Series: crítica de «The New Look», de Todd A. Kessler (Apple TV+)

Series: crítica de «The New Look», de Todd A. Kessler (Apple TV+)

Esta serie de diez episodios cuenta las vidas de Christian Dior y Coco Chanel durante la ocupación nazi a París en la Segunda Guerra Mundial y los años subsiguientes. Los primeros tres episodios se estrenan el miércoles 14 de febrero, seguidos de un episodio todos los miércoles hasta el 3 de abril.

Esta serie, que lleva como título el término con el que la influyente editora de Harper’s Bazaar, Carmel Snow, se refirió al debut en el mundo de la alta costura de la Casa Dior, funciona como una historia del origen –si se quiere, hasta una especie de precuela— de ese momento clave de la historia de la moda y de los personajes que estuvieron, en mayor o menor medida, involucrados. En 1947, con el tan comentado y revolucionario New Look, el entonces poco conocido Christian Dior se convirtió en la gran revolución de la haute couture parisina, pero a lo largo de los diez episodios de esta temporada (acaso única, pero seguramente pensada como la primera) lo que veremos son los hechos que lo fueron llevando a esa consagración.

A la par de su complicada historia de ascenso veremos una de aparente caída. Es la de Coco Chanel, la reina de la moda y las fragancias, cuyas experiencias y decisiones a lo largo de la Segunda Guerra fueron enrareciendo su camino y ensuciando su reputación al tener que relacionarse con oficiales nazis por motivos de supervivencia, primero, pero luego de un modo un tanto más difícil de justificar. Si bien Chanel y Dior se conocían, THE NEW LOOK contará estas dos historias en paralelo, casi sin cruces entre sí, poniendo el eje fundamentalmente en las muy distintas experiencias que ambos tuvieron durante la ocupación nazi a París.

La historia central es la de Christian Dior (Ben Mendelsohn, en un esfuerzo encomiable de caracterización pese a no parecerse en nada al verdadero), un talentoso pero inseguro modisto que trabaja para la Casa Lelong (John Malkovich encarna a Lucien Lelong), junto a otro joven ambicioso llamado Pierre Balmain. Pero más que hablar de moda o de diseño, la serie se ocupará de contar la relación con su hermana Catherine Dior (Maisie Williams, Arya Stark de JUEGO DE TRONOS), miembro de la Resistencia francesa que es capturada por los nazis y llevada a un campo de concentración. A lo largo de más de la mitad de la serie, la vida de Christian pasará por tratar de encontrarla, rescatarla y hacer lo imposible por mejorar su vida.

Si bien su carrera profesional va creciendo, Dior está solo preocupado por la suerte de su hermana, por lo que deja todo lo demás en segundo plano. Y lo mismo hace la serie, que se convierte en un drama sobre la Segunda Guerra Mundial –clásico y bastante efectivo– en el que poco y nada importa que su protagonista sea uno de los diseñadores de moda más famosos de la historia. De hecho, hasta la segunda mitad de la temporada es mínimo el tiempo que la serie le dedica a cuestiones estrictamente ligadas a la moda.

El caso de Chanel (Juliette Binoche, excelente, más allá del absurdo de verse forzada a hablar en inglés) es bastante similar. Obligada a conectarse con los nazis para rescatar un sobrino, termina teniendo un romance con un seductor oficial alemán (Claes Bang) y se involucra, de un modo forzoso, en una negociación que un sector del ejército nazi alejado de Adolf Hitler quiere hacer con el Primer Ministro británico Winston Churchill para llegar a algún tipo de acuerdo. Como ella dice conocerlo, la utilizan en un plan que no sale como estaba planeado, complicando aún más a la diseñadora.

El eje de su historia –que, como dije antes, casi no se cruza con la de Dior– pasará por los problemas que Coco entonces tenía con los hermanos Wertheimer, socios mayoritarios de la empresa Chanel. Es que la controvertida mujer –a la que la serie, más allá de algunas excusas y justificaciones, no deja muy bien parada– quiso usar la «ley aria» para sacarse a los hermanos de encima, ya que eran judíos. Y esa es tan solo una de las problemáticas decisiones que tomó durante la ocupación, decisiones que pasarían a jugarle en contra una vez que Francia se liberó de los nazis, obligándola a «exiliarse» en un hotel de lujo en Suiza.

Si bien la historia de Dior es la más importante aquí de las dos, esta estructura bifronte hace que la serie vaya y venga entre esos dos relatos en paralelo, complicando un poco su ritmo. Más un drama con trasfondo bélico sobre las complejas decisiones, actitudes, sufrimientos y luchas de los dos personajes durante la ocupación que una serie sobre el mundo de la moda en sí, THE NEW LOOK es igualmente rica en detalles y está plagada de historias y problemas que llevaron a los protagonistas a tomar decisiones arriesgadas y en algunos casos éticamente ambiguas. No tanto en el caso de Dior, cuya lucha por encontrar a su hermana es encomiable aunque sea perjudicial para su carrera, pero sí en el de la controvertida Chanel.

Los que quieran más historias ligadas al mundo de la moda, como las que se ven en CRISTOBAL BALENCIAGA, deberán esperar a la segunda temporada. Aquí se muestran algunos conflictos gremiales, la relación de Dior con otros nombres claves de esa historia (los citados Lelong y Balmain, pero también Balenciaga y un muy joven Pierre Cardin, entre otros) y las idas y vueltas con la construcción del estudio Dior, pero no mucho más. Similar es la historia de Chanel: todo lo ligado a la moda está puesto en el conflicto empresarial por los derechos de la marca, pero nada se habla del trabajo en sí. Apenas, tan solo un poco, del tema perfumes. En ambos casos, fuera de todo lo relacionado con el nazismo, el resto de lo que se verá pasará más por sus vidas personales que por algo creativo o artístico.

Así y todo, THE NEW LOOK tiene momentos fascinantes ya que ambas son historias que merecen ser contadas. Sí, es cierto, hay más de una licencia con los hechos reales (o al menos con lo que uno puede encontrar online respecto a sus vidas y la de algunos personajes secundarios) y el hecho de que todo el mundo hable en inglés resulta un tanto irritante –especialmente cuando los actores que lo hacen son claramente franceses–, pero Kessler y su equipo de directores, que incluye en dos episodios a la premiada Julia Ducournau (TITANE), se las arreglan para llevar adelante este cuento de una manera atrapante y que por momentos es hasta incómoda, especialmente para los fans de Coco Chanel.


Nota: la banda sonora contemporánea de la serie está curada y producida por Jack Antonoff e incluye versiones actuales de canciones populares de principios y mediados del siglo XX interpretadas por artistas como Florence + The Machine, The 1975, Lana Del Rey, Beabadoobee, Nick Cave, Perfume Genius y otros que cierran cada episodio. Hasta ahora solo se han lanzado dos canciones y pronto subirán las restantes, a razón de una por capítulo.