Estrenos online: crítica de «Capitanes del mundo», de Ben Turner y Gabe Turner (Netflix)
Esta serie de seis episodios narra los eventos más importantes –y entrevista a muchos de los personajes más relevantes– del Mundial de Qatar 2022 que ganó la selección argentina. En Netflix.
Aclaración: escribo esto desde la perspectiva de un espectador argentino que ya sabe, a esta altura, con que dedo del pie le pegó Nahuel Molina en el gol a Países Bajos tras el pase de Messi. Es necesario dar esa perspectiva para entender que uno, como espectador/crítico, tiene una mirada y es parte de una experiencia subjetiva. Es que los argentinos vivimos el Mundial –y lo revivimos todos los días algún rato para calentarnos el alma un poquito ante una realidad amarga– de una manera muy intensa pero muy local. Hemos visto todo lo ligado a «La Scaloneta», al equipo campeón del mundo. En los partidos, los canales de noticias, en la calle y, después, en cada recopilación imaginable: online, social, televisiva y, últimamente, cinematográfica. No voy a hablar de agotamiento –la celebración no se agota nunca–, pero sí de una familiaridad que empieza a volverse repetitiva.
El problema es que ver una y otra vez las mismas imágenes se convierte en una suerte de túnel audiovisual. Alrededor de Argentina, parece que nos olvidamos, hubo un Mundial, otros 31 equipos con sueños, ambiciones y, en la mayoría de los casos, frustraciones que se desarrollaron a lo largo de ese mes en Qatar. Y CAPITANES DEL MUNDO, la serie de Netflix que llega ahora, pone el eje en eso. Sí, su protagonista principal puede ser Argentina, Lionel Messi y el título mundial. Pero es solo uno de los elementos que la componen. Hay muchas otras historias que se contaron, se siguen contando y se contarán del Mundial 2022. Y esta serie documental no solo las narra de una manera efectiva y precisa sino que, gracias a eso también, permite poner en contexto la victoria argentina en un evento de dimensiones planetarias como ningún otro.
Pese a su pésimo título –no, no es un documental de entrevistas a los capitanes de los equipos, aunque esa sea su organización narrativa–, CAPITANES DEL MUNDO es una serie sobre el Mundial que incluye a la mayoría de los equipos, sus historias, sus dramas, los partidos importantes, los momentos tensos, clasificaciones, derrotas, frustraciones, celebraciones y todos esos otros ejes narrativos que nos olvidamos si solo nos centramos en nuestro recorrido. Además, tras dos películas estrenadas en cines (me refiero a MUCHACHOS y ELIJO CREER) que apenas daban cuenta de la existencia de otros equipos, en tanto y en cuanto no enfrentaran a Argentina, es placentero recordar todas esas otras experiencias ligadas al Mundial.
En ese sentido, la serie trata de ser abarcativa pero no lo logra del todo. Imagino que los espectadores uruguayos, mexicanos o ecuatorianos se sentirán ofendidos por la casi nula aparición de sus equipos en la serie –no hay nada, literalmente, más allá de alguna imagen suelta o cuando fueron rivales de otros equipos de mayor recorrido en el evento– y lo mismo sucederá con varias otras naciones/equipos. Faltan decenas de cosas, pero para eso CAPITANES… tendría que haber sido una serie el doble de larga (este es un caso raro de una serie de Netflix a la que le faltan y no le sobran horas) y de exhaustiva. Lo que han hecho aquí es enfocarse en las historias más ricas y dramáticamente interesantes del Mundial, desentendiéndose de lo demás.
Imagino que la producción previó que iban a suceder determinadas cosas y en algunos casos acertó mientras que en otros la pifió por completo. Uno no sabe qué quedó fuera de la edición final pero es llamativo el espacio que le dedica a la selección de Dinamarca que, más allá de la épica recuperación de Christian Eriksen tras su preocupante accidente en la Eurocopa y la promesa que era antes de llegar de Qatar, tuvo un anodino paso por el Mundial. Claramente es algo que se armó antes (entrevistas al capitán Simon Kjaer, filmaciones en la casa de su familia mientras ven los partidos y así) y nadie se atrevió a mandarlo a la papelera de reciclaje.
Fuera de esos problemas, la serie pone el eje en los partidos clave, los momentos tensos y en entrevistas, en algunos casos reveladoras, con jugadores como Thiago Silva, Hugo Lloris, Cristiano Ronaldo, Romain Saïss –capitán de Marruecos–, Gareth Bale, el senegalés Koulibaly, Harry Kane y, por supuesto, Lionel Messi, que junto a Emi Martinez y Alexis Mac Allister son los únicos jugadores argentinos entrevistados especialmente para el documental, además de Scaloni. Varios técnicos hacen sus aportes y, como es habitual, están los especialistas, desde el jugador convertido en comentarista Gary Lineker hasta el brasileño Galvão Bueno, pasando por nuestra Sofi Martínez –una de las que más aparece aquí–, el francés Julien Laurens y muchos ex jugadores.
Lo que encontrarán aquí son las idas y vueltas deportivas y emocionales de algunos equipos, la ilusión y frustración de los brasileños, los sueños quebrados otra vez de ingleses y españoles, el «drama» de CR7, la ilusión croata, historias del equipo senegalés, el coreano, el japonés; el liderazgo de Mbappé en Francia, la ya citada debacle danesa, algunos de los conflictos políticos (el partido Irán vs. Estados Unidos, entre otros) y los dramas de las clasificaciones grupales, como la del grupo que incluía a España y Alemania, entre otros momentos clave. Más allá del papel central de Argentina, el otro gran protagonista de la serie es el equipo marroquí, que llegó a semifinales y se transformó en la niña mimada, casi los locales, del torneo. A eso hay que sumarle imágenes de momentos clave de la historia de los Mundiales, con Pelé y Maradona como principales protagonistas.
No hay demasiadas revelaciones a simple vista –una es ver a Luka Modric, en el entretiempo, quejarse ante el árbitro del penal que le cobraron a Argentina en la semifinal en una no tan velada acusación de corrupción–, pero sí la sensación de que, más allá de sus obvias ausencias y recortes, la serie logra capturar la alucinante experiencia del Mundial de un modo más general, sin enfocarse solamente en la experiencia localista que se reitera, una y otra vez, hace un año. No es que eso no haya sido y siga siendo lógico, pero también es cierto que pasaron miles de otras cosas durante ese mes en Qatar. Verlas y recordarlas vale para dimensionar aún más la enormidad del triunfo argentino en ese diciembre de 2022, uno que se siente hoy tan cercano y tan lejano a la vez.