Festival de Cine Francés/Estrenos: crítica de «El libro de las soluciones» («Le livre des solutions»), de Michel Gondry

Festival de Cine Francés/Estrenos: crítica de «El libro de las soluciones» («Le livre des solutions»), de Michel Gondry

Cuando sus productores amenazan quitarle el corte final, un director se fuga con su nueva película bajo el brazo y se esconde con sus colaboradores a terminarla en una casa de campo. El 25 de marzo, en el Festival de Cine Francés. Se estrena el jueves 28.

Los ocho años de «silencio» cinematográfico de Michel Gondry intentan ser explicados en esta comedia con tintes autobiográficos. No es que el director de ETERNO RESPLANDOR DE UNA MENTE SIN RECUERDOS haya estado completamente inactivo –un repaso por su página de imdb revela decenas de videoclips, cortos y una poco vista serie protagonizada por Jim Carrey–, pero lo que cuenta esta historia, en más de un sentido, tiene que ver con lo difícil que es para un director de sus características sacar adelante una película.

Marc (Pierre Niney) es un cineasta creativo y original, pero muy inseguro y nervioso. Cuando lo conocemos está peleándose con los productores de su nueva película a los que no les gusta su corte de cuatro horas. ¿Su solución al problema? Salir corriendo de la reunión, llevarse los discos duros, las computadoras y todo el material junto a parte de su equipo a una casa de campo, escapándose mediante una persecución propia de un film de animación. Allí, imagina, en la casa en la que vive su amable tía Denise (la gran Françoise Lebrun), podrá junto a sus colaboradores más cercanos tener la película que siempre soñó.

Pero no es tan fácil. En principio, porque Marc decide dejar su medicación (no se analiza para qué la toma pero parece un estabilizador propio de personas con algún tipo de trastorno maníaco-depresivo) y, una vez que está en ese tranquilo lugar, se convierte en un tipo insoportable. O más insoportable de lo que claramente ya era. Allí lo acompañan su paciente editora (Blanche Gardin), el asistente de ella al que Marc no soporta (los motivos son comprensibles, ya verán) y su propia asistente (Frankie Wallach) a la que agrede de una forma que bordea lo problemático.

Marc piensa todo el tiempo en posibles soluciones a problemas de la película –de hecho, el título del film viene de un libro que escribe para reforzar sus ideas sobre el cine y sobre, bueno, todo–, problemas ligados a lo que filmó, a lo que quiere filmar, a la música y a quién quiere contratar para hacerla (otra sorpresa ingeniosa de casting), mientras navega en un océano de inseguridades al respecto. Su problema mayor –y quizás el mayor que tiene también la película– es que, al dejar su medicación, Marc se ha vuelto un tipo que puede ser más creativo, sí, pero a la vez se pasa de agresivo, intenso, cruel y es caprichoso como un niño.

Es encomiable que Gondry se pinte a sí mismo de una manera tan brutal, pero a la vez también es cierto que Marc es bastante intolerable. Y eso hace que el espectador se termine sintiendo un poco como sus colaboradores: conviviendo mucho tiempo con una persona insoportable. Marc es creativo y tiene ideas todo el tiempo, pero a la vez se la pasa pidiendo disculpas por la brusca manera en la que trata a todo el mundo. Y si bien Gondry no intenta defender sus actos, es difícil no ver a EL LIBRO DE LAS SOLUCIONES como una mezcla de mea culpa y justificación. De hecho, cuando Marc vuelve a su medicación no es que sea una persona mucho más accesible ni amable.

Gondry no hace centro en ese tema de un modo dramático sino que lo pone todo en términos de comedia absurda, con escenas propias del cine de animación –una característica suya que a esta altura es clásica– y una serie de episódicos conflictos que se van sucediendo a lo largo de su algo extensa duración. Es su tía Denise la presencia más amable y gentil de esa neurótica familia ensamblada que trabaja en ese film que a todas luces parece irresoluble. Es que si uno escucha sus ideas y ve lo poco que se muestra de lo filmado (cuenta la leyenda que hace referencia a MOON INDIGO, su película de 2013), todo parece darle la razón a los productores. ¿Hay una película posible con ese material en apariencia tan bizarro? ¿Se lo puede arreglar sin perder la razón y enloquecer a los demás en el camino?

Por momentos graciosa, muy crítica –consigo mismo y con la industria también– y con una subtrama luminosa que aparece al principio, se esfuma y retorna sobre el final (ligada a una chica que le gusta, que parece tener muchas cosas en común con él y que termina cumpliendo un rol en exceso obvio en la historia y en la vida del protagonista), LE LIVRE DES SOLUTIONS es algo así como su personal OCHO Y MEDIO, una película acerca de un cineasta que se sabe genial pero a la vez se da cuenta que no siempre es capaz de resolver todos los problemas que se le presentan. Ni en el cine ni en la vida.


Cinépolis Recoleta. 25 de marzo a las 19.