Berlinales 2024: crítica de «Reas», de Lola Arias (Forum)

Berlinales 2024: crítica de «Reas», de Lola Arias (Forum)

por - cine, Críticas, Festivales
18 Feb, 2024 05:24 | Sin comentarios

Esta mezcla de documental, ficción y musical de la directora de «Teatro de guerra» se apoya en la reconstrucción de historias de vida de ex presidiarias. En la sección Forum de Berlinale.

Como en sus obras teatrales, Lola Arias trabaja en una zona de cruce entre el documental y la ficción, un espacio en el que la reconstrucción se mezcla con la fantasía y la memoria personal con la social. REAS es una película que responde a esas características, pero a la que le agrega un elemento novedoso, quizás extraño: el musical. Fortaleciendo aún más esa zona gris entre el realismo y la fantasía, la película ofrece, de tanto en tanto, momentos musicales en los que muchas veces se presentan situaciones que vivieron las protagonistas.

Esa así que REAS puede verse también como un film que abarca un amplísimo espectro que va desde lo que se podría calificar como documental (en ese modo «iraní» de que las propias personas recreen hechos de su vida real) hasta una fantasía musical de corte casi teatral que abarca cumbia, rock, temas que podrían haber compuesto los Miranda y algunos géneros folclóricos de países vecinos, todos cortesía del compositor Ulises Conti.

Es una película sobre un grupo de mujeres y personas trans que pasaron por la cárcel y que reconstruyen sus historias y algunas situaciones vividas (tanto allí como afuera) actuando no solo sus propios papeles sino también los de las demás. Así, un personaje encarna su historia y otras ex presidiarias pueden hacer de guardias, jueces, abogados o personal de seguridad aeroportuaria, entre otros.

Es un caso de ese tipo el que organiza el relato. Yoseli Arias era una modelo que fue descubierta en un aeropuerto llevando en su maleta una importante cantidad de drogas. Si bien la chica asegura que no era suya y que se la pusieron, fue a parar a la cárcel de Ezeiza, condenada a cuatro años y medio de prisión, sin posibilidad de reducir la condena ni de salidas anticipadas. Es allí que va conociendo no solo las costumbres de las otras presidiarias, sino estableciendo relaciones de amistad con ellas, también interpretadas por mujeres y personas trans que estuvieron como ella en la cárcel.

Filmado en buena parte en la hoy destruida cárcel de Caseros, la película parte de Yoseli para ir integrando las historias de las demás, con bastante peso en Ignacio, un trans que es la que mayor relación que traba con la protagonista. Pero también con las demás, cada una con su propia historia y pasado. Así, mientras ensayan con una banda de rock, juegan al fútbol, discuten con las guardas y conversan, las protagonistas rompen de vez en cuando a cantar y a bailar, transformando ese escenario que hace de «cárcel» en una suerte de curiosa discoteca.

Exponiendo los sueños de las protagonistas –más que los problemas–, REAS no se presenta ni como una película realista ni una que intenta regodearse en las tragedias de las protagonistas. Curiosamente amable, hasta optimista, es un «documental musical» que se apoya en los personajes, en las amistades que conforman –eso que suele llamarse «sororidad»– y también en la resiliencia y la paciencia para aceptar algunas malas noticias.

Pero la directora de TEATRO DE GUERRA no pone el foco en la parte amarga de cada caso. La propuesta tiene algo de fantasía y el acento está puesto más en las posibilidades de salir adelante –mediante el estudio, por ejemplo–, la amistad entre ellas, las relaciones amorosas que recuerdan o imaginan y en los sueños que cada una tiene respecto a su futuro. Muchos de ellos pueden ser irrealizables, pero les permite (o les permitió) pensarse a sí mismas de una manera positiva, si se quiere hasta optimista.

Las canciones que hay en el film, en ese sentido, ayudan mucho, otorgándole a REAS un tono de «deseo cumplido» que no necesariamente se relaciona con la realidad. Uno puede ver a las chicas en la playa y luego darse cuenta que esa playa no es otra cosa que un decorado en medio de la cárcel. Pero desde un lugar más profundo, no deja de ser una playa en la que la vida, al menos por un tiempo, puede ser mucho mejor.