. No hay demasiado contexto ni mucho análisis musical más que la admiración de Elton John por el talento compositivo de George Michael. Es, más que cualquier otra cosa, una especie de souvenir de una época en apariencia feliz (cuando se separaron tenían apenas… ¡23 años!) contada como en tiempo presente, ignorando tanto los éxitos como las oscuridades personales y profesionales que vendrían después en las vidas de ambos, especialmente en la de George. De algún modo WHAM! representa esa inocencia congelada en un casete viejo, en un VHS gastado o en un ticket amarillento de un recital al que uno fue hace muchísimos años pero nunca olvidó del todo.