Berlinale 2024: crítica de «Who Do I Belong To?» («Mé el Aïn»), de Meryam Joobeur (Competencia)

Berlinale 2024: crítica de «Who Do I Belong To?» («Mé el Aïn»), de Meryam Joobeur (Competencia)

por - cine, Críticas, Festivales
22 Feb, 2024 06:01 | 1 comentario

Los dos hijos mayores de una familia turca abandonan todo para unirse al grupo fundamentalista ISIS. Cuando uno de ellos regresa con una mujer embarazada y cubierta de pies a cabeza las cosas se complican en este drama que compite en la Berlinale.

El documental tunecino nominado al Oscar CUATRO HIJAS trataba un tema similar al de WHO DO I BELONG TO?, film de ficción de origen turco que participa en la competencia de la Berlinale: ¿qué sucede cuando los hijos de una familia dejan a sus seres queridos para sumarse a los grupos terroristas islámicos más radicales y extremistas? En su opera prima, Joobeur presenta la vida de una familia en una región campestre del norte de Turquía cuya calma se rompe cuando los dos hijos mayores (el tercero es un niño) dejan todo para irse a Siria y unirse a ISIS.

Aïcha (Salha Nasraoui), la madre y Brahim (Mohamed Hassine Grayaa), el padre, sobreviven con dificultad a la decisión (ella es todo tristeza, él está más bien enojado) y al pequeño no le dicen la verdad de lo que pasa. Aïcha tiene, además, algún tipo de poder vidente: lee manos, borras de café y cuando abraza a alguien tiene la sensación de que puede conocer su historia, hasta visualizarla. Un día, su decepción se transforma en algo parecido a alegría cuando ve que Mehdi (Malek Mechergui), el mayor de los hermanos, ha regresado. Pero cuando le pregunta por Amine (Chaker Mechergui), el parco Mehdi da a entender que murió. Y la alegría familiar dura poco.

Pero esa no es la única rareza. Mehdi vuelve acompañado de una mujer embarazada a la que llama su esposa. Reem (Dea Liane) está cubierta de pies a cabeza por un niqab y no habla nunca con nadie. Y como Aïcha sabe que en el pueblo no verán con buenos ojos el regreso de Mehdi –y menos acompañado de una mujer como Reem–, trata de que nadie se entere de su vuelta. El que sí lo hace es Bilal (Adam Bessa), un amigo de los jóvenes de su misma edad que ahora es policía y al que le cuesta mucho comunicarse con el recién llegado. Lo que es claro que Mehdi y Reem algo ocultan, o algo raro sucede con ellos. Y cuando empiezan a pasar cosas extrañas en el pueblo serán puestos bajo sospecha. Especialmente ella.

WHO DO I BELONG TO? juega con misterios, secretos y un toque importante (excesivo, quizás) de realismo mágico, tanto en las visiones de Aïcha –que funcionan como posibles, subjetivos flashbacks— como en algunas cosas que sucederán más avanzada la historia, cuando todo tome características que bordean el fantástico. Pero lo central pasa por lo emocional, por la (im)posibilidad de rearmar esa familia rota por el fundamentalismo y por los secretos que guarda la pareja recién llegada, que son bastante distintos a los que parecen ser de entrada.

El elemento, si se quiere, fantástico del relato le suma un costado enigmático a un film que posee una fotografía oscura, cuidada y que hace un uso intensivo de los primeros planos (durante gran parte del film Dea Liane actúa solo con los ojos y sin decir nada) para acercarse a los conflictos internos de la familia, especialmente de la madre. Pero también Bilal y Adam (Rayen Mechergui), el hijo más pequeño y cada vez más atormentado, atraviesan su propia mezcla de sentimientos ante lo que producen los recién llegados. No hay soluciones fáciles para lo que les pasó. Y Joobeur lo tiene claro. Hay heridas que no tienen cura.