Series: reseña de «Bienvenidos al Wrexham – Temporada 2» (Star+)
La segunda temporada del documental sobre el equipo de la quinta división del fútbol inglés comprado por dos estrellas de Hollywood lidia con las consecuencias de la súbita fama. Desde el 11 de octubre, en Star+.
La popularidad de la serie WELCOME TO WREXHAM es un arma de doble filo. Sin dudas, es lo que sus creadores desearon y soñaron, pero a la vez el éxito presenta desafíos. El fundamental tiene que ver con la historia en sí. Hoy, cualquiera que se haya interesado en el equipo de fútbol galés, puede seguir sus resultados online, ver algunos de sus partidos por TV (llegó a jugar amistosos con los grandes de la Premier League) y saber qué pasó en la temporada futbolística que la serie recién acaba de empezar a desarrollar. Y esto, convengamos, le puede quitar cierto elemento de sorpresa, algo que la primera temporada tenía de a montones.
La segunda temporada tiene otra potencial complicación: ya conocemos al pueblo, a sus personajes más típicos y a cómo fue que Ryan Reynolds y Rob McElhenney terminaron comprando uno de los más viejos el clubes de fútbol del mundo (el Wrexham AC), en decadencia y en la quinta división del fútbol inglés, para tratar de sacarlo adelante cambiando la vida de la ciudad en cuestión. Si conocemos a su gente y sabemos –o podemos chequear con dos clicks– la suerte deportiva del club, ¿de qué se disfrazarán en una segunda temporada?
A juzgar por los primeros siete episodios de la temporada –se calcula que serán 15–, los creadores de la serie han logrado resolverlo a partir de asumir esa fama, mostrando las consecuencias en la vida real del éxito del club y de la serie. Al comenzar la temporada la ciudad se ha convertido en un polo turístico, con fans de todo el mundo llegando a ver los partidos pero también a visitar los lugares –bah, el pub básicamente– que se convirtieron en icónicos. Esto incluye, gulp, la visita del Rey Carlos, lo cual lleva a una serie de pasos de comedia por parte de Ryan y Rob, quienes «entrenan» para el encuentro.
La serie seguirá haciendo eje en personajes del pueblo, en las vidas personales de los jugadores del equipo y también en las situaciones deportivas del campeonato, si bien la parte específicamente futbolística tendrá menos peso (o lo tiene hasta ahora). Así conoceremos cosas de la vida personal del goleador Paul Mullin –el episodio más emotivo–, del equipo de fútbol femenino de la ciudad, de los problemas en la vida real que genera el éxito de la serie –los otros equipos y sus fans los odian–, de los problemas ligados a las remodelaciones de la cancha y otras historias de la ciudad, de su gente y de la liga. En cierto punto la serie se ha transformado en un documental sobre sí misma, aún más que en la primera temporada. Y eso que todavía faltan los momentos más intensos en lo que a fútbol se refiere.
Si bien algo de la novedad se ha perdido, BIENVENIDOS AL WREXHAM sigue siendo un fascinante retrato de un pueblo alterado por la llegada de dos estrellas de Hollywood a «devolverle» su orgullo –así de contradictorio y raro como suena–, de un equipo de fútbol que tiene que salir del pozo más profundo y de las frustraciones de la temporada anterior para empezar la carrera de cero otra vez –aunque con mucho más dinero que todos los demás, convengamos– y de todas las curiosidades que esta situación depara entre estos amables, intensos y simpáticos galeses dispuestos a dar todo por su club de barrio.
Es cierto que la propia lógica del documental –con la llegada de las cámaras, las estrellas y ahora los turistas– complican cada vez más esta trama de «equipo chico y ciudad pobre» que se intenta vender, pero la serie se las ingenia para inscribir su propia evolución como parte de su trama. Puede parecer demasiado armada (de hecho, lo está, y en el quinto episodio se nota especialmente), pero en el fondo eso es lo de menos. Uno ya no lo ve como un documental sino como una versión un tanto más creíble de un cuento de hadas. Un TED LASSO –o, mejor dicho, dos Ted Lasso– de la quinta división.