Festival de San Sebastián 2023: crítica de «A Journey in Spring», de Tzu-Hui Peng y Ping-Wen Wang (Competencia)

Festival de San Sebastián 2023: crítica de «A Journey in Spring», de Tzu-Hui Peng y Ping-Wen Wang (Competencia)

por - cine, Críticas, Festivales
28 Sep, 2023 03:34 | Sin comentarios

Cuando su esposa muere, un anciano no tiene mejor idea que, en lugar de enterrarla, meterla en un freezer y congelarla en este drama taiwanés en competencia en San Sebastián.

La vida en común de Khim-Hok (Jieh-Wen King) y su esposa Tuan (Kuei-Mei Yang) es menos apacible de lo que parece en relación con la belleza del paisaje. Pese a vivir en una zona montañosa y en apariencia encantadora de Taiwán, la pareja tiene sus inconvenientes. Ambos tienen ya cierta edad y algunas mañas acumuladas a lo largo de los años que hacen que la vida cotidiana no sea tan fácil. No son problemas en apariencia serios, pero él especialmente se queja de los retos de la mujer, se enoja cuando llega tarde (y él se pasa horas esperándola en la parada de un micro) y viven con esas típicas y constantes micro-discusiones de una pareja que lleva tiempo junta.

El, además, se queda en la casa (tiene una leve renguera) y ella trabaja y se ocupa de preparar la comida y de gran parte de los quehaceres domésticos. Miran la tele, hablan poco y para ellos es un problema que su hijo no les haya dado un nieto, lo que implica en realidad que la dificultad es aceptar que es gay. Sobra decir que no tienen casi relación con él. Un día, subiendo las largas escaleras que los lleva hasta su casa Tuan tiene un accidente, se lastima y se va a hacer estudios. Le dicen que está bien y que no debe preocuparse, pero poco después no se levanta de la cama. La mujer ha muerto.

Lo que pasa de allí en adelante entraría en un territorio un tanto creepy de no ser entendido como un acto de cariño, desesperación y frustración de parte del viudo: en vez de comunicar su muerte, velarla o enterrarla, lo que hace es ponerla en un gran refrigerador y congelarla. No se trata de una comedia ni de un thriller. Es, más que ninguna otra cosa, el gesto absurdo de una persona mayor que no puede aceptar haberse quedado solo por el resto de su vida. Es obvio, además, que esto no podrá durar demasiado y, de allí en adelante, la película taiwanesa se centrará en lo que sucederá después con esa doble vida y esos secretos del protagonista.

De todos modos, contada así, parece un drama convencional y hasta una comedia negra. Y A JOURNEY IN SPRING en realidad es algo muy distinto a eso. Es un film contemplativo, de observación, de tono calmo y reposado en el que cuentan más las miradas, los silencios, las caminatas, los escenarios y pequeños momentos y recuerdos que otra cosa. No hay grandes ni «tensos «importantes» diálogos y hay muy pocas situaciones en la que la decisión de Khim lleve a tensar las cuerdas dramáticas. El film es un retrato de un hombre que no logra hacer el duelo por la muerte de su esposa y ese es el eje sobre el que se sostiene.

Para Khim la muerte de su esposa despierta seguramente una serie de arrepentimientos, o eso uno supone porque el hombre no es de expresarse mucho. No haber sido más amoroso con su mujer, quizás hasta haber perdido de vista a su hijo, u otras frustraciones, parecen abrumarlo. Es que esas familias en las que el afecto está presente pero pocas veces se expresa, se encuentran ante una situación especialmente complicada cuando una muerte sorpresiva los dejan en un limbo emocional.

Y de eso trata A JOURNEY IN SPRING, opera prima filmada elegantemente en 16mm. por dos realizadoras que vienen del cine experimental. Es un film sobre ese limbo en el que muchos personajes viven, dejándose llevar por los fastidios del día a día sin jamás tomar conciencia de lo que tienen hasta que es demasiado tarde. Khim tendrá que soltar, de algún que otro modo, pero no sabe cómo hacerlo. Mantener congelada a su mujer seguramente no sea la mejor opción, pero es la única que le da algo de tiempo para asumir que tiene que empezar, de algún modo, una nueva vida.