Series: reseña de «Expatriadas – Episodios 1/2» («Expats»), de Lulu Wang (Amazon Prime Video)

Series: reseña de «Expatriadas – Episodios 1/2» («Expats»), de Lulu Wang (Amazon Prime Video)

Una tragedia conecta a tres mujeres estadounidenses que viven en Hong Kong en este drama basado en la novela «Expats», de Janice Y. K. Lee que protagoniza Nicole Kidman. Sus primeros dos episodios ya están disponibles en Amazon Prime.

Un pequeño detalle, una breve distracción, puede cambiar la vida de un montón de personas. Los casos se repiten a menudo: el semáforo mal cruzado, estar en el lugar y en el momento equivocado, no prestar atención a algo. Ese detalle puede ser nimio o importante, pero causa un daño, una tragedia. Ese es el punto de partida y el motor narrativo de EXPATRIADAS, la serie protagonizada por Nicole Kidman y que comenzó con sus dos primeros episodios en Amazon Prime Video. Creada y dirigida por Lulu Wang (THE FAREWELL) en base a la novela de 2016 de Janice Y. K. Lee, la serie transcurre en Hong Kong y pone el foco en tres mujeres estadounidenses que viven allí, conectadas a partir de una tragedia.

De entrada, una voz en off menciona casos de accidentes o tragedias y se pregunta qué pasa con los victimarios en esas situaciones. Es que Mercy (Ji-young Yoo), la chica norteamericana de ascendencia coreana que habla, es o se siente responsable de uno de esos casos. Inmediatamente sabremos de qué se trata cuando conocemos a Margaret (Nicole Kidman), una mujer apesadumbrada que está organizando el cumpleaños 50 de su marido Clarke (Brian Tee), acompañada por sus dos hijos. No tardamos en darnos cuenta del drama: hay un tercer hijo que no está. Y es eso, aparentemente, lo que la conecta con Mercy.

La tercera pata de este triángulo es Hilary (Sarayu Blue), una vecina del lujoso edificio en el que Margaret vive, una mujer casada con David (Jack Huston), con el que parece atravesar una seria crisis matrimonial. Cuando la historia las presenta a ambas, la relación entre Margaret y Hilary aparenta ser tirante: comparten un ascensor incómodas y cuando Margaret le pregunta si irá al cumpleaños de su marido, ella le pone una excusa. De todos modos, luego se arrepiente y va, pero sola. Su marido se baja del auto, literalmente, en la puerta.

El primer episodio se centrará en esa enrarecida fiesta de 50, en la que casi todos están incómodos porque se hace bajo la sombra de la tragedia familiar, en plan «recomendación del terapeuta». Lo que Margaret no sabe es que, casualmente, a Mercy le han dado trabajo allí como camarera. Y la chica tampoco sabe que la fiesta es de Margaret. Finalmente se producirá un cruce de miradas y la cosa, digamos, se complicará.

El segundo episodio –sobre el que no spoilearé nada– es un flashback que servirá para empezar a contar qué fue lo que pasó entre ellas y, especialmente, con el niño que en el presente no está, al que Margaret y Clarke lloran. Ese episodio servirá, además, para interiorizarse en la vida de las tres protagonistas, de sus parejas, de sus hijos, de su «personal de servicio» y de otras cosas importantes que, uno supone, tendrán peso más adelante.

EXPATRIADAS se presenta como un drama clásico, con el duelo como tema principal, la idea de la culpa, de la casualidad y un halo de misterio que no sabemos bien si será explotado o no con el correr de los episodios. La Margaret de Kidman está siempre al borde del quebranto emocional, disparando con su malestar a casi todos los que la rodean. La situación de Hilary es una incógnita: suponemos que algo pasó entre el pasado y el presente que la llevó a tomar distancia de su marido, pero no nos queda del todo claro qué es. Y lo mismo sucede con su relación con Margaret: algo se quebró entre ellas que quizás pueda remontarse.

La vida de Mercy va por otro lado. Ella es más joven, vive sola, se arregla con trabajos ocasionales (las otras dos mujeres no tienen problemas económicos de ningún tipo) y hasta se siente un tanto alejada de las chicas de su edad, que parecen estar más pendientes del dinero y del status social. Las tres tienen, además, tensiones familiares (con padres, con hijos, con suegras, con maridos) y el alcohol es algo que entra y sale del medio como dando a entender que es y ha sido un problema en las vidas de todos ellos.

Se trata de una serie promisoria, una que parece apuntar más al drama personal y de relaciones que a la trama específicamente policial. Ayuda también que suceda en Hong Kong, un particular territorio que es un poco occidental y otro tanto oriental, un lugar que tiene muchas características propias de una ciudad estadounidense o británica pero otras que están más ligadas a la cultura local, una a la que se acercan solo en momentos puntuales o cuando necesitan algo. Es que las protagonistas, todas expatriadas, viven casi en un mundo privado, con poco contacto con el afuera. Y cuando ese choque se produce, la realidad prueba ser menos maleable que lo pensado. No todo lo arregla el status ni el dinero.