Estrenos online: crítica de «Puerta Amarilla: un cineclub de pelis en los 90», de Lee Hyuk-rae (Netflix)

Estrenos online: crítica de «Puerta Amarilla: un cineclub de pelis en los 90», de Lee Hyuk-rae (Netflix)

Este documental se centra en el reencuentro de un grupo de cinéfilos que armó una suerte de escuela de cine en los años ’90 en Corea del Sur. Estreno: 27 de octubre en Netflix.

Las coincidencias son llamativas. En la misma época en la que en Argentina aparecían las escuelas y las revistas de cine, se empezaba a renovar generacionalmente una industria alicaída y se expandían los videoclubes, en Corea del Sur pasaba exactamente lo mismo. Es cierto que hay aspectos históricos que son comunes –tecnológicos y políticos también–, pero la renovación del cine coreano y el argentino sucedió prácticamente al mismo momento y tuvo elementos específicos casi idénticos. Eso sí: luego tomó características muy distintas. Pero esa es una discusión para otro momento.

Lo que este sencillo documental coreano cuenta es lo que llamaron «El Instituto de Cine Puerta Amarilla» que no es otra cosa que un grupo de amigos, algunos de ellos estudiantes de cine, que se reunían para copiar VCRs y ver películas, leer, prestarse libros y hasta editar una revista sobre cine… con tapa amarilla. Se cuenta en el film que había muchos «clubes» de este tipo, pero Puerta Amarilla tuvo una particularidad: uno de sus miembros era Bong Joon-ho, el director de PARASITOS, ganador del Oscar al mejor director y el cineasta más célebre de ese país.

De una manera que, al menos durante su primera mitad, es bastante rutinaria (especialmente tomando en cuenta que es un documental sobre cinéfilos), lo que vemos es cómo muchos de los participantes de ese club se ponen en contacto y conversan a través de zoom. Esas conversaciones grupales se mezclarán con entrevistas individuales en el que una docena de personas –de las cuáles el único realmente conocido es Bong, casi todos los demás no siguieron carreras ligadas al cine– irán recordando, cada uno a su manera, esos jóvenes años que pasaron juntos catalogando y copiando películas, rebobinando escenas para ver cómo habían sido filmadas y siendo parte importante de ese recambio generacional.

A la par veremos escenas de un corto animado de Bong –titulado LOOKING FOR PARADISE— en el que el realizador de MEMORIES OF MURDER ya empieza a dejar en claro, de un modo todavía bastante crudo, su talento como cineasta. Y los demás participantes recordarán, confusamente, haberlo visto en su momento. Con llamativa honestidad –ligada a la evidente amistad que existe entre ellos– muchos dirán que no les gustó demasiado. Y lo mismo harán al recordar otras cosas de la época, ligadas al lugar, a la relación entre ellos y a algunas anécdotas específicas personales.

Es un tipo de documental muy local, que seguramente pierde varias cosas en la traducción, y cuya visión se justifica por solo dos motivos. Por un lado, para conocer algo así como la «prehistoria» cinéfila de Bong, un hombre que –ya lo saben los que lo conocieron cuando vino al Festival de Mar del Plata– es fanático del cine y muy amable conversador. Y, por otro, para analizar ese momento cultural que tuvo lugar en la década del ’90 y que sirvió como disparador para lo que luego conoceríamos como Nuevo Cine Coreano.

PUERTA AMARILLA es un documental menor y anecdótico, más un simpático «extra de DVD» que un film de alguna relevancia. Ante el claro interés de Netflix por lo que ellos llaman «contenido coreano», sería más valioso contar con documentales más completos sobre la historia del cine de ese país, que se ve mucho en los últimos tiempos pero se conoce poco y mal. Lo que hay aquí –si bien a uno le resulta simpático lo que se cuenta y hasta se siente identificado con lo que les pasó entonces a muchos de sus participantes– no aporta demasiado. No es muy distinto a ser testigo de una conversación de zoom entre amigos. Ellos, eso sí, parecen pasarlo muy bien en el reencuentro.