Estrenos online: crítica de «Los juegos del amor» («Players»), de Trish Sie (Netflix)
Esta comedia romántica se centra en una chica que quiere tener una relación seria con un tipo con el que tuvo una aventura nocturna y arma con sus amigos un elaborado plan para conquistarlo. Con Gina Rodríguez, Damon Wayans Jr. y Tom Ellis. Estreno del 14 de febrero en Netflix.
Let’s «Moneyball» this shit» se dicen entre los amigos que protagonizan PLAYERS cada vez que intentan una complicada conquista sexual. Son cuatro periodistas de un medio indie de Brooklyn –tres periodistas y el hermano menor de uno de ellos, en realidad– que han armado un sistema profesional y casi infalible para el «levante» (de ahí la referencia a la película con Brad Pitt). Cada una de estas jugadas tiene un nombre y un sistema –casi como las estafas de NUEVE REINAS— y en general funcionan muy bien. Los amigos observan bien a alguien en un bar, analizan distintos posibles plays para hacerle y deciden cuál conviene y a quién le toca. Y así se entretienen casi todas las noches.
De hecho, parece más divertido el juego de «actuar» cada conquista (algunas son simples como volcarle una bebida a alguien, otros ridículamente complejos e involucran puestas en escena grupales) que lo que pasa después. El grupito lo integran Mack (Gina Rodríguez), una periodista dedicada a los deportes locales; Adam (Damon Wayans Jr.), que hace gráficos y «visuales»; Brannagan (Augustus Pew), que escribe obituarios, y su entusiasta hermano «Little» (Joel Courtney). Se llevan muy bien entre sí, especialmente Mack y Adam, que fueron novios mucho tiempo atrás y siguen teniendo química.
Pero una de esas conquistas golpea a Mack de una manera impensada. Se trata de Nick (Tom Ellis), un premiado periodista inglés que visita a la jefa de su redacción y se va a tomar algo con los «players», quienes le arman una de estas jugadas y logran que pase la noche con ella. Al día siguiente es él quien le dice «¿te pido un taxi?» en lugar de ella. Y Mack no sabe qué hacer. Se da cuenta que Nick es alguien con quien tener una relación más seria, algo que nunca se había planteado en estos juegos de conquista casual. Por lo que, con el grupo, deciden armar una estrategia mucho más elaborada que tiene como fin que terminen juntos. Algo en lo que, convengamos, Adam colabora de una manera no muy convencida.
Y por ahí pasa la cosa en LOS JUEGOS DEL AMOR, por la obsesión de Mack por conquistar a este «codiciado soltero», por los intrincados y graciosos sistemas que le organizan para «atraparlo» (espiando e investigando sus hábitos, costumbres y horarios para luego usarlos a su conveniencia) y por darse cuenta que quizás al amor haya que dejarlo llegar de una manera más natural, analógica y sin tanta manipulación.
No es nada original, obviamente, pero la película suma puntos gracias a un quinteto muy simpático de intérpretes (en algún punto, es más una comedia de amigos que una romántica) y con diálogos afilados que serán celebrados por los amantes de las comedias de enredos que tienen un pie firme puesto en la verborragia ingeniosa y ácida de sus protagonistas. Y acá todos son buenos en esa repartija de ironías y bromas.
Estreno de Día de San Valentín, PLAYERS podrá no estar a la altura de los clásicos de la comedia romántica, pero dentro de la programación de Netflix –plataforma que se esfuerza por revivir al género–, al menos le escapa a las incontables películas que tocan el tema en su costado adolescente o apenas veinteañero. Acá los protagonistas rondan los 30-35 años, todavía prefieren el contacto analógico al virtual (no usan mucho las aplicaciones de citas) y ya tienen un pasado que les permite cuestionarse a sí mismos si quieren seguir así toda la vida. Aquí, para Mack, aparece una clara oportunidad de cambiar las cosas. Eso sí, quizás no de la manera en la que ella lo imagina.