Berlinale 2024: crítica de «The Editorial Office» («Redaktsiya»), de Roman Bondarchuk (Forum)
Esta comedia absurda de origen ucraniano se mete en la complicada vida de un periodista que quiere contar la verdad en un medio que vive de las «fake news» y los videos virales. En Forum.
El tono cómico y absurdo, típico de muchas comedias del Este de Europa, puede parecer un tanto extraño viniendo hoy desde Ucrania, un país que está viviendo una situación por demás complicada, con una guerra que ha dejado (y sigue dejando) una enorme destrucción y una brutal pérdida de vidas humanas. Pero el humor es parte integral de su cultura y lo mejor es dejarlo fluir naturalmente. Es cierto que el segundo largometraje de Bondarchuk se escribió y hasta se empezó a filmar antes de la escalada del conflicto con Rusia (transcurre en 2021), pero desde entonces hasta su estreno mundial no ha perdido su humor ni su acidez, aunque se hará inevitable leerlo en clave política.
El protagonista es Yura, un biólogo que vive en un pequeño pero caótico pueblo ucraniano, un tipo con ganas de investigar sobre animales al borde de la extinción (aquí es una gigantesca marmota de las estepas que hace recordar a las de comedias hollywoodenses como HECHIZO DEL TIEMPO y LOS LOCOS DEL GOLF) y escribir sobre eso en un medio local. Pero en sus recorridos por la ciudad y alrededores empieza a ser testigo de cosas raras: incendios intencionales, inauguraciones de obras públicas inexistentes y otras oscuras zonas donde la política y los medios locales conviven demasiado «carnalmente».
Yura quiere contar la verdad de lo que ve en el periódico, pero su jefe le dice que lo único que importan son los clics y noticias que puedan viralizarse, especialmente en videos que suban a las redes sociales. Y sus investigaciones no tienen esas características. Las mismas restricciones las sufre una colega de la redacción, feminista, de quien la mayoría de sus colegas se burla. Un descubrimiento periodístico fuerte y hasta con potencial «viral» se censura porque, bueno, un importante político local está involucrado. Y cuando el intendente no puede aparecer en público antes de las elecciones por su mal estado de salud, se lo hace figurar igual mediante videos falsos con tontas competencias de bailes.
Sí, todo parece excesivo y desaforado, pero apenas es una versión un tanto exagerada de la realidad. La madre de Yuri está en pareja con un «peso pesado» local y cuando la policía se mete con su hijo, el tipo los saca de su casa sin problemas y hasta les hace devolver lo que se robaron en el «allanamiento». Y a veces Yuri la acompaña a su madre a las charlas públicas que da un estadounidense con una tremenda pinta de ladri que quiere convencer a los que están ahí de que compren su moneda virtual, ya que así se harán millonarios. De vuelta, parece grotesco y burlón, pero hoy la realidad se está pareciendo sospechosamente a lo que aquí se muestra. Y no solo en esos países.
Quizás lo que más conecte a THE EDITORIAL OFFICE con la actualidad ucraniana –situación que la película asume como algo que sucederá pronto– sea la deformación de la realidad mediante noticias falsas y los intereses cruzados que se hacen visibles en las circunstancias políticas más complejas. A la vez, lo interesante que la película tiene es que no ofrece una pintura idílica ni victimizada del país ni de sus habitantes. Más allá de las violentas circunstancias que la atraviesan y que recrudecerán a partir de 2022, Bondarchuk tiene una mirada ácida y bastante crítica respecto a la realidad que lo circunda. Hay cosas que ni las más violentas guerras podrán hacer desaparecer del todo. El humor es una de ellas.