Estrenos online: crítica de «Una familia extraordinaria» («Wildflower»), de Matt Smukler (Amazon Prime Video)
Esta comedia dramática se centra en una adolescente que se debate entre hacer su vida y ocuparse de sus padres, que tienen necesidades especiales. Con Kiernan Shipka, Jean Smart, Dash Mihok, Samantha Hyde y Alexandra Daddario, entre otros. En Prime Video.
Este curioso coming-of-age, centrado en una chica de 17 años que tiene unos padres un tanto particulares, busca sin demasiado éxito repetir la fórmula que funcionó muy bien en CODA, la ganadora del premio Oscar a la mejor película de 2021, incluyendo a un gran elenco de reconocidos actores en papeles casi insignificantes en función de sus nombres. Apostando más a la comedia y sin conseguir congeniar sus distintas subtramas en un todo consistente, WILDFLOWER no es una película que quedará en la memoria ni mucho menos, más allá de algunos apuntes simpáticos y otros, más emotivos, sobre el final.
Todo empieza cuando la protagonista cae en coma. Desde la cama del hospital en el que todos sus parientes la visitan, Bea (interpretada por Kiernan Shipka, la hija de Don Draper en MAD MEN y una gran actriz) va contando su historia al espectador a modo de flashbacks que arrancan aún antes de su nacimiento, empezando por sus abuelos y sus padres. Por el lado materno, sus abuelos (Jean Smart y Brad Garrett) lidian con su hija, Sharon, que es autista (Samantha Hyde, la actriz que lo interpreta, lo es también), y que se «encariña» con Derek (Dash Mihok), un joven que le corta el césped a la familia y que, tras un accidente de adolescente, ha quedado con algún retraso madurativo.
Ellos no quieren saber nada con que la chica tenga un novio, pero Sharon hace la suya y se casa con Derek por impulso –todo transcurre en Las Vegas, capital de las bodas instantáneas–, lo cual lleva a que las familias de ambos se conozcan. Y el encuentro no es nada satisfactorio ya que la madre de Derek (la australiana Jacki Weaver) es una mujer brusca y alcohólica capaz de decir las más bestiales barbaridades respecto a Sharon. Todos coinciden que no sería bueno que tuvieran hijos pero, otra vez, Sharon y Derek no les prestan atención, ella queda embarazada, y nace Bea, la protagonista de la historia.
El problema para la familia es si sus padres podrán cuidar de Bea. Y a partir de allí se inician una serie de idas y vueltas que incluyen a los tíos de la chica (Alexandra Daddario y Reid Scott, en roles reducidos al mínimo), quienes la tienen con ellos por un tiempo sin demasiado éxito, para retomar la trama con Bea ya adolescente, funcionando más como responsable de sus padres que de la manera opuesta. Pero Bea tiene sus propias preocupaciones –con la escuela, con sus amigas y enemigas allí, con un potencial novio y con un posible pero difícil futuro universitario– y tener que hacerse cargo en cierto modo de sus padres le resulta demasiado exigente.
Jugada en un tono de comedia que es demasiado ampuloso y que banaliza por demás una situación de por sí un tanto excéntrica y delicada, UNA FAMILIA EXTRAORDINARIA no logra salir de lo previsible casi en ningún aspecto, por más grandes nombres que tenga delante de las cámaras. Es más que nada gracias a ellos que la película se sostiene sin caer del todo ya que, salvo algunas excepciones, son los que le otorgan algún tipo de credibilidad emocional al relato.
El peso principal pasa por Shipka, ya que su Bea tiene que encontrar la manera de lidiar con la responsabilidad y la carga que siente respecto a sus padres –que parecen vivir felices pero que se desentienden de ella o se olvidan de sus propias responsabilidades– y las presiones sociales que vive en el colegio, manteniendo separados ambos universos. Cuando su novio, Ethan (Charlie Plummer) cruza esos dos mundos, entrando a su casa, en el rostro de Bea aparecen las tensiones, nervios y miedos de que él no quiera saber nada con ella luego de conocer a su familia.
De desarrollo narrativo llamativamente similar al del premiado film de Sian Heder, pero sin alcanzar nunca su fuerza emocional por las limitaciones de su guión y su elección de tono un tanto jocoso, UNA FAMILIA EXTRAORDINARIA es una comedia dramática amable sobre eso que hace referencia el título local, tanto en su significado más literal como, finalmente, en el de uso diario. Ahí donde «fuera de lo común» y «excepcional» se sienten como lo que son: sinónimos.