Estrenos online: crítica de «El abismo de Kiruna» («Avgrunden»), de Richard Holm (Netflix)

Estrenos online: crítica de «El abismo de Kiruna» («Avgrunden»), de Richard Holm (Netflix)

En este ejemplar de cine catástrofe, una familia trata de ayudarse entre sí para sobrevivir en una ciudad sueca que se hunde a causa de una mina de hierro. Estreno de Netflix.

Cuando alguien pregunte acerca de qué hablan los críticos de cine cuando se refieren a «películas de fórmula» deberían mostrarle este ejemplar de cine catástrofe sueco. Más allá de su calidad –en este caso, tirando a floja–, lo que EL ABISMO DE KIRUNA refleja es un tipo de película hecha casi con un manual de estilo, una especie de Inteligencia Artificial que programa una serie de conflictos en torno a un hecho dramático. En este caso, el posible hundimiento de una ciudad entera del norte de Suecia a causa de las minas de mineral de hierro que existen por debajo de sus cimientos.

Los problemas de Kiruna son verdaderos, a tal punto que la ciudad se está mudando, de a poco, a un nuevo lugar llamado Nueva Kiruna, a tres kilómetros de allí. Y la historia se explica al inicio de la película, con material documental. Pero una vez planteado eso, vamos al modelo clásico: una familia disfuncional tiene que tratar de ayudarse entre sí y resolver sus problemas mientras advierten, ayudan a los otros y escapan a las fracturas cada vez más violentas que se van produciendo en los cimientos de la ciudad.

Tuva Novotny (ANIQUILACION), la cara más conocida del film, interpreta a Frigga, una mujer que trabaja en la mina como directora de seguridad. Cuando empiezan a haber movimientos en el suelo –algo que se nos muestra en la primera escena, con los clásicos adolescentes de fiesta metiéndose en líos–, Frigga parece más preocupada por su vida personal. Es el cumpleaños de su hijo Simon, con el que no se lleva bien y que no volvió a dormir a casa, y a la vez su hija Mica participa en manifestaciones contra la mina (es decir, contra ella, algo similar a lo que pasa en la nueva temporada de TRUE DETECTIVE). A eso se suma que su ex marido la acosa e incomoda, especialmente cuando la descubre con otro hombre, un bombero llamado Dabir, en su casa en ropa interior.

La tensión familiar se pondrá en juego en las tres secuencias de «catástrofe» que tendrá la película. Mientras el suelo comienza a resquebrajarse en distintas partes y zonas de la ciudad (la gente en vez de correr se queda mirando y tardan para todo cinco segundos de más), primero Frigga y su ex quedarán atrapados en la mina, de la que deberán tratar de salir, algo nada sencillo. Más adelante, cuando se dan cuenta que parte de la ciudad está en grave peligro, tendrá lugar la escena más típica del género: caos en el centro, gente escapando y muchos rescates y muertes dramáticas. La tercera escena importante será más íntima y volverá a reunir a la familia entera ante una compleja situación de rescate en la que las vidas de todos ellos al mismo tiempo estarán en juego.

Adolescentes rebeldes, parejas en problemas, errores impensados (sí, hay un cinturón de seguridad que no abre, un cochecito de bebé en medio de todo, cables de alta tensión complicando las cosas y así) van acumulándose hacia una escena final que funciona bastante bien ya que, en lugar de ir agrandando los desafíos, los vuelve a achicar y poner a una escala más humana. Los diálogos siguen siendo básicos, el melodrama familiar trillado y las situaciones bastante implausibles (casi ridículas), pero se agradece que en lugar de levantar la apuesta hacia un batallón de efectos digitales, EL ABISMO DE KIRUNA prefiere optar por el suspenso más que por la acción. A veces, tener menos presupuesto que las grandes superproducciones obliga a tomar decisiones que terminan mejorando las películas. Un poco, al menos.