Estrenos: crítica de «Recuerdos de París» («Revoir Paris»), de Alice Winocour
Una mujer sobrevive a uno de los atentados terroristas que tuvieron lugar en París en 2015 y luego trata de entender bien qué es lo que sucedió allí y cómo ella actuó.
Los traumas y las repercusiones emocionales tras la serie de atentados terroristas que tuvieron lugar en París en noviembre de 2015 son el centro de este drama dirigido por Alice Winocour y que se presentó en la Quincena de Realizadores de Cannes en 2022. Protagonizado por Virginie Efira, RECUERDOS DE PARIS (REVOIR PARIS en el original) es un drama cuyo eje pasa por uno de esos atentados –uno que tuvo lugar en un restaurante, pero que no sucedió en la realidad– y cómo afecta a sus sobrevivientes y familiares de víctimas, tanto en lo emocional como en lo que tiene que ver con la investigación de los hechos en sí.
Efira encarna a Mia, una traductora que tiene una relación romántica con un médico llamado Vincent (Gregoire Colin), con el que quedan para cenar en el restaurante en cuestión. Por cuestiones que parecen ser laborales, él no puede ir a la cita y mientras Mia está allí se produce el violento y confuso ataque terrorista que deja varios muertos. La mujer se esconde bajo una mesa y logra sobrevivir, pero sus recuerdos son confusos, no tiene exactamente en claro bien qué pasó y qué no.
Al tiempo empieza a frecuentar el lugar buscando explicaciones y entender bien qué es lo que sucedió –los nuevos dueños del restaurante no la ayudan demasiado, queriéndose distanciar de ese hecho que les hace perder clientela– y allí se topa con otras personas en similar situación, en plan grupo de apoyo. Por un lado conectará Thomas (Benoit Magimel en un rol muy distinto al de PACIFICTION, que se vio en esa misma edición de Cannes), un hombre que sobrevivió también pero con heridas mucho más serias. Pero por otro tendrá que lidiar con otros sobrevivientes que, por motivos que ella no entiende, parecen responsabilizarla de algunos hechos. Al no tener muy claro en su memoria los detalles de lo sucedido para Mia es complicado entender qué hacer al respecto.
La película muestra desde su punto de vista el atentado y luego vuelve sobre él en función de lo que ella va incorporando y entendiendo de las cosas que pasaron. Mientras tanto, su relación con Thomas se intensifica en paralelo a las dificultades que ahora tiene con Vincent, quien no logra acompañarla del todo en su obsesión por entender qué pasó allí y cómo eso la afecta. Habrá, además, una suerte de tarea de investigación de la propia Mia tratando de recordar primero y encontrar después a una persona con la que estuvo ligada en pleno atentado.
Se trata de un drama severo, grave, emotivo pero excesivamente largo, que impactó en Cannes más a los franceses que al público y a la crítica extranjera, quizás por su cercanía con el hecho. Los distintos elementos del relato no siempre terminan de conectar entre sí de un modo efectivo –excesivamente denso como relato de investigación y un poco subrayado como drama–, pero de todos modos Winocour se las arregla para transmitir, primero, los nervios y la tensión del ataque, y luego el dolor y la confusión del largo proceso de reconstrucción que viene después.