Festivales: crítica de «Mixtape La Pampa», de Andrés Di Tella (San Sebastián/Mar del Plata)

Festivales: crítica de «Mixtape La Pampa», de Andrés Di Tella (San Sebastián/Mar del Plata)

En este film ensayo el realizador de «Ficción privada» combina autobiografía con una investigación sobre la vida y obra del escritor Guillermo Enrique Hudson.

Sin abandonar su dedicación a los diarios personales y a trabajar con el archivo autobiográfico, Andrés Di Tella se corre un poco de eje en MIXTAPE LA PAMPA, una película que combina su historia personal pero la ubica adentro, lateralmente si se quiere, a la historia del escritor y naturalista angloargentino, Guillermo Enrique Hudson, que vivió buena parte de su vida en la región pampeana de la Argentina y luego regresó a Inglaterra desde donde escribió, obsesivamente, sobre el lugar en el que vivió de joven, especialmente todo lo relacionado con la flora y la fauna de la zona.

Como lo hizo cuando dirigió 327 CUADERNOS, film apoyado en los diarios del escritor Ricardo Piglia, aquí Di Tella organiza el relato a partir de historias de vida de Hudson –tanto en la Argentina como en Inglaterra– y textos que el autor, que tiempo después logró ser reconocido, fue escribiendo desde esa especie de exilio que fue su vida en Gran Bretaña. Los paralelismos empiezan por lo más obvio: siendo argentino Di Tella vivió, al revés, buena parte de su infancia en Inglaterra y regresó con su familia al país tras el fin de la dictadura. Y el film combina retazos de esa autobiografía adolescente con la historia y las leyendas que circulan alrededor de Hudson.

Es ahí donde el «mixtape» más literal cobra vida. Abajo de la crítica podrán encontrar las canciones que se escuchan en la película –y también las que se leen en la tapa de la foto de acá arriba, uno de esos casetes TDK grabados tan populares en los años ’80– y que sirvieron para que Javier (el fallecido Javier García Blaya, amigo de Andrés de esa época, cuya historia indirectamente se cuenta en la película LAS BUENAS INTENCIONES, dirigida por Ana García Blaya, su hija) «educara» al recién llegado Di Tella en el rock nacional de los años ’70 y principios de los ’80.

Ese recorrido personal por lugares y momentos clave de los años ’70 y ’80 –con material de archivo de la época y filmaciones caseras– va cruzándose con la saga de Hudson, armando ahí otro mixtape, uno más metafórico y editorial. El autor alcanzó tanta fama local en su momento que hay una localidad del Gran Buenos Aires que lleva su nombre (Nota: se lo suele pronunciar «Hudson», con «u»), pero con el paso del tiempo Hudson en la Argentina terminó, paradójicamente, siendo más conocido por el pueblo que por su obra. Y la búsqueda a modo de road movie que emprende Di Tella intenta en cierto modo desentrañar esa confusión.

En el camino se cruza con curiosos personajes (un naturista, estudiosos de la obra de Hudson, un anciano muy simpático de 97 años y así), pero MIXTAPE LA PAMPA tampoco intenta ser una biografía del autor y naturista. Casi que el recorrido, la búsqueda, el ir al encuentro cinematográfico con la región pampeana es el objetivo: perderse en su amplitud sin fin y sin aparentes límites, algo que el autor mismo expresa como una necesidad tras los encierros de la pandemia. La cámara, en ese sentido, funciona un poco como un eco de la búsqueda de Hudson: una excusa y una posibilidad para encontrarse con el mundo y ponerlo, uno en palabras y el otro, en imágenes y sonidos.